No quiero que pase el 24 sin decirte Feliz Navidad y sin mandarte un abrazo con mucho cariño.
Este día es para mí un día de reconocimiento. ¿Por qué de reconocimiento?
Porque podemos aprovechar para recapitular y agradecer por todas las bendiciones que tuvimos este año.
Si este no fue tu mejor año voltea para atrás, obsérvalo y también agradece porque todo eso que viviste te va a ayudar a crecer.
Quizás me puedas decir, como a mí me sucedió cuando viví un momento muy doloroso en mi vida, cuando una persona muy sabia, ya mayor, me dijo:
“¡Cómo te ama Dios! Porque te está dando la oportunidad de vivir este capítulo de tu vida tan doloroso”. “Uy, no, qué hubiera dado para no vivir esto”, le contesté.
Me dijo: “Espera con el tiempo para que puedas sacar los frutos de este evento”.
Y así fue, hoy reconozco las muchas lecciones que surgieron de lo sucedido.
Observa todo lo que viviste y hónralo.
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