DISCIPLINA POSITIVA EN EL HOGAR

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Todos estamos más ansiosos y preocupados durante la pandemia. Es posible que los niños pequeños no tengan palabras para describir lo que sienten. Es más probable que se porten mal para exteriorizar su estrés, su ansiedad o su miedo a través de la conducta (lo que, a su vez, puede alterar a los padres, en particular si ya están estresados). Es posible que los niños mayores y los adolescentes estén particularmente irascibles ya que han perdido la oportunidad de ser parte de eventos normales y participar en actividades que disfrutan con su tiempo con sus amigos.

Algunas maneras en las que puede ayudar a sus hijos a manejar sus emociones y conductas:

  • Redirige la mala conducta. Algunos niños se portan mal porque están aburridos o no saben hacer otra cosa. Búscales otra cosa para hacer. Recuerda que esta actividad va acorde a su edad e intereses; si requieres mayor información, no dudes en contactarme.
  • Juego creativo. Sugiere a tus hijos que hagan dibujos de las formas en las que se está cuidando su familia. Haz un montaje y cuélguenlo para recordarlo a todo el mundo. O construyan un fuerte o castillo dentro de la casa para mantener alejados a los gérmenes, guardando adentro a los animales de peluche o juguetes favoritos.
  • Dirige su atención. La atención, para reforzar buenas conductas y desestimular otras, es una herramienta poderosa. Nota el buen comportamiento y destáquelo, elogiando el éxito y los buenos intentos. Explicar claramente las expectativas, en particular a los niños más grandes, puede ayudar en este aspecto. Recuerda que elogiar no es premiar; si requieres mayor información, no dudes en contactarme.
  • Emplea privilegios para reforzar las buenas conductas (terminar las tareas de la escuela o las tareas de la casa, llevarse bien con los hermanos, etc.) que normalmente no darías en épocas menos estresantes. Recuerda que otorgar privilegios no es recompensar; si requieres mayor información, no dudes en contactarme. 
  •  Tienes la oportunidad de no responder. Siempre y cuando su hijo no esté haciendo nada peligroso y llame la atención por cosas positivas, ignorar la mala conducta puede ser una forma eficaz para que deje de hacerlo. 
  • Use las pausas obligadas. Esta herramienta de disciplina funciona mejor al advertir a los niños que, si no dejan de hacer lo que están haciendo, tendrán que hacer una pausa obligada . Recuérdales lo que hicieron mal en muy pocas palabras y con la más mínima emoción que le sea posible. Luego, apártalos de la situación durante un período previamente dispuesto (1 minuto por año de edad es una buena guía de referencia).​

Crea un tiempo especial con cada hijo/hija

Aparta un tiempo especial para estar con cada uno de tus hijos. Por ejemplo, cocinando, leyendo juntos o con un juego favorito. Elige el momento y permite que tu hijo elija la actividad. Solo 10 o 20 minutos de atención exclusiva, aunque solo sea de vez en cuando, significarán muchísimo para él/ella. Apaga  celulares, televisión, computadora y cualquier otro dispositivo, dale tu atención plena y tu escucha activa. ​

  • Evite el castigo físico. Las nalgadas, los golpes y demás formas de castigo físico o “corporal” suponen un riesgo de lesión y no son eficaces. El castigo físico puede aumentar la agresividad de los niños a la larga, no les enseña a comportarse bien ni a practicar el autocontrol e incluso puede interferir con el desarrollo normal del cerebro. El castigo corporal puede quitarle al niño la habilidad de sentirse seguro y protegido en casa, que es algo muy necesario en este momento.

La American Academy of Pediatrics (AAP) recuerda a padres y cuidadores que jamás deben sacudir (zarandear) ni agitar a un niño, ya que eso podría causar lesiones o daños permanentes e incluso provocar la muerte. 

  • Cuida de ti mismo. Toma un tiempo para cuidarte físicamente: comer saludablemente, hacer ejercicio y descansar lo suficiente. Trata de encontrar formas para relajarte​ y tomar descansos. Si hay más de un padre en casa y si fuera posible, tomen turnos para cuidar a los hijos.
  • Respire profundo. Además de acudir a los demás para obtener ayuda, la AAP recomienda a los padres que se sienten muy estresados que se tomen unos segundos y se pregunten:
    • ¿El problema representa un peligro inmediato?
    • ¿Cómo me sentiré mañana respecto a este problema?
    • ¿Esta situación es permanente?

En muchos casos, las respuestas reducirán el pánico y el impulso de descargarse física o verbalmente con los niños.

Recuerda que no estas sola/solo. Venimos de la mano y en familia!

www.ssginavega.com

@Coach Gina Vega

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