EL NIVEL DE CONCIENCIA, FACTOR CLAVE PARA SER FELIZ

¿Qué es la felicidad?

¿Qué es el nivel de conciencia?

¿Qué relación existe entre ambos?

 

Cuando se habla de la felicidad, y especialmente del nivel de conciencia, habitualmente se hace desde reflexiones espirituales o filosóficas, dirigidas y procesadas fundamentalmente por el hemisferio derecho de nuestro cerebro. En este artículo voy a dar respuesta a las preguntas anteriores y a muchas otras desde una perspectiva más científica y racional, que complemente esas otras visiones que habitualmente recibimos.

¿Qué es la felicidad? En realidad, la felicidad es un hábito, o lo que es lo mismo, un patrón de comportamiento repetitivo generado por nuestra mente subconsciente en base a nuestras creencias más profundas. Se trata de un estado emocional de equilibrio, satisfacción y realización interior, que no se ve afectado por los acontecimientos externos de los que somos testigos en cada instante.

Es muy habitual confundir la felicidad con el placer, pero son cosas totalmente distintas. La felicidad emana de nuestro interior, mientras que el placer lo genera algo externo a uno mismo. El placer, por tanto, es algo efímero, en el que intervienen otros factores como la cantidad, o el momento en que se produce. Tiene por tanto “fecha de caducidad”. Si nos gusta el chocolate y comemos una onza, nos proporcionará una sensación de placer que fácilmente podríamos confundir con la felicidad. Si continuamos comiendo, cada vez nos produce menos placer. Si nos comemos un par de tabletas de chocolate en poco rato, quizás llegaríamos incluso a aborrecer el chocolate. Eso es el placer, algo generado por circunstancias o factores externos a uno mismo, que no debemos confundir con esa situación de equilibrio y realización interior.

Para contestar a la segunda de las preguntas, ¿Qué es el Nivel de Conciencia?, debemos entender primero la realidad energética de la que formamos parte.

Tanto las personas como todo lo que nos rodea somos energía.  Estamos compuestos de células, que se componen de moléculas, cada molécula se compone de átomos, y estos átomos se componen de partículas subatómicas, que no son más que minúsculos vórtices de energía que está girando con una frecuencia característica y diferenciada. Cada uno de nosotros somos la suma de todas las frecuencias que componen las células de nuestro cuerpo, dando como resultado una frecuencia energética personal diferenciada. Esa frecuencia energética es nuestro nivel de conciencia.

Es importante entender también que cada frecuencia energética comporta una forma de entender y de comportarse en la vida. Las frecuencias altas están asociadas con valores y emociones positivos, mientras que las frecuencias bajas se asocian con valores y emociones negativos.  La culpa, la vergüenza, el sufrimiento, la apatía se hallan en los niveles de conciencia más bajos, mientras que la paz, la alegría, la serenidad o el amor están en los niveles más elevados.

El Nivel de Conciencia de una persona es, por tanto, la frecuencia vibratoria característica de esa persona, y está directamente relacionada con su forma de entender y vivir la vida. Su respuesta inconsciente ante las circunstancias y acontecimientos que van apareciendo en su día a día, está dirigida por su mente subconsciente en base a sus creencias y bloqueos emocionales.

Tanto las creencias como los bloqueos emocionales se almacenan en nuestras células en forma de frecuencia vibratoria, siendo por tanto lo que realmente determina nuestro nivel de conciencia y la interpretación que hacemos de la realidad. Si por ejemplo, hemos sufrido un revés amoroso habiéndonos entregado totalmente, es posible que en el futuro difícilmente abramos nuestro corazón y vivamos nuestras relaciones con un cierto grado de desconfianza. Esto nos sitúa en un nivel vibracional determinado, en el que nos costará mucho más alcanzar relaciones personales satisfactorias, basadas en la confianza, la seguridad, el amor, etc.

Y ahora la pregunta clave, ¿Qué relación tiene el Nivel de Conciencia con la Felicidad? La relación es total. La única posibilidad de ser feliz, entendiendo la felicidad en los términos definidos anteriormente, pasa por tener un nivel de conciencia elevado.

Los niveles de conciencia bajos, o lo que es lo mismo, las frecuencias vibratorias bajas, no permiten alcanzar ese nivel de equilibrio interior, de realización personal, de satisfacción y seguridad necesarios para vivir la felicidad como algo que emana del interior. En estos niveles, la felicidad es habitualmente confundida con el placer. Son niveles en los que se busca continuamente la posesión de nuevos objetos materiales, de nuevas relaciones o nuevas experiencias que aporten esos ratos de placer.

Es únicamente cuando se supera un determinado nivel de conciencia cuando es posible vivir la felicidad como una experiencia interna, y eso se puede lograr llevando a cabo un proceso de transformación interior en el que se liberen los bloqueos emocionales negativos y se sustituyan las creencias limitantes por creencias potenciadoras. Afortunadamente, realizar ese proceso puede ser relativamente sencillo.

 

Ricardo Eiriz

www.metodointegra.com

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