SÍ, ACEPTO

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Para mí la decisión de casarme no sólo fue en la salud y en la enfermedad, en lo prospero y en lo adverso, hasta que la muerte nos separe. Decir: sí, acepto significó cambiar de continente, de país,  aprender otro idioma, aprender otras costumbres, cambiar de amigos, de casa, estar lejos de mi familia, de mi rutina y de todo aquello con lo que crecí y he amado.

 

¡Sí acepto! fue un salto al vacío y día con día conocer dónde iba cayendo. Algunas personas lo hacemos por amor, otras por trabajo, otras por encontrar refugio en un país que no esté en guerra y que les ofrezca una mejor calidad de vida, otras simplemente por tener una aventura en sus vidas. Cada persona tiene motivos diferentes para mudarse a otro lugar y vivir las alegrías y tristezas que esto implica.

 

Yo he vivido en diferentes lugares del mundo. En unos fue más fácil que en otros, dependiendo del idioma, las costumbres, el clima, la comida y las pequeñas cosas de la vida cotidiana que van construyendo nuestro mundo. Creo que aquí está la clave para ser feliz y adaptarse con mayor facilidad a un nuevo lugar: 

Les comparto algunas de estas pequeñas, grandes cosas que nos dan felicidad:

  • Encuentra lo antes posible la comida que te gusta. La comida es una de las cosas que nos dan placer al descubrir los olores y los sabores que nos hacen sentir en casa. Que no falte en tu cocina el café o té que tomas cada mañana, las especias y los ingredientes necesarios para que puedas disfrutar momentos de felicidad gastronómica.

 

  • Busca el parque o bosque más cercano en donde todas las mañanas puedas correr, hacer yoga o pilates. Lo que sea que te motive a mantenerte sana y fuerte. El ejercicio también te ayudará a empezar una rutina y una vez que la tengas empezarás a sentirte cada vez más en casa.

 

  • Las compras son un punto muy importante para adaptarte a nuevos lugares. Saber en dónde encontrar los productos o servicios que necesitas a diario y que te hacen feliz, son las pequeñas cosas que van haciendo la diferencia para no sentirnos ajenos a nuestra propia piel. El shampoo que te gusta, el salon de belleza, un spa en donde hacerte un facial o un masaje, pueden parecer cosas superficiales, pero cuando estás volando en tierras nuevas, éstas cosas te van arraigando y poniendo los pies en una zona de confort.

 

  • No olvides tus hobbies. Encuentra librerías, museos, cines, teatros, restaurantes, etc. Crea un entorno familiar para ti. Puede ser un café o un parque para ir a leer un libro. Conquista esa nueva ciudad, recorrerla de pies a cabeza, explórala y descúbrela como si fueras una niña nuevamente. Sorpréndete con lo nuevo, llénate de energía, respira la ciudad y hazla tuya.

 

  • Aprende las costumbres del lugar y la etiqueta. Vas a descubrir cosas increíbles. Cuando viví en Shanghai quede maravillada de la forma en que las personas se presentan contigo y lo importante que es para ellos dar su tarjeta de presentación. Se paran frente a ti, te miran a los ojos, toman la tarjeta con las dos manos y hacen una pequeña reverencia con la cabeza. Así debes recibirla tú también: tomas la tarjeta con las dos manos, haces una pequeña reverencia, lees la tarjeta y después puedes guardarla. De alguna manera te entregan su identidad con mucho respeto y así debes que recibirla.

 

En Munich por ejemplo, en las escaleras eléctricas debes pararte a tu lado derecho y dejar libre el lado izquierdo para las personas que tienen prisa y quieren pasar. En México no tenemos esa costumbre y bloqueamos toda la escalera. Los de atrás deben mantenerse atrás. Ahora, para mí esa es una señal de respeto y consideración con los demás. Este es el tipo de cosas que debemos de aprender de otras culturas, abrir los ojos para mejorar quiénes somos.

 

Con el tiempo tendrás amigos, un grupo o una comunidad, y tus vivencias e historias de cada día irán creando tu presente y convirtiendo el pasado en recuerdos que integran quién eres. No todos los días serán fáciles, no todos los días estarás feliz, pero es parte de la vida: buscar la felicidad y conocerte a ti misma en diferentes circunstancias. Vivir en otro país te hará más rica en conocimientos y vivencias, te dará otros puntos de vista y te abrirá panoramas diferentes. Podrás valorar tu vida desde otra perspectiva,

 

Este gran salto al vacío me permitió ver que cuando hay algo incierto en tu vida hay más espacio para crear, cuando hay amor la caída es suave y amable, el vacío se va llenando día con día y tú eliges qué conservar y qué dejar ir. No tengas miedo a los cambios porque la vida es un movimiento continuo, si te lleva a vivir en otro país, consideralo un regalo con el que siempre vas a ganar, si lo sabes aprovechar.

Esta entrada fue publicada originalmente en el blog de Dalia Empower 

Acerca de la autora: 

Brenda Franco es licenciada en Diseño Industrial. A lo largo de su trayectoria se ha desarrollado como Artista Visual y Diseñadora de Interiores. Ha expuesto en prestigiosos museos y galerías en diferentes países. Es coleccionista de viajes e historias, amante de la estética y la naturaleza. Su vida es una búsqueda constante por expresar la belleza. 

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