Cada uno decide la vida que vive. De forma consciente, o inconsciente, decidimos las creencias que dirigen nuestra vida.

Durante buena parte de mi vida no fui consciente de esta realidad. Simplemente me dejaba llevar por las circunstancias, las oportunidades, y por supuesto mis deseos y motivaciones. Pero no era realmente consciente de que mi realidad la estaba construyendo yo mismo, incluidas esas circunstancias y oportunidades que encontraba en mi camino.

Con el tiempo me he dado cuenta de que en ocasiones usamos habilidades de forma inconsciente. Habilidades que podemos ni siquiera saber que tenemos. Simplemente hacemos las cosas de una determinada manera y salen bien. Cuando hacemos esto, lo que realmente hacemos es permitir que nuestras creencias saquen lo mejor de nosotros mismos. Hemos puesto cerco a creencias limitantes de todo tipo, y permitido que nuestro potencial se desarrolle.

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Cuando mis creencias me llevan a no confiar en mí mismo, a considerar que todo lo que sucede en la vida es casual, que tanto lo bueno como lo malo es fruto del azar, o que por mucho que me esfuerce siempre puede venir alguien que lo estropee todo, mi vida estará llena de angustias y algunos momentos puntuales de placer. Por desgracia, la educación que recibimos acostumbra a estar orientada de este modo, y consecuentemente la mayor parte de la población vive siendo “víctima” de las circunstancias.

Cuando, por el contrario, estás seguro que tu realidad es consecuencia directa de tus actos, tus pensamientos, tus sentimientos y tus creencias, tu vida es mucho más feliz y dichosa. Entre otras cosas, tienes la capacidad de decidir ser feliz con independencia de las circunstancias, puedes sacar todo tu potencial y desarrollar tus habilidades.

Todos tenemos algún accidente en algún momento, a todos se nos mueren seres queridos, todos padecemos o hemos padecido alguna enfermedad, etc., pero no todos afrontamos estas situaciones del mismo modo.

Personalmente no creo en la suerte, como parte del azar, pero sí creo en la buena o la mala suerte como creación directa desde el interior del individuo. Es precisamente por medio de esa creación, cuando nuestras creencias nos llevan a deambular en una determinada dirección, utilizando nuestras habilidades, y desarrollando todo nuestro potencial, sin ser conscientes de ello, cuando alcanzamos el éxito.

El talento, al igual que el dinero o el conocimiento, de nada sirven si se guardan, no se utilizan, y no se comparten. Debemos identificar y desarrollar nuestros talentos. Están relacionados directamente con lo que hemos venido a hacer en esta vida, con nuestra misión. Para ello debemos liberarnos de toda esa capa de creencias y bloqueos emocionales que nos impiden dar lo mejor de nosotros mismos.

Te invito a crear una vida maravillosa. Olvídate del azar. Confía en ti mismo. Alinea tus creencias con la persona que realmente deseas ser. Y vive feliz, en estado de fluidez.

Ricardo Eiriz

Creador del Método INTEGRA, de transformación a nivel subconsciente, y autor de los libros “Escoge tu camino a la felicidad y el éxito”, “Un Curso de Felicidad”, “Apunta Alto” y “El Alma de la Salud”

www.metodointegra.com

www.eiriz.com

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