EL PODER DE LA CONVICCIÓN.

          Los seres humanos generamos ideas y proyectos en nuestra mente. Pensamos acerca de algo que deseamos y esa es la primera intención. Luego tomamos una decisión con referencia al plan de acción que estamos diseñando. Y luego nos queda dar el paso más importante que es pasar a la acción.

          Ejecutar aquello que sentimos que nos hará bien en nuestra vida, requiere no sólo de la motivación necesaria, sino también de la convicción de que seremos capaces de alcanzar nuestra metas si nos lo proponemos.

¿Por qué es tan importante la convicción en los resultados que obtenemos en las distintas áreas de nuestro desempeño? Hay personas que son extremadamente permeables a la opinión de los demás, y suele suceder con mucha frecuencia que son capaces de elaborar un proyecto con gran entusiasmo y alegría, y en el momento que comunican su decisión, alguien generalmente del entorno cotidiano le dice que abandone, pues en el pasado ya ha fracasado y lo volverá a hacer.

          La falta de convicción acerca de lo que hemos libremente decidido que queremos que nos suceda en la vida, nos hace abandonar, sin siquiera haber hecho el intento de ponernos a prueba, en el sentido de evaluarnos como capaces o incapaces de cumplir con nuestros sueños. La falta de compromiso y la endeble convicción acerca de nuestro presente y de nuestro futuro, son los enemigos internos que tenemos que vencer.

          La vida no es fácil para nadie, y resulta muy fácil acusar a los demás de nuestros fracasos, y a la crueldad e indiferencia del mundo y de la vida, que no nos permite avanzar por los caminos de fuego de la existencia. Pero, las cosas no son así, pues en realidad en gran parte de los fracasos que cosechamos en la vida, hay una cuota parte importante de responsabilidad de cada uno de nosotros, por no haber tenido la firme convicción de que eso por lo cuál luchábamos era lo que queríamos para nuestra existencia.

          Si tú tienes claro cuál quieres que sea tu destino, tu convicción superará cualquier obstáculo que se presente; ellos aparecerán inevitablemente en el curso de tu vida, pero lo único que pueden lograr es que llegues a tu meta un poco más tarde, pero nunca te harán abandonar tu proyecto vital.

          Si tú miras y te reflejas en personas que han sido exitosas en los más diversos ámbitos, desde lo deportivo, hasta lo político, lo comercial o lo artístico, o cualquier otro rubro, y les preguntas cómo hicieron para llegar al sitial de privilegio que hoy ocupan, es muy probable que nadie pueda contestarte específicamente cómo lo ha hecho.

          Pero, sí hay algo que los unifica y es la convicción que han tenido de adónde querían llegar. No comunicar nuestras ideas en forma inmediata, es una forma de preservar nuestra energía y nuestro territorio. No tengas miedo, que eso no es egoísmo ni soberbia; es solamente permitirte avanzar paso a paso para comprobar que sí puedes cumplir con tus sueños si te lo propones.

          Cuándo tú transitas por los caminos de la vida, te encontrarás con gente que te quiere, con gente que no te quiere, y con gente para la cuál tu presencia les es absolutamente indiferente. Si tú única preocupación es que todos te quieran, tus proyectos quedarán en su gran mayoría por el camino. Lo importante es cuánto tú te quieres, y hasta que punto eres capaz de comprometerte con tu propio futuro.

          Eso es convicción, eso es disposición a respetar tu persona, y establecer límites para que los demás también te respeten. A la hora de los balances será bueno que analices el grado de permeabilidad que has tenido frente a la opinión de aquellas personas que tienen ascendencia sobre ti. Quizá la enorme mayoría está bien intencionada, pero siempre es preferible que tú traces tu propio surco, que seguir por los surcos que han marcado otras personas.

          El poder de la convicción es infinito. Y los grandes descubrimientos y logros obtenidos por hombres y mujeres a lo largo de la Historia de la Humanidad, muestran que han sido personas, obstinadas, perseverantes, y que no se han doblegado ante la opinión de quienes por distintos motivos no creían en ellos, ni en su esfuerzo.

          El poder de la convicción mueve montañas, ya sea en el ámbito afectivo, en el económico, o en de las interrelaciones personales. Haz un balance de tu vida hasta el día de hoy, elabora y diseña un nuevo proyecto para los próximos seis meses, y pon manos a la obra en silencio, pero con la fuerza incontenible que te dará la convicción de que estás en lo cierto.

          Una de las características de las decisiones que tomamos los seres humanos, es que no podemos medir las consecuencias de las mismas, hasta pasado un tiempo prudencial, dónde podamos evaluar la repercusión que han tenido sobre nuestra vida y sobre quienes se han visto involucrado por ellas.

          La fuerza de la convicción minimizará esa angustia que se genera cuándo tenemos dudas acerca de si hemos tomado la mejor decisión en el momento justo o no. Por ello es preferible que te tomes un tiempo para aproximarte al sentimiento de seguridad en lo que estás haciendo y generar de ese modo la convicción de que estás en el camino correcto.

 

          Recuerda: el poder de la convicción no tiene límite.

 

Dr. Walter Dresel

 

wdresel@adinet.com.uy

 

www.exitopersonal.org

 

www.walterdresel.blogspot.com

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