LOS NIÑOS SON NUESTROS MAESTROS

Una vez más tuve la bendición de contar con la presencia de niños en mi entrenamiento en Budapest. Jugaron y se portaron bien la mayor parte del tiempo, pero hubo momentos en los que hicieron un poco de ruido. A mí en lo personal no me molestaba, porque me siento tan bendecida con su presencia, pero molestó a algunos de los adultos. Yo les sugerí que hicieran la limpieza con ese tema. Después de todo ¡son solo memorias!

Lo que me pareció más sorprendente, además del amor y los bellos dibujos que recibí de los niños, fue que, durante nuestro trabajo con el niño interior, no los escuchábamos para nada. Estaban completamente callados, como si supieran que se estaba haciendo algo importante.

Las historias que tengo para compartir con ustedes sobre el impacto de mi libro en los niños van más allá de lo que jamás hubiera imaginado.

Nancy, que trabaja en el campo de la educación y la comunicación en México, tuvo la oportunidad de presentar mi libro en una escuela en Finlandia. Ella compartió los mensajes con los niños a través de un intérprete de finlandés. Me contó que no entendía por qué los niños insistían en pedirle a su maestra que les tocara el CD del libro si no entendían ni el inglés ni el español que yo hablo en él. El último día, quedó atónita cuando le pidió a los niños que dibujaran algo que recordaran del libro y, aunque no tenían el libro parar mirar, ¡acabaron haciendo dibujos muy similares a los del libro!

Mientras estaba en Budapest, me encontré con una artista que trabaja con niños. Ella me habló de los bellos cambios que ve en los niños cuando se les permite ser ellos mismos y se les alienta a comunicarse libremente. También me trajo dibujos con mensajes que habían expresado los niños sobre mi libro.

Aquí puedes ver y escuchar esta entrevista y disfrutar de sus dibujos y mensajes. http://bit.ly/1jyIXT8    

Los niños son verdaderamente asombrosos y tienen mucho que enseñarnos sobre cómo ser fieles a la propia esencia y estar presentes en el aquí y ahora.

¿Recuerdas cuando de niño te preguntaban qué querías ser cuando fueras grande? ¿No te sentías confundido por esa pregunta? ¿Qué significaba? ¿Quería acaso decir que no eras suficiente tal como eras? ¿Significaba que uno debía convertirse en algo distinto o en otra persona? ¿Qué hacías cuando te hacían esa pregunta? ¿Inventabas algo simplemente para satisfacer al adulto?

Es normal que un niño, que vive en el momento presente, se sienta perplejo cuando le hacen este tipo de pregunta. Sin embargo, ya es una indicación clara de cómo nos van entrenando a medida que vamos creciendo. Aunque nacemos para ser nosotros mismos, se nos dice que debemos complacer a los demás, así que nos convertimos en lo que los demás esperan que seamos. Buscamos la aceptación afuera de nosotros. En la escuela, no deseamos ser diferentes, así que tratamos de moldearnos, aunque esto exija que le demos la espalda a nuestro verdadero ser. Luego vamos a la universidad a estudiar lo que nuestros padres o amigos dicen que debemos estudiar, y terminamos una carrera porque creemos que ella nos traerá un empleo seguro y dinero.

¿Alguna vez te han dicho que para sobrevivir necesitas un empleo estable que te permita pagar las cuentas? ¿Te han dicho que, si estudias y trabajas duro, conseguirás un buen empleo que te dará mucho dinero? ¿Por qué nos preocupamos tanto por el dinero? ¿Para no tener que preocuparnos por el dinero? ¿Por qué el dinero nos daría la felicidad?

¿Qué has sacrificado para tener lo que tienes? ¿Crees que eres más feliz ahora de lo que hubieras sido si hubieses hecho lo que amabas? ¿Vives una vida libre de preocupaciones? ¿Estás financieramente seguro? ¿Eres libre y estás en paz contigo mismo o todavía estás tratando de encontrar tu verdadero propósito en esta vida?

¿Acaso tu mismo le has preguntado a algún niño qué va a ser cuando sea grande? ¿O les recuerdas a los niños que ellos ya son alguien y han venido a este mundo para ser felices? ¿Les dices a los niños que ellos pueden ser sí mismos? ¿Qué están perfectamente bien tal como son?

Antes de que nosotros, los adultos,  les enseñamos lo contrario, los niños saben naturalmente cómo ser sí mismos y disfrutar del aquí y ahora. Si les prestas atención, valorarás los regalos que nos traen. Los niños tienen mucho que enseñarnos.

Por fortuna, jamás es tarde para regresar a ti mismo, jugar y hacer lo que amas. Tú eres el arquitecto de tu vida. La decisión es tuya.

Mabel Katz

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos