Sin gratitud uno multiplica las emociones tóxicas como el resentimiento, la frustración y vive más fácilmente con depresión.

Pensar que la gratitud es una expresión de agradecimiento por lo que se tiene, es limitar la magnitud y el impacto de este concepto. La gratitud no debe de estar relacionada con las cosas materiales que se tiene, o solo ser una expresión de correspondencia por el amor y las relaciones personales o los logros que se tiene.

La gratitud es el sentimiento de aprecio por la vida por lo que se tiene y por lo que no se tiene.

Es una forma intrínseca de percibir la vida y de tratar de encontrar sentido a todo lo que pasa. La persona agradecida, puede manejar con más calma y evitar reaccionar de forma exagerada ante las experiencias negativas. Incluso tiende a descansar mejor. Mejora el respeto y amor propio disminuyendo la envidia por los logros o éxitos de los demás.

Decir "gracias" mejora las amistades y genera un mejor desempeño en el trabajo y en la vida en general.

Es un factor importante para fortalecer la resiliencia.

 Existen numerosos estudios científicos que comprueban que la gratitud es en sí la razón por la cual personas que han sufrido perdidas o problemas severos, enfermos con padecimientos crónicos, soldados veteranos, etc… con niveles más altos de gratitud sufrieron una menor incidencia de trastorno de estrés postraumático.

 La gratitud es un sentimiento personal que se puede compartir, pero nunca se le puede imponer. Una persona agradecida tiene el privilegio de sentir la conexión con el mundo y con las personas que le rodean, por lo que difícilmente se siente sola.

La gratitud es un imán que atrae a la gente a gravitar alrededor, radia energía alegre-positiva y hace que la presencia sea placentera. Las personas agradecidas son gentes cálidas, honestas y auténticas.

 Existen épocas y situaciones donde encontrar motivos para sentir gratitud es difícil. Cuando uno vive con problemas, carencias y lleno de adversidades, la carga física, la desolación y el dolor es muy grande. Sobre todo cuando uno siente que no tiene lo que necesita para poder agradecer o ser feliz.

Sin embargo, cuando uno se recuerda que aun en el sufrimiento se puede encontrar motivos como esperanza, fe y valor para resistir entonces surge dentro de la desesperación agradecimiento que da un nuevo motivo que fortalece y ayuda a seguir.

La gratitud está fincada en la actitud positiva y el trabajo personal que enfoca la atención en valores y no en objetos. Ser agradecido es un arte que se debe cultivar todos los días.

El árbol que pierde todas hojas en el invierno sabe que el frío y la nieve no son condiciones favorables para sus flores y frutas, pero sabe que, si sobrevive esa estación, resurgirá su abundante follaje cuando regrese el sol.    

Recuerda que la gratitud no puede coexistir con la arrogancia, el resentimiento y el egoísmo.

Gratitud

Ingredientes:

Determinación  –  compromiso personal para encontrar lo bueno y agradecer
Actitud positiva- ojo noble ante la vida, generosidad y amabilidad
Confianza –  fe inquebrantable aun en momentos oscuros y difíciles

Alegría – goce por lo que se tiene con gusto sin comparaciones ni reproches

Paciencia – aprender a darle tiempo al tiempo, estar abierto a la vida

Afirmación personal para poder agradecer:

Hoy es un nuevo día y hago todo lo que esté en mi para que sea un buen día. Agradezco la oportunidad que tengo para vivir. Encuentro las cosas buenas y constructivas. Soy una persona positiva. Elijo agradecer lo que tengo y también lo que no tengo. Vivo en paz y encuentro motivos para alegrarme. Agradezco este día y doy gracias a todas las personas que me ayudan o están cerca de mi.

Como sembrar la gratitud diaria:

 

  1. Agradecer las pequeñas cosas cultiva una mente tranquila, feliz y satisfecha. Cuando uno es capaz de reconocer las bendiciones y los detalles que tiene, logra vivir en plenitud y puede encontrar oportunidades y/o posibilidades para sentir gratitud.
  2. La gratitud es una forma de vivir y de sentir. La actitud de la persona que agradece y valora a los demás la hace siempre estar rodeada de gente contenta porque emana alegría que se contagia y se comparte. Esta misma actitud permite disfrutar de una buena vida aun cuando hay problemas.
  3. Ser agradecido fomenta la resiliencia y la sobrevivencia. Ser agradecido no es una predicación religiosa sino una condición psíquica y moral que llena el corazón con paz, satisfacción y gratitud.

 

La persona que sabe agradecer conoce la verdadera felicidad y la puede compartir con los demás. *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2021 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados 

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Becky Krinsky | Life-Coach, Author, & International Speaker

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