ESTIGMA (UN CASO DE TORTURA ACTUAL)

Ahora resulta como consecuencia de todo lo que hemos vivido en México, en materia de seguridad, que debes cuidarte si eres Michoacano o si tienes un auto con placas de Michoacán. Les compartiré el relato de tortura de una mujer que fue secuestrada por un grupo seudopoliciaco o al menos tratan de no parecer de la policía cuando les conviene, los cuales desde luego que están de acuerdo con las autoridades policiacas o judiciales. En otro caso el policía judicial le decía al torturado: “Eso te pasa por ser de Michoacán”.

Transcribiré los hecho tal cual, no divulgaré nombres ni lugares, por seguridad y porque esto no se trata de denunciar a personajes, pues no merecen la mención, pero si de lo que somos capaces los seres humanos de hacerles a nuestro prójimo. Voy a utilizar el mismo lenguaje que refirió la entrevistada, el cual incluye groserías, seamos maduros y no critiquemos, aprendamos.

Narración de los hechos.

Vine a la casa de mi prima, estábamos platicando en la ventana de su casa y le llevaba 2 vajillas para que ella eligiera cual me compraba (la entrevistada dice vender vajillas de Fuller y ropa que trae de Moroleón) Mi esposo estaba dentro del coche estacionado enfrente de la casa de mi prima. En eso llegó una camioneta Van blanca y se atravesó y se puso como para detener el paso del coche y se bajaron y lo sacaron a mi esposo del carro de los cabellos, lo patearon y lo golpearon, le pegaban con las pistolas y lo metieron a la Van, sacaron una navaja  y se la pusieron en el cuello y dijeron que lo iban a matar. La van no tenía placas ni logos. Yo les grité que qué pasaba, que qué traían y se acercó uno y me golpeó bien feo y me dijo que no preguntara quien era, por que eran de una banda: “Somos de una banda, y si el jefe ordena que los matemos, los vamos a matar” Yo le decía que qué había hecho, porque nosotros no habíamos hecho nada y me seguían golpeando, me jalaron de los cabellos y me aventaron dentro de un carrito gris que llegó después, agarraron un arma grande y me la pusieron en la cabeza, me dijo que tenía que cooperar con ellos y que les tenía que dar 200,000 pesos para poder soltarnos y que si no les dábamos el dinero ellos nos iban a hacer algo para que nos trajeran (al penal) a  encerrar y nos echen 30 años. Yo le decía que no traíamos nada ni hacíamos nada y me dijeron: “los michoacanos me caen muy gordos y no los soporto aquí”. Y me seguían golpeando, me quitaron la ropa (pantalón y blusa) y los abonos que traía de las vajillas y mi bolsa donde traía mi teléfono y el de mi esposo. Cuando me estaban quitando la blusa me agarraron los pechos y me quisieron quitar el brasier y yo les dije: “Cálmense” y metí la mano para que me soltaran, me dieron un golpe en el estómago y me dijeron: “Cállate hija de tu puta madre, ustedes no merecen nada. Ya vamos a hacer que nos paguen 35,000 pesos por entregarlos, no los vamos a soltar por 5,000 que traes en tu bolsa, o hacemos un trato: los ponemos a vender droga y nos dan todo el dinero que saquen”. Yo les dije que no, que prefiero que me maten antes que hacer eso. Me amenazaron que iban a matar a mi esposo a mis hijos, que ya tenían la dirección y las llaves de la casa porque van a ir. ME dijeron que tenía que aceptar todo lo que ellos dijeran y que iban a poner en unos papeles. Le decían a un “comandante” que le pusiera allí  que son narcotraficantes: “por que estos hijos de la chingada no quieren aceptar lo que les decimos. Todo eso estaba pasando dentro del coche gris donde me tenían. Luego llegó otro señor y me tenía agarrada de los pelos y me decía: “Ya di que hacen”. Yo decía: “Pues no hacemos nada” y me dijo: “Pues ya dile a tu esposo que de 200,000 pesos para soltarlo, porque es nuestro trabajo, gente que agárremos nos tiene que pagar para que se vayan”. Allí nos tuvieron como dos horas golpeándonos y luego nos llevaron a unos separos. Allí a mi esposo lo llevaban amarrado y lo aventaron adentro y a mi me dejaron afuera, en el carro, y me decían que tenía que cooperar, y yo ya iba muy mal porqué empecé a vomitar y estaba sangrando. “Ya cálmate” me decían “Ni tienes nada”, pero yo les decía que me sentía muy mal y seguía vomitando. Me tuvieron como dos horas adentro y me volvieron a sacar al carro y me llevaron a una gasolinera donde estuve como tres horas, donde me seguían amenazando y golpeando, ye les decía de favor que a mis hijos no les hicieran nada y ellos nada más se burlaban y se reían. Me decían: “Ya se los llevó la chingada”. Entonces me regresaron a los separos de y cuando llegamos, llegó también la Van blanca y ya traían a mi cuñado y ala que iba a ser nuestro compadre, los traían golpeados también. Y me dijeron: “Ahorita nada más trajimos a estos señores pero luego regresamos por tus hijos. Y allí nos tuvieron toda la noche sentados y al otro día querían que firmáramos todo lo que escribieron, y como yo no quise me ponían de vuelta la pistola en la cabeza: “Pues mátenme pero yo no voy a firmar nada”. Se enojaron pero no firmé nada y yo pedí un licenciado, me trajeron una licenciada y ya platiqué con ella y me dijo: “No, no firmes ya voy a hacer que te lleven a otra parte para que no te sigan golpeando”, y ya fue que nos llevaron a la PGJ y cuando nos metieron allá descansamos de los golpes. Los señores de ahí se portaron buena gente y de ahí nos trajeron para el penal de aquí. A mi hijo lo corretearon en una camioneta negra, me dijo que iba saliendo de la escuela, se acercaron y le dijeron: “Ven” el no quiso y le dio miedo, entonces corrió, al principio lo siguieron en la camioneta después se bajaron y le gritaron: “No corras hijo de tu puta madre, espérate” me dijo que eran como 6, el se metió en una cancha de futbol donde hay unos árboles y ya no lo siguieron, pero se le cayó su celular y se lo llevaron. Mi esposo y yo estamos encerrados y mis hijos se quedaron solos, son tres de 14, 12, 9 y 7 años de edad, la señora que es la dueña de la casa donde vivíamos es la que les lleva de comer a mis hijos. Yo creo que si son capaces de hacerles algo. Tengo miedo de salir de la cárcel porque me dijeron que me iban a hacer lo mismo, además me dijeron que me iban a mandar matar a mí y a mi esposo allá dentro. Mi esposo dijo que tenía un poco de droga en la casa, pero yo no le creo porque a lo mejor por miedo dijo eso. No puedo dormir, casi no puedo comer, pero aquí nos hacen comer, porque sino nos reportan y nos castigan. Tengo dolor de cabeza todo el tiempo, se me reventó un oído y me dijo la doctora que es producto de los golpes, ando casi siempre mareada y vomito mucho.

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