Muchas parejas que fracasan al intentar resolver sus discrepancias, se sienten frustradas, desorientadas y confusas, como si estuvieran ciegas en un cuarto oscuro, buscando un gato negro que no se encuentra ahí.

Esto es así porque la zona de solución de conflictos es como una habitación que suele estar en penumbras, pero que por fortuna cuenta con un interruptor que enciende y apaga la iluminación de ese importante recinto. Dicho interruptor es precisamente la conciencia del sabio observador.

Cada vez que desees ingresar a este lugar, te sugiero que emplees la técnica que llamo “la invitación a encender el observador”.

Consiste en que le propongas a tu cónyuge que cuando visiten este espacio para resolver algún conflicto, activen la “corriente eléctrica” de la conciencia del sabio observador para monitorear ininterrumpidamente qué sucede entre ambos. Pero sobre todo, qué ocurre en el interior de cada uno, en especial con sus juicios, creencias, emociones y situaciones pretéritas que se estén sobreponiendo en el presente como si trajeran puestos los lentes del pasado y con ellos vieran distorsionados los eventos actuales.

Para que te quede clara esta técnica, te narro el siguiente caso:

En cierta ocasión un hombre citó a su esposa en un lujoso restaurante para invitarla a cenar. La mujer llegó 30 minutos tarde al encuentro y encontró muy alterado a su esposo por la demora. La discusión acalorada y estéril no tardó en aparecer. Después de algunos tensos minutos de infructuosos intercambios verbales, recordaron la técnica de “la invitación a encender el observador” y la pusieron de inmediato en práctica. Una vez prendida la luz, lo primero de lo que se percataron fue de que habían entrado a la sensible habitación del manejo de conflictos sin haber activado el interruptor del observador, lo que les había ocasionado momentos amargos de manera innecesaria.

Sin embargo, lo importante es que se habían dado cuenta del descuido y estaban a tiempo de capitalizar el problema.

Lo primero que a él le llamó la atención había sido la desproporcionada respuesta emocional de enojo que había experimentado ante el retraso de su esposa.

Pudo advertir lo injustificado de su hiperreacción; después de todo no era para tanto. De ahí dirigió la atención a su cuerpo, en el que registró una fuerte opresión en el pecho y un nudo en la garganta.

Hurgando en sus emociones encontró una sensación de miedo alojada detrás de su enojo. En ese momento recordó que en una de sus sesiones terapéuticas había trabajado episodios muy dolorosos de su infancia en los que su madre, por motivos de trabajo y de negligencia, lo recogía muy tarde cuando él salía del colegio. Esos largos minutos de espera habían sido muy difíciles para él, ya que al quedarse solo y esperando, se sentía amenazado y con temor de que alguien pudiera llevárselo o le hiciera daño.

En más de una ocasión a su atolondrada madre se le había olvidado la existencia de su hijo y había tardado hasta dos o tres horas en pasar por él, mientras éste sentía que se moría de angustia y concluía que no era importante ni digno de cuidados ni de ser amado.

Cayó en la cuenta de que la opresión corporal que había experimentado esa noche era la misma que vivió en aquellos aciagos momentos infantiles , y que él estaba reaccionando con su esposa como si todavía tuviera aquellos seis años y ella fuera su madre.

Esta nueva perspectiva, que descubría gracias a su sabio observador, le daba ahora la claridad para poder explicarle con serenidad su experiencia a su esposa y pedirle, aun reconociendo su desproporcionada reacción y sus heridas de la infancia, que en la medida de lo posible fuera más puntual.

Ella, por su parte, se sintió contagiada por la sensatez y ecuanimidad que asumió su marido al despertar a su sabio observador, de tal manera que siguió sus pasos y también pudo voltear hacia su interior. Con este enfoque se dio cuenta de que llegar tarde a sus citas, especialmente con él, era una pauta de comportamiento.

Recordó que también había analizado en su terapia que de pequeña con frecuencia su padre le hacía promesas que la mayoría de las veces no cumplía, de tal manera que aprendió a desconfiar de los hombres y a expresar, en represalia, su enojo reprimido con comportamientos pasivo-agresivos, como llegar tarde a sus compromisos.

Al igual que su marido, ella también reaccionaba en los momentos presentes desde un punto de vista infantil resentido. Le ofreció a él una disculpa y se comprometió a ser más cuidadosa con la puntualidad.

Como puedes apreciar por medio de este ejemplo, cuando quieres resolver un conflicto con tu compañero es muy fácil que las tinieblas de la ignorancia y la toxicidad de emociones negativas, como la inseguridad, el enojo o el miedo y de tus asuntos infantiles no resueltos, empañen tus recursos personales; pero también es cierto que cuando enciendes la luz de tu sabio observador, tu horizonte de posibilidades se expande sin límites.

Sé que para los integrantes de la pareja es muy difícil luchar por sus necesidades o anhelos y al mismo tiempo vigilar el proceso psicológico personal y el del interlocutor mientras buscan acuerdos y definir intereses; no obstante, es necesario desarrollar estas competencias, ya que de otra manera es imposible construir un proyecto conyugal de alto rendimiento.

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Comentarios

  • Hola mi querido amigo Ruben ....gracias por tu aportación  nos sirve de mucho.

    saludos. Te quiero mucho

  • Gracias Ruben por compartir.....es interesante el articulo, y creo que es importante aprender el manejo de las emociones, aspecto a veces muy desconocido que en ocasiones no las podemos percibir.

     

  • Muy interesante, a veces no te das cuenta, no percibes el conflicto, y lo importante es el YO observante, hay que trabajarlo gracias.
  • Gracias Rubén por este magnífico artículo interesante, me agrada la frase final, muy sustantiva, construir un proyecto conyugal de alto rendimiento, woow, el objetivo personal.

  • Ya de entrada la creencia de deber o tener que vivir con pareja...es fácilmente objetable. Más, avenirse a obedecer esa instrucción, inclusive a costa de desgraciarse más la vida propia y de la descendencia, por no haber desarrollado las debidas competencias previamente, no parece estar a favor de la especie humana . Pero bueno, de lo perdido, lo recuperado.

  • Gracias, excelentes consejos, la solución debe empezar primero en echar un vistazo en nuestro interior, llevando a la conciencia nuestros actitudes, para que provoquemos un cambio sano en el entorno, por lo general siempre empezamos al contrario, viendo con lupa y juzgando a los demás, no solo en la relación de pareja, buscamos un culpable, que no es otra cosa más que una máscara de nuestra sombra. Felicidades!

  • es interesante pero en mi caso mi esposo esta enfermo es un mitomano y ya perdio su realidad me da tristeza que eso suceda pero el no pone de su parte y me contamina asi que por mas que trate de estar bien con el no se puede siempre la culpable segun el soy yo,,,, pero este articulo es bueno lo tomare en cuenta,, gracias

  • Gracias es complicado relacionar los acontecimientos vividos con los que tenemos en frente, pero es un muuy buen ejercicio.

  • Saludos. mmmmmmmmmmmmm, creo que resolver conflictos de esta manera suena muy bonito. Una prima me anoto en esta página, que buena onda, porque sabe que tengo una teoría súper nueva, después de haber leído cerca de 10 o más libros, sobre el machismo. Ahorita estoy leyendo uno acerca del problema, todos luchamos, desde nuestras trincheras para resolver este lastre de la humanidad desde su aparición hasta nuestros días. Estamos a años luz de resolver este desgraciado problema. Más si no nos armamos de una teoría que tenga relación con la realidad. Por aquí ya metí esta mi teóría. Es la siguiente. No podemos resolver nada entre la pareja porque ellas tienen su cerebro femenino y nosotros el cerebro masculino. Tenemos, en extremo, diferentes concepciones de la realidad. Hasta que no encontremos la unidad de ambos cerebros estaremos en graves problemas como en la actualidad. Lo que estoy investigando es cómo unir ambos cerebros para que "produzcan" luz como la electricidad y no produzcan huracanes como Sandy (agua fría-agua caliente choque brutal como sucede con las parejas) si logramos la unión de ambos cerebros como en lo sexual -aunque esto lo hacemos más por instinto que conscientemente, creo- ¡somos uno cuando hacemos el sexo y producimos vida! ¿Que pasará cuando unamos ambos cerebros? Me estoy imaginando que vamos a desarrollar una inmensa energía positiva. Estoy investigando cómo unir ambos cerebros. Para hacerlo uno sólo. Sólo así estaremos hablando de la solucion de todos los problemas de género. Para aplicar esta teoría tengo una Escuela de Unión Matrimonial Coatlicue,  aquí en Naucalpan. Otra vez, saludos.

  • JUSTO CUANDO LLEGUE AL CASO DE LA ESPOSA ALGO PASO EN MI INTERIOR SE ME SALIERON LAS LAGRIMAS, ES CIERTO A MI ME PASO ESO, PROMESAS QUE NUNCA SE CUMPLIERON MOMENTOS QUE  LLEGARON, GRACIAS POR CONTRIBUIR A MIRAR A DONDE ESTAN LAS SOLUCIONES .... DENTRO DE UNO MISMO   GRACIAS Y BENDICIONES

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