TLÁHUAC

 

Me da mucha tristeza enterarme de lo que ha estado ocurriendo en los últimos días en Tláhuac, esa delegación ubicada en el sureste de la Ciudad de México, espacio con reminiscencias prehispánicas que combina los rasgos de la modernidad citadina con expresiones propias de cultura popular.

¿Quién no ha escuchado hablar de las dos grandes festividades que ahí se celebran e incluso tienen resonancia internacional? Me refiero, claro, a la de San Andrés Mixquic, con su tradicional Día de Muertos, y a la Fiesta de Luces y Música, única en el mundo, que se lleva a efecto en Santiago Zapotitlán, donde se arman y prenden castillos de fuegos artificiales que pueden rebasar los 10 metros de altura. Todo ello, sin contar un sinnúmero de celebraciones en barrios y colonias, algunas de ellas muy sobresalientes, que dan muestra del muy apreciable y benéfico tejido social que existe en esa zona de la ciudad.

No olvidemos que una buena parte del territorio de Tláhuac constituye una reserva invaluable desde el punto de vista ecológico. Se trata de un espacio de vital importancia, en tanto que posee extensiones considerables, aún no urbanizadas, que constituyen áreas fundamentales de recarga de agua y equilibrio del medio ambiente para la ciudad de México. Ahí se desenvuelve una comunidad que trabaja arduamente, se esfuerza día con día y es muy participativa.

Esas y otras tantas virtudes de esa delegación de poco más de 80 kilómetros cuadrados me llevaron a pensar en lo injusto que era que ahí se enquistara un poder criminal que no solo se mantuviera impune por tantos años, sino que fuera acrecentándose y apropiándose literalmente del lugar sin que las autoridades de todos los órdenes tomaran medidas, ya no para combatirlo y extirparlo –como sería su obligación–, sino por lo menos para frenarlo.

Ya vimos y lamentamos los graves sucesos de días recientes, cuando salió a la luz pública nacional la noticia de que ahí reinaba la organización delictiva encabezada por un individuo apellidado Pérez Luna y apodado el Ojos. Un despiadado criminal, secuestrador, extorsionador y narcotraficante que murió en un enfrentamiento con las fuerzas del orden. A partir de entonces, cuando el asunto pasó de ser un secreto a voces local a convertirse en noticia de primera plana, se supo que este grupo de la delincuencia organizada ya estaba extendiendo sus nocivos tentáculos hacia las delegaciones vecinas –Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa– e incluso se afirma que controlaba parte importante del narcomenudeo en la Ciudad Universitaria.

Eso sí, en esta historia debemos reconocer la acción pronta y decisiva de nuestra Marina, que puso fin a tan funesto liderazgo, lo que debería ser el punto de partida para extirpar de raíz a ese grupo de maleantes. Y ojalá se siguieran de frente a otros puntos de nuestra ciudad para frenar el crecimiento de las muy diversas ramas delincuenciales que se extienden día con día por todos los puntos cardinales de esta ciudad capital.

Más allá de los términos que se apliquen para denominar a estos grupos –ya sea que se les llame de modo edulcorado bandas o de manera más realista carteles–, lo importante será contenerlos, cercarlos y erradicarlos.

Y, sin duda, echar a andar en paralelo programas especiales en los ámbitos económico, social y cultural que impulsen en mayor medida a comunidades que son parte fundamental de nuestra ciudad pero que ante la falta de opciones y oportunidades pasan de ser víctimas a convertirse en cómplices y apoyadores de estos delincuentes, que los utilizan como carne de cañón.

Cuidemos, entonces, a Tláhuac. Rescatemos lo mucho de bueno que tiene esta región de la zona metropolitana. Hagamos un esfuerzo para que ese territorio se recupere para bien y que la delincuencia depredadora no vuelva a sentar sus reales. Ni ahí ni en ningún otro lugar del país.

 

Visita la nueva página web:

http://www.marthachapa.mx

 

Sala-Museo Martha Chapa:

http://www.dgb.uanl.mx/bibliotecas/burrf/salamuseomarthachapa/

 

Facebook: Martha Chapa Benavides

Twitter: @martha_chapa

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos