La edad de oro de las mujeres

Se acabaron los quebraderos de cabeza. Dedicamos los mejores consejos a quienes saben que cuidarse es esencial llegada cierta edad.

 

No hay nada como cuidarse la piel para llegar espléndida a los 50. 

Espléndidas, hermosas, seguras de si mismas y a gusto en su piel: así es la nueva generación de mujeres de 40 y 50 años, decididas a seguir así muchas décadas más. Y a ellas se dirige una nueva generación de cosméticos hechos a su medida, pensados para las necesidades de una piel que en ese tiempo sufre transformaciones importantes. 

Un periodo de cambios
Son muchos los factores que influyen en el aspecto de la piel madura, que vive procesos importantes. 
1. El ciclo de renovación celular se hace más lento. Nacen menos células, y tardan más en exfoliarse, por lo que la superficie de la piel se hace más rugosa y la epidermis, la capa más externa, se hace también más gruesa. 
2. Paradójicamente, la capa que se encuentra directamente bajo la capa córnea se hace más fina: si a los 30 tiene 12 células, a los 45 tiene alrededor de 7 y pasa a unas 4 a los 75 años. 
3. Se producen alteraciones en la queratina, la proteína que cubre las células de la capa córnea. La piel pierde capacidad de retener el agua de su interior y se deshidrata fácilmente. 
4. Se producen menos melanocitos, y la piel se torna más pálida. Si en la juventud se tienen un melanocito por cada 64 queratinocitos, a los 50 la proporción es aproximadamente de 1 por cada 130. 
5. El funcionamiento de los melanocitos se vuelve errático. O trabajan en exceso y aparecen manchas oscuras, o se paran y salen manchas blancas. 
6. Se debilita la capa que conecta la dermis con la epidermis, la unión dermoepidérmica, que permite el paso de nutrientes de una a otra. De joven, es ondulada, pero se va aplanando y pierde extensión. Al hacerse más corta, llegan menos nutrientes a la epidermis. 
7. En la dermis, disminuye la cantidad y calidad de colágeno, elastina y glucosaminoglicanos. Eso hace que la piel pierda elasticidad y fuerza. 
8. Disminuye el número de glándulas sebáceas y la producción de sebo, por lo que la piel se vuelve más seca. 
9. Debido a los cambios hormonales y el descenso de estrógenos, la piel se vuelve más seca y necesita mucha más nutrición.