Todas las mujeres del mundo tenemos un poder que nos hace únicas e imbatibles.
A lo largo de los años hemos batallado para derribar prejuicios y estereotipos de género que solo han estado enfocados en diferenciarnos de los hombres y en relevarnos a un papel menor y débil. Aún hoy, seguimos en pie de lucha.
Quizá ahora sientas que haz perdido esa fuerza interior que te dice que debes luchar, tal vez porque estás amarrada a una relación abusiva, a un trabajo que no valora tu talento, o a una idea equivocada de ti misma.
Pues ahora es el momento de activar ese poder, de reconquistarlo, de ser ese gran cambio y de descubrir quien eres.
Las mujeres somos poderosas. Tenemos el poder para soltar lo que nos hace daño, el poder de decir que no, el poder de saber que merecemos lo mejor y el poder de reconocer que tenemos miedo; pero pese a eso somos fuertes para intentarlo.
No eres perfecta, ni mucho menos una mujer maravilla. La mujer poderosa lucha cada día, vive el presente y sabe que hasta cuando pierde, está ganando.
Así que es momento de derribar esa barrera que nos impide ser felices, de tener amor propio, de pisar fuerte en cada paso que damos, de soltar y confiar.
Ya no puedes mostrar debilidad. Es hora de dejar el sometimiento, la dependencia y esa mentalidad de víctima, tenemos la completa responsabilidad por nuestra felicidad. Solo cuando tú cambies, el mundo cambiará.
Ama de casa, empresaria, esposa, hija, cualquiera que sea nuestro rol, siempre debemos pensar primero en nosotras. Recuerda que si somos felices, los que están a nuestro alrededor también lo serán.
Actualmente, la idea de igualdad de derechos se ha tergiversado un poco, pensamos que debemos ser iguales a los hombres y eso nos ha llevado a querer competir con ellos.
Sin embargo, debemos entender que todos tenemos talentos únicos que nos hacen diferentes y aceptar esas diferencias es parte de lograr una igualdad. Nadie es como tú y ese es tu poder.
No se trata de ser como los hombres, sino de colaborar y compartir. No por ser ama de casa significa que seas menos que tu esposo que va a una oficina. Criar a tus hijos y atender las tareas del hogar conlleva un poder de organización igual de fuerte que un trabajo en una empresa. No olvides que los dos son un equipo, y que las tareas que ambos realizan son claves para el éxito de la familia.
No importa si estas en el hogar, en una empresa o administrando tu propio negocio; tu valor como mujer sigue siendo el mismo. Tan solo estamos usando nuestras capacidades de diversas maneras. Al final, hagas lo que hagas, si te hace feliz significa que es el camino correcto.
Hay algo en lo que siempre he creído, y que constantemente lo recalco en mis seminarios. ¡Las mujeres debemos confiar en nuestra inspiración!
En esa sensación mágica e inexplicable de saber las cosas. Al conectarte con tu propia inspiración encontrarás todas las soluciones a tus problemas y sabrás que camino tomar cuando exista duda o temor. Este es un maravilloso poder que todas compartimos.
Así que mañana levántate, empieza haciendo una lista mental de todas las cosas por las que puedes estar agradecida. Mírate en el espejo y decide aceptarte y amarte de la forma que eres y confía en tu propia inspiración. Ponte primero y haz lo que funciona para ti. No más verte como víctima y no más sacrificios. La era del sacrificio ya pasó. Si hay algo que no te hace feliz, simplemente suéltalo. Tu felicidad y la de los tuyos comienza contigo.
¡Feliz día mujer! Hoy y siempre, conéctate con tu poder.
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