Fabiola Guerra

¿Puedes amarte siempre en son de paz?

Esta costumbre de morir a diario en lo mejor y dejar para mañana  lo peor –una persona rápida y furiosa –con prisa y neurosis-.  Días de enfermedad marcan nuestro destino, “la histeria”. ¿Hay algo que te duela en la vida?, ¿Dónde quedo la lujosa experiencia de ser felices?, ¿Quién educa en espontaneidad?

¿Cómo está el álbum de tu vida?, ¿Cuál fue tu emoción de la semana anterior?

No debemos dejar que pasen los años niños. Las fotografías nos hablan de rastros congelados en el tiempo donde buscábamos como divertirnos. Historias que se cerraban con broche de oro en sábados de promesas y  domingos de cumplimiento en  copas de arboles de  parques. Infancia es juegos, cuentos y fantasías de súper héroes, “el ser de una epopeya”, etcétera.

Aprendamos a vivir sin deshacer lo que es singular en el mundo: “la alegría y la imaginación en la memoria”. MAISLOSZ AFIRMÓ “ver no sólo significa tener algo frente a los ojos, sino que también puede significar conservar algo en la memoria. Ver y describir puede también significar  reconstruir con la imaginación…”

Hay momentos que nos permiten respirar y disfrutar, -ser niños otra vez-. ¿Te gusta esquiar o trepar montañas?, ¿Te llevas bien con los pequeños?, ¿Expresas tu interior cuando cantas, bailas y tocas? Sabías que el amor de un lactante se toma como una esponja. Cuando los niños pequeñitos ven amor se funden en él.

El pasado también es  añoranza de  un paisaje ilusorio  donde todo es hermoso,  vivo, ardiente y oloroso. La  experiencia es la cumbre de un viaje emocional. A las personas nos dan ataques de nostalgia hay que reconocerlo.  

Hay un eco en el pasado que te pregunta, ¿En dónde estabas cuando dejaste de divertirte? ¿Has puesto fronteras tontas en tu vida?

¡Dios pide testigos de bondad!

El cariño es un abrigo abierto que muestra un corazón puro y limpio. Los niños en sus juegos se presagian grandes. Adornan con una ‘carita feliz’ lo que se van a comer. En la infancia  se une, ‘cuerpo, alma y mundo’. Vamos a repartir  amor donde más se necesite que todavía hay vida después de la juventud, -en el invierno también hay flores- Aprender a ser como los niños sin dolencias católicas o culpas como los adultos en ciernes. ¿Qué nos demora?, ¿Qué paradigmas hay que romper?

¿Cuándo se volvió el cuerpo marginal?

La vida cuando se vuelve asignatura pierde sus capacidades de libertar, regocijar, emocionar, independizar y desmitificar. Ya no hay sábados ni domingos. Sólo una lluvia de lunes con su torrente de compromisos y deberes.  ¿Qué gusto te hace sentir princesa o súper héroe?,  ¿Cuándo despierta tu magia?

Los niños gesticulan y hacen caritas  todo el tiempo. Para ellos coquetear es un ritual –ojitos, besitos, más de 600 sonrisas diferentes, extravagantes ademanes, etc-. La belleza toma otro cariz si aceptamos el hecho de que nuestro aspecto irradia un mensaje.

“Dado que tengo ojos, tengo necesidad de ver, dado que tengo oídos tengo necesidad de oír, dado que tengo mente tengo necesidad de pensar y dado que tengo corazón tengo necesidad de sentir”  Marx Facultades Humanas

¿Cuál es tu intención para hoy?

Si necesitas nuevas experiencias, ve a su encuentro. Proyecta algo interesante todos los días. Dale un realce a lo que de verás importa. Toma como proyecto de tu vida, comenzar y terminar el día con una declaración de amor. Festeja  aniversarios con velitas encendidas y  serenatas de locura, -sé la bella del baile-. ¿Dónde quedo la fanfarria?

Cuida tu mente es la casa de tus tesoros y acrobacias,  retrocede cómodamente en el tiempo. Saca el libro de pinturas que hay en tu corazón. Persigue molinos de viento. Descubre al vaquero que llevas dentro. Toma tu alimento de la tierra, -de la granja a la mesa-. “Sé campesino, jardinero u hortelano a ratos; cavar y lavar la tierra como quien lava y limpia su alma”. La vida es una sorpresa de sorpresas y una intrigante posibilidad.

Inicia un viaje glorioso e imposible, los hábitos son  caminadores y debemos buscar el sol en la playa, “pues del sol sois”. ¿Dónde está la mayor concentración de manantiales? Muda de piel –que no te arranquen de la juventud- y prepara un recorrido escénico a través de la naturaleza. Piensa en tours de degustación. Haz de una ciudad flotante tu ciudad gemela – canales en lugar de calles-. Somos lo que hacemos día a día. De modo que la existencia no es un acto sino un hábito. ¿En qué actividad encuentras un  montón de diversión y hospitalidad? ¿Cuántos llegamos a saber cómo es la versión perfecta de nosotros mismos? 

  

Pensar que la alegría pueda repetirse, ¡Es posible!

http://fabiolaguerraugalde.crearblog.com

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