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Una expresión, una palabra con un gran significado: ¡Gracias!

El agradecimiento debe ser parte esencial de la vida, es uno de los grandes detalles que nos alegran y nos llenan.

Cada día recibimos bendiciones que enriquecen el alma. En ocasiones, Dios permite que los que hacen la diferencia en nuestras vidas sean personas que no conocemos. Tal vez, no tenemos los recursos para pagar cada una de las acciones que nos brindan. Sin embargo, siempre hay una manera de reciprocar: con una sonrisa, una palabra de fortaleza o al extender tu mano amiga, tanto a los que han estado a tu lado como a los extraños que han hecho la diferencia en tus días. Cada uno de esos gestos pueden marcar otras vidas y a través de ellos demuestras el agradecimiento por las bendiciones que has recibido.

Aunque debemos dar gracias a Dios todos los días de nuestra vida hoy hago una pausa para celebrar para agradecerle que estás ahí, que me has dado tu mano amiga, que formas parte de mi vida.

Además, quiero dar gracias por cada instante maravilloso que he vivido y también por los momentos dolorosos que me han tocado. Cada una de las vivencias ha contribuido a mi crecimiento y eso es lo importante.

Quizás parezca sencillo e insignificante, pero el agradecimiento debe ser el motor que nos mueve en la vida. Da gracias por lo que tienes, por lo que eres y por lo que serás. Y no olvides que aún los desconocidos son parte del propósito de Dios en nuestras vidas, a ellos también debes extender tu agradecimiento a través de los pequeños detalles que hacen la diferencia.