Nuestros estados emocionales tienen un impacto directo en nuestra salud. Nuestro sistema inmunitario reacciona a cada emoción que sentimos haciéndonos más fuertes o más débiles. Incluso nuestro ADN reacciona físicamente contrayéndose o expandiéndose en base a nuestras emociones.
Más allá de explicar el porqué y el cómo se producen estos efectos, voy a mostrar un par de casos interesantes salidos de estudios en dos universidades.
Caso 1
Investigadores de la Universidad de Miami, en la que se estudiaban niños prematuros en la Sala de Terapia Intensiva del Hospital dicha Universidad, colocaron a dos grupos de bebés prematuros en incubadoras (cunas cerradas con pequeños orificios), y con cada uno de los grupos un investigador. Únicamente con uno de los grupos de bebés, se dio instrucciones al investigador para que pasara su brazo por la ventana y acariciara a los bebes prematuros tres veces al día durante unos segundos, a lo que llamaban “estimulación kinestésica”.
El resultado fue que en el grupo donde se realizaba este tipo de estimulación, el bebé prematuro aumentaba en 40% más su peso, a diferencia de los que no recibían este tipo de estímulo.
Caso 2
En la Universidad Estatal de Ohio se realizó un estudio que consistía en analizar el metabolismo del Colesterol en los conejos, en el cual administraban a los conejos dietas muy altas en grasas. Al cabo de un tiempo comprobaron la elevación de los niveles de Colesterol y Arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias).
Asombrosamente descubrieron que un grupo de conejos no desarrollaban el mismo nivel de arteriosclerosis o hiperlipidemia aunque tenían la misma dieta que el otro grupo de conejos que si las desarrollaba. De hecho se detectó un 60% menos en la incidencia de hiperlipidemia y sus complicaciones en los conejos de ese grupo.
Los científicos no sabían por qué se daba esa diferencia, hasta que alguien descubrió que el encargado de darle de comer a ese grupo de conejos, en lugar de arrojarles la comida, les sacaba de la jaula, los acariciaba, y les hablaba cariñosamente.
Concluyeron que como consecuencia de esta experiencia los conejos transferían el Colesterol por una vía metabólica totalmente diferente.
Los que acabamos de ver son dos ejemplos concretos de cómo nuestro organismo responde a las emociones en cada instante de nuestras vidas.
Ahora, sabiendo esto, ¿qué debemos hacer para mejorar nuestro sistema inmunitario y nuestra salud?
Ricardo Eiriz
Creador del Método INTEGRA, de transformación a nivel subconsciente, y autor de “El Alma de la Salud”, entre otros libros
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