Si, parece que el mundo está de cabeza y que no hay nada que hacer, tan solo refugiarnos en círculos cada vez más pequeños…
Tengo la convicción, por lo vivido personalmente y por las razones que comentaré más adelante, de que podemos generarnos un entorno distinto día con día pues nosotros somos responsables de la Actitud que tomamos frente a lo que nos sucede en la vida, de elegir el camino que queremos seguir ante casi cualquier circunstancia que nos haya sucedido o estemos viviendo. Nuestra percepción y actitudes ante nuestra circunstancia y el futuro son herramientas fundamentales para crear una realidad distinta.
La capacidad que poseemos de imaginar y pensar en condiciones óptimas donde se desarrolle nuestra vida, es única; sin embargo, tendemos a prestar mayor atención a las cosas negativas. Esta actitud contribuye a que los resultados no sean los que queremos; es cierto, en muchas ocasiones el entorno nos es desfavorable, pero cuando lo vivimos con pesar, como inevitable y fatal, todo se vuelve mas difícil.
No se trata de un buen deseo o una actitud positiva superficial, si realmente aspiramos a contar con una mejor situación de vida, es necesario estar convencidas de que se puede cambiar a partir de la reflexión y el análisis detenido en relación a la manera en la que nos sentimos ante las situaciones que nos afectan y cómo nos asumimos en estos eventos.
Por ejemplo: ¿Nos sentimos ajenas al problema?,¿Creemos que alguien allá afuera se encarga de complicar las cosas?, ¿Somos responsables realmente de nuestras vidas? O ¿buscamos y encontramos culpables para todo lo que nos sucede… y nunca lo somos nosotras mismas?
Estas simples preguntas y las respuestas honestas que les demos, pueden ser muy relevadoras, ponernos ante el espejo, y en el camino de confirmar que lo que hacemos nos está llevando a nuestra meta o bien, es el momento de cambiar.
Pero no estamos acostumbradas a cuestionarnos, a preguntarnos cómo nos sentimos cada día, a tomar decisiones, elegir y actuar para modificar lo que no nos hace sentir como deseamos.
Generalmente nos dejamos ir durante el día, las semanas, los meses, evadiendo mediante “terapia ocupacional”, es decir realizando múltiples actividades que nos hacen terminar el día agotadas, sin habernos dedicado un momento a nosotras mismas. Concluyendo que nuestras vidas tan ajetreadas nos lo impiden: el trabajo, la casa, los hijos, la familia, el esposo, el gimnasio, las amigas, compromiso tras compromiso para evadirnos y fortalecer nuestra teoría de que somos víctimas de las circunstancias, del entorno, del ritmo y capricho de los demás.
La buena noticia, es que podemos poner un alto, pensar en nosotras, pensar realmente cómo deseamos sentirnos y tener claro que cualquier problema que nos afecta es susceptible de encontrar una solución ya que está en nuestras manos dar el primer paso.
Lógicamente no es fácil se requiere disposición, intención, interés y disciplina. La gran ventaja es que todo esto solo depende de nosotras y del libre albedrío, estas dos palabras que no son sino la libertad que tenemos de elegir lo que queremos.
Se ha comprobado que las personas que están de buen ánimo, con buena disposición desarrollan un mejor sistema inmunológico, lo que las hace menos propensas a las enfermedades; la neurología ha podido constatar que quienes procuran aprender nuevas disciplinas y se plantean retos, tienen mejor funcionamiento cerebral y se alejan de las enfermedades mentales propias de la senilidad.
En psicología se ha concluido que las personas positivas son menos propensas a padecer crisis nerviosas, estrés y neurosis entre otros padecimientos que son ya comunes, sobre todo en las grandes ciudades. Y la física cuántica afirma que toda mejora que hacemos en nuestro mundo privado mejora el mundo en general.
En resumidas cuentas, si piensas en ti, reflexionas y tomas la decisión de modificar lo que no te gusta y sentirte bien, tu modo de ver la vida se vuelve diferente. Y no es magia, es solo cuestión de Actitud.
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