Y SI HABLAMOS DEL EGO...

   

      Recientemente escuché en un podcast la frase: “El ego existe pero no es real” y quedó resonando en mi cabeza durante días. Hablar del ego resulta complejo porque tan solo escuchar el término crea una confusa sensación en torno a su significado, y en ocasión de este artículo, toma lápiz y papel porque mi intención es compartir contigo las diversas capsulas informativas que han aliviado esta confusión, ya que, se logra trascender lo que se aprende a través del conocimiento que aporta valor a la vida.  Pero ¿Qué es exactamente el ego? El escritor y guía espiritual Arnaud Desjardins, en una ocasión dio una definición con una sonrisa: “El ego es cuando recibes una foto grupal, para mirar inmediatamente cómo estás”.

   ¿Cómo entender la naturaleza del ego en una sociedad orientada a la imagen? Sencillamente, realizando un viaje a tu interior para conocerlo y aceptarlo como parte de ti, aunque no defina quién eres. La gran mayoría de investigadores y expertos sobre el tema coinciden en el hecho del ego como una máscara social, una falsa creencia sobre nosotros mismos, una mentira sobre quiénes y qué somos en realidad.

     Para el psicoanálisis, el ego (también llamado el “mi” ó el “yo”) es el árbitro de los impulsos. Para las filosofías orientales, el ego es más bien un obstáculo para el despertar espiritual, es el que aunque tome “la apariencia del núcleo de nuestro ser, nos impide llegar a la esencia de las cosas”. Por ejemplo, para los budistas el ego es una ilusión, una percepción que debemos transcender para percibir mejor la realidad del ser. Para lograrlo, no necesariamente se trata de hacerle la guerra al ego, al contrario, es aprender a reconciliarnos profundamente con lo mejor de nosotros mismos. En este sentido Wayne Dyer expresa: “Permitir que la ilusión del ego se convierta en tu identidad puede evitar que conozcas tu verdadero yo”.

     Asimismo, una definición llama poderosamente mi atención y es la terminología utilizada en Un Curso de Milagros, la cual se refiere al  “ego” como la totalidad de nuestra red de percepciones atemorizantes que brotan de la falsa creencia de nuestra separación de Dios y del resto de los seres humanos. Es decir, Dios no está separado de nosotros, porque su amor mora en cada corazón.   

10670762056?profile=RESIZE_710x

     Todos los seres del planeta, en mayor o menor medida se encuentran en un sendero espiritual (aún sin saberlo) por lo tanto, todo lo que un ser haga en su vida puede ser usado por su ego o por el amor de Dios. El ego intentará con uñas y dientes internarnos en la angustia, la preocupación y el caos, mientras que, si estamos en sintonía con la grandeza del amor de Dios, Él se vale de todo para conducirnos a la paz interior.

     En otras palabras, si Dios es amor y el amor de Dios, cuando la percepción atemorizante se hace presente, la persona actúa en desconexión con el amor que hay en su corazón, haciendo que ese amor se vuelva en su contra, al desviar el amor hacia el miedo, dolor y sufrimiento, convirtiéndote así en un ser sumergido en un abismo de inseguridades, con una autoestima baja, buscando en cada rincón el amor que ya está dentro de ti. Una buena autoestima significa amarte y amarte es creer en ti.

     La opción de optar por el amor no resulta tan fácil, el ego se aferra de manera atroz a las creencias limitantes impuestas por el miedo. El ego se defiende del amor, no del miedo, pero no hay miedo o negatividad que el amor no disuelva. Podemos afirmar, el ego es una faceta de nuestra personalidad que nos empuja a actuar más con la cabeza que con el corazón, cito un ejemplo: La crítica es propia del ego. Por un momento podemos sentirnos inconscientemente superiores al otro cuando criticamos, el ego se alimenta de estos aspectos negativos para irritarnos y alejar la alegría y la felicidad. Un buen ejercicio es: Aprender a ver la crítica cuando la hacen otras personas, evitando involucrarnos y observando con desapego; así comprenderemos de forma más sabia nuestras reacciones en todo tipo de circunstancias, logrando transformar las facetas más oscuras para liberar el camino de la evolución y la riqueza interior.

     No obstante, aunque parezca absurdo, el ego resulta útil para nuestro viaje de crecimiento personal, es un compañero de viaje que podemos invitar a hacer silencio, él solo puede perjudicarnos si dejamos todo en sus manos, tomando en cuenta que es la parte de la mente materialista y superficial. En resumen, el ego es lo opuesto a nuestro ser más profundo, a medida que conectamos más con nosotros mismos, nos vamos liberando de creencias limitantes como: “No puedo lograrlo”, “Soy un fracaso”, “Esto es imposible”, de tal manera que, lo anclado en el inconsciente puede emerger para ser liberado, dándole la bienvenida a una naturaleza más plena y en sintonía con la esencia de tu alma. Si el ego gobierna tu alma, necesitarás alimentar tu alma con la energía de los demás para sentirte bien.

     Despertar la esencia de tu alma es despertar conciencia y nuestra esencia es crecer. Al respecto cito a Tonny Robbins, experto mundial en liderazgo: “Si no estás creciendo, estas muriendo”. Por lo tanto, decidir conectarte a tu esencia es abrir las puertas a la magia que hay en tu corazón para que la voz en tu cabeza que siembra miedos, dudas, confrontaciones, juicios y críticas pueda sustituirse por la voz de la calma, la armonía, la que no tiene que demostrar nada a nadie porque tiene certeza de su valor.

     Resulta imprescindible saber, el amor es mucho más que una palabra y un sentimiento dulce, requiere práctica, disciplina y mucha confianza en ti. Es un compromiso radical con una forma de pensar, renovada, diferente y sana. Una de las claves para identificar el avance o retroceso de ese compromiso es observar la forma de expresarse de una persona; si habla palabras llenas de gratitud o negatividad. “Porque de lo que abunda en el corazón habla la boca” (Lc 6:45, NVI). ¿Qué lenguaje te encuentras hablando hoy, el del ego o el del amor, la gratitud y la fe?

     Estamos constantemente abrumados por una avalancha de pensamientos. Si decides centrarte en los pensamientos que llegan desde tu ego: Comparación, queja, autoexageración, minimización, odio, culpa, vergüenza, envidia, vanidad, rencores; los magnificarás y estarán aún más presentes en ti. Por lo tanto, tienes en tus manos la posibilidad de elegir la calidad de tus pensamientos; elegirlos como lo haces con la ropa cada mañana, de tal forma, enfócate en potenciar tu poder personal desde un espacio más amoroso contigo y con los demás, busca la sabiduría y fluye con la vida para brillar con tu propia fuerza, esa misma fuerza que Dios deposita en tu alma a través de su gracia para iluminar tus pasos con amor y sentido de propósito.

     Siempre estás a tiempo y es el mejor momento para empezar a saborear la vida al otro lado del miedo, donde ya no prevalece tu ego, sino donde te reencuentras con tu esencia, justo en el punto de equilibrio en el que tu amor propio se abraza con el Universo. ¿Qué harías hoy si escuchas la voz de tu amor en lugar de la voz de tu ego? Recuerda: Si nutres tu alma, tu ego está perdiendo.

POSDATA: Para profundizar más en temas de crecimiento personal para mujeres resilientes, te invito a leer el libro de mi autoría: UNA MUJER AL OTRO LADO DEL MIEDO, disponible en amazon.

Mayerlin Romero.

Escritora/ Venezuela.

@soy.mayer

 

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos