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México se reinventa a través del amor

Hoy, en medio de tanta tristeza y desolación, vemos cómo los mexicanos nos abrazamos a través de nuestras acciones.

Me conmueve enormemente darme cuenta de todo lo que está sucediendo en las calles. Ver a cada persona poniendo todo lo que puede a disposición de las víctimas. Ver a los niños acomodando, con esas manitas tan pequeñas que tienen, toda la ayuda que llega a los centros de acopio. Ver a los payasos yendo a los albergues a hacer reír a las personas que están ahí o darles un momento de alegría. Ver que prácticamente todos los jóvenes han salido a ayudar; ellos, los famosos “millennials”, esos que han sido tan criticados, esos mismos que hoy demuestran su valor, compromiso y solidaridad. O también ver a todas las personas mayores o en silla de ruedas que no titubearon al ayudar.

Ver el trabajo de los rescatistas, me sacude el alma. Ver cómo trabajan con todo el corazón, ver su vocación de servicio que rebasa el entendimiento. Y cómo van por la vida de los otros, sin importar las horas que pasan sin comer, sin dormir, si llueve o si hace calor, si es de día o de noche, no importa nada, sólo importa cumplir con su objetivo: rescatar vidas. Pero, sobre todo, mi corazón se llena al ver que todos, sin importar la condición o la edad, nos hemos unido por sacar adelante a nuestra nación.

En medio de la tragedia, el dolor, la desesperación, la impotencia por las pérdidas, la muerte y el desastre, estamos resurgiendo como sociedad. Recordándonos que somos más que las desgracias que estamos enfrentando, haciendo a un lado todo lo que nos separa y dando el corazón. Creando a través de la fuerza más poderosa -el amor- y desde ahí partir para volver a empezar.

Todo lo que estamos viviendo nos recuerda lo grandes que somos los mexicanos. Nos recuerda que somos talentosos, creativos, con gran sentido del humor, generosos, fuertes y solidarios. También nos recuerda que no abandonamos, que sacamos la casta, que les decimos con nuestras acciones a los que hoy están sufriendo que no están solos y que aquí tienen nuestras manos.

Muchas veces dije que los mexicanos somos muy dados a metemos el pie, pero hoy veo que eso está cambiando. Nuestra mentalidad ya no es esa y espero que no se nos olvide, porque qué fácil es volver a lo de antes y lo cierto es que no podemos dar por hecho que mañana despertaremos. Así que hay que vivir agradeciendo, teniendo claro lo que realmente tiene valor, apartando el rencor, la envidia y la falta de perdón, dando lo mejor de nosotros y viviendo alegres, sabiendo que estamos bendecidos.

Hoy todos tenemos tocado el corazón, sabemos que nuestra ayuda debe de ser a largo plazo y no sólo de unos cuantos días. Es por esto por lo que no debemos regresar a como nos comportábamos antes. Hoy, después de tanto dolor, nos estamos reinventando a través del amor. Hoy somos más los buenos y lo estamos demostrando. Por eso, no nos olvidemos de hoy. De este día donde todos estamos ayudando, donde nos vemos a los ojos y vemos en el otro a nosotros mismos. Donde hemos hecho a un lado las clases sociales y el color de la piel para recordar lo que somos: uno mismo.