Rufino Montoya
Hay veces que, mientras estamos con los chamacos en plena vía pública, utilizamos expresiones como ¡aguas!, ¡fíjate! o sencillamente, ponte abusad@, como si éstas palabras fueran escudos contra accidentes cuando en realidad, sólo los asustamos al vernos con los ojos desorbitados y con el gesto de espanto debido a sus chifladuras y actos irresponsables.
Jaime Cortina Watson, autor de Pediatría para todos, Editorial Grijalbo, explica que los accidentes que se producen en la calle, banquetas y estacionamientos, ocurren en muchos casos porque los padres sobrestiman la capacidad de sus hijos de desenvolverse en la vía pública y agrega que, es importante no olvidar que los chicos no siempre tienen el juicio para valorar la velocidad, así como las relación entre distancia y espacio, por lo que a veces se lanzan al tráfico sin reconocer el peligro.
Por lo que el especialista aconseja que deben de:
- Cruzar la calle acompañados.
- Aprender a hacer contacto visual con el conductor antes de pasar frente al auto.
- Respetar las señales de tránsito.
- Mirar a la izquierda, derecha, y luego de nuevo a la izquierda antes de cruzar la calle.
- Evitar correr para atravesar una vía, a menos que sea necesario por causas de fuerza mayor.
- Caminar por la banqueta.
- Alejarse y no jugar cerca de sitios que tengan posibles entradas y salidas de autos, además de estacionamientos.
Conductas de riesgo
No es difícil ver a los chiquillos con los audífonos puestos en los oídos mientras caminan o andan en bicicleta, aislados de todo lo que les rodea, que si bien es cierto que escuchar música o la radio es fascinante, también lo es que significa un peligro ya que impide que escuchen señales de alerta como un claxon o el aviso de otra persona, y esto no es una conducta exclusiva de pequeños peatones, también algunos adultos lo hacen, por lo que es clave platicar con los niños sobre las situaciones que los mayores hacen y que sepan que no siempre los más creciditos son el mejor ejemplo.
Una última recomendación, hay que estar atentos a las conductas que los niños hacen y que pueden pasar desapercibidas como peligrosas, porque por difícil que parezca, a veces a los chamac@s les puede divertir la posibilidad de caerse o rodar, como es cuando caminan por el borde de la banqueta, corren por la acera de una calle que tiene una pronunciada pendiente, o aceleran la velocidad de la bicicleta al acercarse a una curva.
Hablar con ellos sobre los posibles riesgos, significa sensibilizarlos para que sean peatones que se cuidan a sí mismos y así eviten sufrir accidentes.
Para leer:
Más información:
Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes
http://www.cenapra.salud.gob.mx/
Colaboración de Fundación Teletón México.
“Los sueños se cristalizan con esfuerzo”
Bojorge@teleton.org.mx
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