DIOS, LA DEPRESIÓN Y LOS ANTIDEPRESIVOS

Todos los días cuando me levanto veo la voluntad de Dios, desde un día asoleado hasta que llega la noche, perfectamente oscura para encontrar su luz.

Pero este proceso de identificar la voluntad de Dios, no es algo que podamos adivinar, mediante brujería, lectura de manos ni visitas clandestinas a lugares poco soñados.

Es tanta la ansiedad del ser humano para saber que le depara su futuro, que, mediante la búsqueda de perfección en las cosas, caemos en frustraciones vanas, y esto si lo hablo a criterio personal, entre más tienes más quieres, llegas a un punto de tu vida donde nada es suficiente, y entre más cosas decidas hacer más vacío te sientes, o caso contrario cuando llegas a otro punto de tu vida donde lo pierdes todo, y es cuando todo pierde el sentido, de hecho existe un libro con un título sugerente: Cuando las cosas que Dios hace no tienen sentido.

Esa sensación de hueco interno, es la que nos lleva a los límites y cualquier limite en una vida agitada es peligrosa, después de pasar por una fase de autodominio, insistiendo que solitos saldríamos de esta, llega la famosa y odiada palabra DEPRESION.

La Biblia dice que la voluntad de Dios es “buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2). ¿Pero cómo identificamos esto en un mundo tan inestable e imperfectamente depresivo?

Sin Dios y una voluntad propia (ojalá de acero) esa indeseada depresión no se irá y los antidepresivos no funcionarían....

Es que la ciencia es un Don dado por Dios, y está ligada a mejorar la vida, por ejemplo, si usted sufre de presión alta, debe tomar una pastilla al día y estará regulada, esto le dará calidad de vida y podrá disfrutar de ella, así son los medicamentos para la “psiquis”, no andaremos divulgando que tomamos 20 pastillas para que el cuerpo funcione bien, pero tampoco es bueno no tomarlas, para algo las crearon.

Ojalá muchísimas personas aceptarán sus debilidades y tomarán medicamentos para el alma, cuantas cosas nos habríamos librado de maldad e injusticias.

Sin oración y voluntad propia no podemos liberar batallas, que la vida no es perfecta, pero si digna de ser vivida.

Dios no quiere que estemos preocupados por el ayer y el mañana. En el evangelio de San Mateo leemos que Jesús dijo "No te preocupes por el mañana, el mañana se preocupará por sí mismo. Cada día hay suficiente para preocuparse” (Mt. 6,33-34). Aquí vemos una llamada de Jesús para que vivamos el presente. Jesús no nos está diciendo que como cristianos debemos estar libres de problemas. Nos está pidiendo que compartamos nuestro yugo con Él y que lo hagamos siempre, minuto a minuto. Si nos ejercitamos en esta forma de vida, podremos ver Su Voluntad y tendremos la fuerza necesaria para cumplirla.

Sucede, sin embargo, que en ocasiones vivimos en una determinada situación que se origina por nuestras propias debilidades, errores, decisiones equivocadas y las malas intenciones de quienes nos rodean. ¿Dónde está la Voluntad de Dios en eso? Si hemos rezado y no tenemos una solución a la mano, si hemos tratado de cambiar lo que estaba a nuestro alcance y las cosas sólo se han puesto peor, entonces podemos estar seguros de que el crecimiento en la paciencia es la Voluntad de Dios, al menos por el momento. La oración continua nos dará fortaleza y ésta a su vez perseverancia y ésta, esperanza que no será vana. Madre Angélica.

 

Todos los días cuando me levanto veo la voluntad de Dios, desde un día asoleado hasta que llega la noche, perfectamente oscura para encontrar su luz.

Pero este proceso de identificar la voluntad de Dios, no es algo que podamos adivinar, mediante brujería, lectura de manos ni visitas clandestinas a lugares poco soñados.

Es tanta la ansiedad del ser humano para saber que le depara su futuro, que, mediante la búsqueda de perfección en las cosas, caemos en frustraciones vanas, y esto si lo hablo a criterio personal, entre más tienes más quieres, llegas a un punto de tu vida donde nada es suficiente, y entre más cosas decidas hacer más vacío te sientes, o caso contrario cuando llegas a otro punto de tu vida donde lo pierdes todo, y es cuando todo pierde el sentido, de hecho existe un libro con un título sugerente: Cuando las cosas que Dios hace no tienen sentido.

Esa sensación de hueco interno, es la que nos lleva a los límites y cualquier limite en una vida agitada es peligrosa, después de pasar por una fase de autodominio, insistiendo que solitos saldríamos de esta, llega la famosa y odiada palabra DEPRESION.

La Biblia dice que la voluntad de Dios es “buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2). ¿Pero cómo identificamos esto en un mundo tan inestable e imperfectamente depresivo?

Sin Dios y una voluntad propia (ojalá de acero) esa indeseada depresión no se irá y los antidepresivos no funcionarían....

Es que la ciencia es un Don dado por Dios, y está ligada a mejorar la vida, por ejemplo, si usted sufre de presión alta, debe tomar una pastilla al día y estará regulada, esto le dará calidad de vida y podrá disfrutar de ella, así son los medicamentos para la “psiquis”, no andaremos divulgando que tomamos 20 pastillas para que el cuerpo funcione bien, pero tampoco es bueno no tomarlas, para algo las crearon.

Ojalá muchísimas personas aceptarán sus debilidades y tomarán medicamentos para el alma, cuantas cosas nos habríamos librado de maldad e injusticias.

Sin oración y voluntad propia no podemos liberar batallas, que la vida no es perfecta, pero si digna de ser vivida.

Dios no quiere que estemos preocupados por el ayer y el mañana. En el evangelio de San Mateo leemos que Jesús dijo "No te preocupes por el mañana, el mañana se preocupará por sí mismo. Cada día hay suficiente para preocuparse” (Mt. 6,33-34). Aquí vemos una llamada de Jesús para que vivamos el presente. Jesús no nos está diciendo que como cristianos debemos estar libres de problemas. Nos está pidiendo que compartamos nuestro yugo con Él y que lo hagamos siempre, minuto a minuto. Si nos ejercitamos en esta forma de vida, podremos ver Su Voluntad y tendremos la fuerza necesaria para cumplirla.

Sucede, sin embargo, que en ocasiones vivimos en una determinada situación que se origina por nuestras propias debilidades, errores, decisiones equivocadas y las malas intenciones de quienes nos rodean. ¿Dónde está la Voluntad de Dios en eso? Si hemos rezado y no tenemos una solución a la mano, si hemos tratado de cambiar lo que estaba a nuestro alcance y las cosas sólo se han puesto peor, entonces podemos estar seguros de que el crecimiento en la paciencia es la Voluntad de Dios, al menos por el momento. La oración continua nos dará fortaleza y ésta a su vez perseverancia y ésta, esperanza que no será vana. Madre Angélica.

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