LÍDER, PERO ¿DE QUIÉN?

Hay quien sueña con tener un alto puesto directivo o con tener su propia empresa. Su imaginación vuela y una sonrisa aparece en su rostro cuando se visualiza dirigiendo a un gran número de personas que confían en sus acertadas decisiones. Soñar con ello es válido, pero las competencias de liderazgo no surgen espontáneamente a partir de que se adquiere una gran responsabilidad. ¡Cuántas personas tienen hijos sin tener idea de cómo dirigirlos!

Ser líder por supuesto no es sólo dar órdenes esperando obediencia ciega y absoluta; implica una formación que conlleva el desarrollo de una serie de habilidades, como la comunicación asertiva, la capacidad persuasiva, la visión de futuro, la posibilidad de negociar exitosamente, la integración de equipos de trabajo efectivos, la capacidad de resolver problemas, la tenacidad para tomar decisiones con riesgos calculados,  y, ante todo, una gran convicción y disciplina para predicar con el ejemplo.

Por todo esto es que muchos colaboradores de gran experiencia en diversas empresas fracasan en cuanto son ascendidos para ocupar algún puesto de mando: son buenos trabajadores pero no saben cómo ser líderes.

¿Y cómo se aprende? Independientemente de que hay muchas alternativas presenciales y virtuales para formarse como líderes a través de diplomados, cursos de capacitación, webinars y más; esto es como los idiomas: sólo hasta que se practica se van afinando los detalles. En este punto algunos pensarán que hay líderes natos, que no han necesitado de ninguna escuela o curso para formarse, así es, pero son diamantes en bruto. El autoconocimiento, la autorregulación y la motivación personal, son elementos que como Goleman afirma, forman parte de la inteligencia emocional del sujeto, indispensable para ser un buen líder y que se incorporan al individuo cuando practica el liderazgo consigo mismo.

Hay que echar a andar la fuerza de voluntad para dirigir la vida propia de la mejor manera posible; con mucha disciplina, con conocimiento de las fortalezas y debilidades de la personalidad, con la férrea voluntad para dominar las emociones toda vez que se reconocen, con el ánimo muy en alto para tener todos los días razones para levantarse y para actuar hacia el cumplimiento de metas. Sólo entonces, cuando sé es capaz de dirigir el camino personal, se puede pensar en guiar el destino de otros. Líder, ¿de quién? De sí mismo.

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos