LOS PELIGROS DE LA CELULITIS PARA LA SALUD

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Es muy común la errónea idea de que la celulitis es causada por acumulación de grasa. La verdad es que hay personas con sobrepeso sin celulitis y personas delgadas, incluso flacas, con celulitis.  De igual modo, se ha creído que la celulitis no tiene importancia, que no afecta la salud, que es un mero problema de estética. Nada más lejos de la verdad.

La celulitis es causada por inflamación de las células. El problema con la celulitis, es que si las células de la piel están inflamadas, seguramente lo estén también las células de nuestros otros órganos, y esta inflamación crónica puede ser muy delicada.

Cada vez se habla más de los riesgos potenciales de la inflamación celular crónica general. La revista Time  le dedicó una portada en 2004 y la bautizó como The Secret Killer (El asesino secreto), con base en estudios de la Universidad de Bonn (Alemania) y de Massachusetts (EEUU).

Según estos estudios, la inflamación celular crónica general puede causar padecimientos como alzhéimer, parkinson, diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso algunos cánceres (de pecho, garganta o colon), trastornos vasculares, infartos así como disfunción renal o del hígado.

Esto se debe a que la inflamación constante genera un deterioro del cuerpo, pues altera el proceso celular de todos los órganos, incluso a nivel neuronal.

Se le ha llamado “asesino secreto” porque algunos consideran que no tiene síntomas, pero los tiene: dolor constante de cabeza, colitis, cansancio crónico, dolores articulares y artritis, dificultad para bajar de peso, psoriasis, presión sanguínea elevada y de manera muy especial celulitis.

Cuando sufrimos un traumatismo o una infección, o en presencia de radicales libres, el cuerpo va a intentar defenderse mediante la producción en el intestino, de interferonas que son los agentes responsables de la comunicación intercelular, para hacer que el sistema inmune empiece a trabajar. Ello va a causar una inflamación.

La inflamación es la respuesta natural del cuerpo ante la presencia de algún patógeno, infección, daño o lesión a tejidos. Es decir, un mecanismo normal de auto protección. Cuando sufrimos un golpe, por ejemplo, el área se inflama y se calienta porque el sistema inmune está actuando ante el traumatismo para procurar la regeneración de la zona. Pero no solo se inflama la piel y los músculos, se puede inflamar también cualquier órgano del cuerpo: hígado, intestinos, estómago, corazón, etc. Esto es normal.

El problema es cuando esta inflamación es continua y generalizada a causa de una mala alimentación alta en carbohidratos y por la presencia de agentes agresores como toxinas y metales pesados que llegan a nuestro organismo por la contaminación del aire o la ingesta de ciertos medicamentos. Esto provoca radicales libres que inflaman tanto las células, que pueden hacer que revienten.

El efecto de la mala alimentación y de las toxinas, se agrava con una inadecuada ingesta de agua. El agua que tomamos los seres humanos del siglo XXI no es al agua adecuada para el funcionamiento de nuestro cuerpo, pues al estar procesada, carece de los minerales y oligoelementos que nos debería de proporcionar. Nuestro cuerpo no sabe procesar estas aguas muertas y el exceso de líquido queda atrapado en nuestras células haciendo que se inflamen.

El tratar la celulitis como un mero problema estético con masajes y productos de belleza, no la eliminará porque solo se estará actuando sobre el síntoma visible, y como siempre digo, lo importante es atender la causa. Pero lo más importante es entender que la celulitis nos está avisando que algo no está bien en nuestro cuerpo.

La buena noticia -según el especialista- es que la inflamación celular generalizada se puede detectar con una prueba de laboratorio llamada PCR que mide la proteína C reactiva. Otra opción es medir nuestro nivel de interferonas.

Además, tanto la celulitis como la inflamación celular general tienen un revés relativamente sencillo: primero hay ordenar nuestra alimentación, es decir, eliminar el consumo de carbohidratos procesados; se puede consumir carbohidratos naturales pero nunca al mismo tiempo que proteínas (carne y papas, huevo y pan, pollo y zanahorias, no por ejemplo). Es necesario sustituir el consumo de agua sola por sueros comerciales o de elaboración casera (por un litro de agua, agregar 5 limones, una cucharada de miel de buena calidad, una pizca de sal de grano y una pizca de bicarbonato). Y por último, hay que consumir antioxidantes, el mejor de ellos es el vino tinto; se recomienda una copa diaria (además tiene muchos otros beneficios para la salud).

Dr. Jorge Reskala de Biaani México, Médico Naturópata fundador de Biaani, orden integral de bienestar para recuperar el equilibrio.

Publicado originalmente en mi portal Editorial Salud y Bienestar Total

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