¿Vivir en la capital trae casualidades buenas?

Fabiola Guerra Ugalde

Miles de personas pagarían fortunas por conocer una parte pequeñita de nuestro patrimonio cultural nacional. ¿Sentimos que estamos  en una ciudad  pudiente?

Cuando la descubrimos  con ojos nuevos nace entonces la vida inteligente, la razón, el pensamiento. La posibilidad de entender la belleza de la vida.

Se puede estar en un país rico culturalmente pero si no lo observamos ni percibimos  el paisaje se pierde en la oscuridad. Aquí estuvo una civilización encerrada en su propia fábrica de sueños. ¿Por qué no haces un mapa de las cosas que deberían importarte?

Cada piedra edificada es su esfuerzo por ser recordados. Nos interesan las  epopeyas del pueblo antiguo. En una sociedad primitiva por ejemplo, el grupo es pequeño; está inte­grado por aquellos que comparten la sangre y el suelo.

Aún no se han privatizado las vialidades para transitar al pasado. No necesitamos visa ni pasaporte para tener un intercam­bio mutuamente favorable con la ciudad. ¿Nuestra proximidad con la belleza es cálida y sensual, es próxima, intima?

Sé turista de tu ciudad no necesitas ir a rincones extremos. Transpórtate a épocas más orgánicas, místicas, auténticas, autóctonas. Hay una humildad que trae consigo la grandeza.

El arte y la arquitectura nos regala pensamientos y sentimientos, motivaciones y estímulos. ¿Por qué no haces una guía  de los palacios que más te gustan? ¿Vivir aquí es casualidad? La vanagloria es para enorgullecerse.

La vanidad impulsa nuestros talentos nos exhibe y sobrevivimos el paso del tiempo. Diseñamos la vida con colores. Edificas por añadidura un aprendizaje de un  mundo desconocido por ti, -un pilar indiscutible de la verdad y la belleza-. Las historias más vividas y plenas la dan las caminatas por calles y plazuelas. Cada viaje es una metáfora porque es un  correr  en el sentido de salir adelante. Los fines de semana son para  almas llaneras.

¿Echas de menos los árboles?

Siente las esencias de todo lo que existe. Muchas búsquedas son simples, felices y la belleza es un  espacio sin límites no conoce fronteras.

De una casualidad buena (vivir aquí) una persona produce un buen resultado. ¡Hay casualidades  que te hacen sentir como un vivo bajado del cielo –resucitado-!

“Viajar es útil ejercita la imaginación todo lo demás es desilusión y fatiga”

http://fabiolaguerraugalde.crearblog.com

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