INFIDELIDAD COMPARTIDA: LA DINÁMICA DE LOS SWINGERS

Uno de los paradigmas sociales más rotundos desde que se instauró nuestra concepcion moderna de la familia y nuestra idea del amor romántico, es el de la fidelidad como una exclusividad no sólo emocional, sino también, y sobre todo, física. Es decir, que gran parte de nuestra convivencia actual está fundamentada en el hecho de que se tiene una sola pareja sexual. Aunque antes se esperaba que fuera una sola para toda la vida, hoy lo más normal y aceptado es la monogamia secuencial. Es decir, establecer una sola pareja exclusiva cada vez. 

Sin embargo, cada día más personas se niegan a entrar en este molde, y comienzan a establecer otro tipo de relaciones que van más de acuerdo con sus expectativas, intereses y modo de vida. Estas configuraciones se llaman “no monogamias” y una de las más conocidas tiene qué ver con los swinguers, es decir, personas que practican el intercambio de parejas. 

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¿Qué son exactamente los swinguers?

Ser swinguers significa que, dentro del contrato de la relación, está permitido que ambas partes tengan intercambios sexuales con terceros. Muchas veces esta práctica es la que, de hecho, le da identidad y emoción a su vida íntima. Es común que las parejas swinguers acudan a bares especializados para acordar intercambios con otras parejas. A veces son encuentros que incluso suceden con las cuatro personas en la misma habitación, y también es común que se invite a un hombre o a una mujer para realizar un trío. 

Aunque los swinguers no respetan la fidelidad sexual tradicional, sí suelen buscar relaciones emocionales exclusivas, es decir, que sólo hay un vínculo amoroso y un compromiso con la pareja y con nadie más. Por lo demás, cada pareja swinguer establece los límites de lo que está permitido y lo que no. Para algunos sólo es válido salir de “cacería” juntos, y otros determinan que cada quien puede hacer lo que quiera por su lado. 

¿Ser swinguer es lo mismo que ser poliamoroso?

El poliamor es otra de las no monogamias, pero no es lo mismo que ser swinguers porque en este caso sí se admite la posibilidad de más de un vínculo amoroso. La diferencia entre una y otra cosa puede veolverse muy sutil, especialmente cuando una pareja swinguer se relaciona con otra con la que desarrolla ciertos lazos de amistad y afecto. 

Obviamente, cuando se rompe que el esquema monógamo es más fácil saltar de una no monogamia a la otra. Y lo más común es que quienes deciden no seguir los patrones preestablecidos, exploren varias alternativas antes de encontrar aquella que mejor les funciona en el plano afectivo. 

Swingers y responsabilidad afectiva

Pudiera parecer que el estilo swinguer está marcado por el desenfreno y la promiscuidad, pero la realidad es que normalmente se trata de parejas en plena madurez que ya han alcanzado un nivel de confianza y complicidad tal, que se dan la oportunidad de disfrutar con otras personas sin celos de por medio, tomando todas las precauciones necesarias y ejerciendo la responsabilidad afectiva.

Esto último significa que siempre va a ser prioridad el bienestar de la relación y de sus integrantes, independientemente de lo que esté o no “permitido en el contrato”. Además, significa que no presionamos a nadie para que acepte hacer nada que en el fondo no quiere hacer. 

Es por eso que los expertos no recomiendan experimentar con el estilo de vida swinguer si no existe previamente un vínculo de pareja sólido y que ha demostrado ser estable a través de los años ya que es muy difícil que en plena etapa de enamoramiento esta dinámica funcione, ya que somos mucho más propensos a los celos y a la territorialidad.

Recuerda que si a ti, a tu pareja o a ambos les llama la atención la dinámica swinguer, siempre deben priorizar la comunicación entre ambos con total honestidad y confianza. 

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