NO TENGO TIEMPO

Usualmente trato de eliminar de mi lenguaje la palabra NO, hábito que te consta. Hoy por excepción haré uso de ella, recalcando que está cargada, de suyo, de lo que evito y te aconsejo evitar.

No tengo tiempo, correcto sí y solo si,  el relativo y amorfo tiempo, concepción virtual de tu vida, te tiene a ti.

No tengo tiempo, no tengo vida, soy incapaz de decidir, de mí aquí y de mí ahora. Se me imponen circunstancias, hechos, actos y entornos, con ellos decisiones únicas, que si bien pueden ser correctas lo serán por las razones incorrectas.

 

“No tienes tiempo”, frase coloquial, inoportuna. Ritmo de vida acelerado nos lleva al límite de nuestra fuerza, cual si fuésemos corriendo con la lengua de fuera.

 

Curiosas incongruencias, ahora que la tecnología reduce distancias. Desde un celular nos comunicamos al mundo entero, inmediatamente; se puede dictar una conferencia por esta vía, desde una computadora, desde nuestra casa.

 

Más difícil de entender aún hoy con los lavaplatos, con los hornos de microondas que en los setenta eran exclusivos de los aviones. Según la prensa británica, la liberación femenina  y su incursión masiva en el mercado de trabajo se debe en parte a la lavadora de ropa, así lo dicen las cifras.

 

¿Por qué el afán de repetir “no tengo tiempo”, es una  costumbre o una grabación en el inconsciente? me pregunto.

 

Los tiempos relativos, el interior y el exterior son necesariamente distintos aunque crezcamos con  la idea que son iguales, olvidamos el arte de cultivar el tiempo. Joan Robbins ilustre economista inglesa admiraba las culturas africanas y americanas precolombinas, por lo que ella llamaba “el goce del tiempo”, inadmisible en nuestra cultura. Estoy bajo presión, estoy estresado, repeticiones sin análisis de nuestro entorno.

 

La Ley de atracción dicta que un sentimiento atrae a otro de igual magnitud. Requerimos con urgencia de una nueva cultura del tiempo, condición necesaria para la sobrevivencia.

Filtrar lo que queremos hacer, ser selectivos, sin divagar.

 

Hoy niños y jóvenes presumen absurdamente de una “cualidad”, el multi task, la realización de diversas tareas a la vez, yo me pregunto  ¿cuál de todas estas es el foco de su atención?, porque como sabemos en lo que te enfocas creces.

 

“El que mucho abarca, poco aprieta”, frase popular. Recuerdo que las pinceladas de todo me llevan al conocimiento de nada.

Dejarte llevar por la corriente del tiempo en lugar de ahogarte en ella, es el secreto.

La calidad de este es el grado de atención que es importante para la motivación.

 

Si haces varias cosas y piensas en otra a la vez, perderás el enfoque y la pasión para llevarlas a término.

 La soberanía del tiempo está en ti, sobretodo de tu reino, de tu interior y de tu pausa. La prisa y el estrés te hacen irreflexivo e intrascendente, precisas dar el salto cuántico y observar desde arriba la gran película.

 

Pon orden en tu vida y en tu mente para ser el rey de tu tiempo.

¿Conoces tu tiempo para hacer la pausa?

¿Le das tiempo a tu tiempo?

¿Cuál es la calidad de tu tiempo?

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