MARCANDO LA DIFERENCIA

11036012295?profile=RESIZE_710x

No es una tarea fácil confrontarse con la insatisfacción que uno ha ido acumulando a lo largo de la existencia. Pero quizás sí es el momento adecuado de reconocer y poner en orden cuáles han sido nuestros aciertos, en qué cosas hemos sido exitosos, correctos, nos ha ido bien y en qué cosas pudimos haber fallado, partiendo de la base de que errar y fallar es una condición del ser humano, por lo tanto, no nos debe sorprender, o no debemos tener vergüenza porque hayamos cometido algunos errores a lo largo de la vida.

Ahora, si de ese balance que tú vas a hacer, los errores superan ampliamente los éxitos, también va a ser un signo de madurez el admitir que nos hemos equivocado en nuestra manera de actuar y que estamos dispuestos a iniciar un proceso que cambie el perfil con el que hemos procedido hasta el día de hoy.

O sea, tenemos que iniciar ese proceso que nos lleve a transformar esos fracasos o esas debilidades que tenemos, en nuevas fortalezas. Y seguramente, cuando tú utilices ese tiempo de reflexión, que es un tiempo para quedarse quieto, es un tiempo en el cual debemos establecer un nexo, una conexión con nuestra mente, para poder evaluar, paso a paso, las cosas que hemos hecho y los resultados que hemos obtenido, nos vamos a dar cuenta que quizás durante los años que hemos vivido, hemos asumido una enorme cantidad de responsabilidades y de roles, a medida que fuimos adquiriendo mayor edad, mayor madurez en los distintos períodos de nuestro tránsito vital. Y este hecho de ir asumiendo responsabilidades y roles, habla de la buena disposición que hemos tenido para brindarles a quienes dependen de nosotros, lo mejor de nuestra capacidad, pero es probable que con el afán de proteger y de contener, nos hayamos olvidado de preguntarnos, qué es importante para nuestra vida.  Porque es muy lindo y es muy importante el proteger, el contener, el proveer, pero en esa vorágine y en ese vértigo por cumplir con esos objetivos, generalmente dejamos relegado en el cajón de los recuerdos, esa pregunta: ¿qué es importante para mi vida, qué es lo que tengo que hacer para poder sentirme bien?

Y no es una pregunta menor, porque en realidad debimos habérnosla hecho hace mucho tiempo, y quizás puedo asegurarte, que nos hubiéramos ahorrado muchísimas lágrimas y mucha amargura.  Porque si yo puedo responder qué es importante para mi vida, voy a ir tras eso que es importante; mientras no lo plantee realmente voy a quedar muy a merced de los sucesos que naturalmente acontecen en la vida de cada ser humano.

Lo fundamental es fijarse un objetivo inmediato, tratar de descubrir qué es lo que realmente queremos y de aquí en adelante comenzar a actuar para poder obtener aquello que deseamos.

Y qué opinión tienes de ti mismo? Cuándo fue la última vez que hiciste aquello que verdaderamente querías? Te resulta más fácil hacer lo que los demás te sugieren o eres fiel a tus pensamientos y tus sentimientos?

El precio de ser diferente en la vida, puede llegar a ser muy alto, pero es el precio de la dignidad y de la autenticidad del ser humano.

Y tú tienes que darte cuenta que permanentemente vives tomando decisiones. Desde aquellas que son absolutamente intrascendentes y que las haces casi en forma automática, hasta aquellas que pueden darle a tu vida un giro insospechado, y que también puede que sean un punto de inflexión que marque un antes y un después en tu existencia.

Y a propósito de ese tipo de decisiones, el confundirse entre la multitud, marchando al unísono con ella, pensando como piensa la mayoría o actuando como actúan quienes van detrás de quien se puede atribuir condiciones de líder, es una de las tantas opciones de vida que hoy, tanto hombres como mujeres, tenemos al alcance de nuestra mano.

Sin embargo, también existe la posibilidad de ser diferente, y yo creo que tú eres diferente, tú eres auténtico,  de respetar aquello que piensas, aquello que sientes, sabiendo desde un principio que serás mirado y juzgado en forma distinta de los demás, quizás como un ser humano conflictivo, que no se doblega ante la presión de las mayorías o que no hace lo mismo que hacen todos y que defiende a ultranza aquello que considera son sus principios y sus valores.

Y no es una tarea fácil y puede generar mucho desasosiego interior mantenerse fiel a una línea de conducta que refleje la madurez, el diálogo interno que hemos sostenido y que ha tenido como resultado el haber encontrado una misión y una verdad que nos identifica.

Si tú entrecierras tus ojos en este momento y piensas acerca de tu comportamiento en la vida ¿cuántas veces has podido defender tu posición respecto a un determinado tema, y cuántas veces has tenido que claudicar en función de lo que piensan los demás o en la búsqueda de una armonía que no llegó, por más que tú hayas actuado en contra de lo que pensabas y de lo que sentías?

Intentar ser distintos, hacer el esfuerzo por ser auténticos, aunque esto vaya en contra del pensamiento de los otros, es un desafío que no todos aceptan en la falsa creencia de que adoptar esta actitud los va a enfrentar con el mundo circundante, sin tener la firme convicción de querer defender aquello que consideran justo y que refleja fielmente su sentir.

Este precio, que quizás tú interpretes como muy elevado, no es otra cosa que una invitación a que seas genuino en tu forma de actuar y de conducirte en la vida, sin sentirte culpable.

 

Dr. Walter Dresel

 

wdresel@adinet.com.uy

www.exitopersonal.org

www.walterdresel.blogspot.com

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos