El bullying es una lacra social que permea entre nosotros, por lo que hace falta la realización de una verdadera cruzada nacional para al menos detenerlo e irlo diluyendo deseablemente hasta su desaparición Abundan los casos día día y aparecen registrados en los medios de comunicación o de los que nos enteramos en nuestro propio círculo social.
Y si bien en general lo desaprobamos no actuamos con decisión y a fondo para cortarlo de tajo.
En verdad, depende mucho de todas y todos nosotros denunciarlo con valentía cuándo nos toque ser testigos de esas conductas tan nocivas y sobretodo educar hacia dentro de las puertas de nuestro hogar como hacia fuera en nuestro propio entorno social, ya se trate de la escuela, el Centro laboral, deportivo o en cualquier espacio público.
Es preciso, a la vez, unir esfuerzos con los maestros de nuestros hijos para corresponsabilizarnos en su educación e inculcarles el respeto a los demás independientemente de su presencia física, preferencia religiosa, política ó sexual.
Por cierto, hace unos días vi una película que les recomiendo con el título El ángel, que aborda el tema del hijo único y de sus padres permisivos, que lo van deformando hasta convertirlo en un delincuente con rasgos psicópatas. Asimismo, los expertos en el tema, remarcan como los padres consentidores y sobreprotectores no actúan determinantemente en la formación de los valores cívicos de sus hijos e incluso, cuando se comportan con tibieza y debilidad, se convierten en verdaderos cómplices de la insania emocional y abusiva dentro del núcleo familiar.
Desde luego, existen estudios y libros que podemos todos consultar para entender mejor tal fenómeno social, a fin de estar muy alertas y distinguir con precisión cuando se trata de estas conductas tanto para prevenirlas como para accionar frontalmente y evitarlas. Ahí están por ejemplo, los textos de toda un especialista que ha publicado más de 10 libros sobre el tema, me refiero a Tricia Valle, que mucho nos ayudan y ayudarán en el combate contra el bullying, pues los niños que hoy agreden podrían ser los delincuentes del mañana, con faltas y fechorías de la mayor gravedad y efectos irreparables.
Hay entonces que desatar toda una cultura de la tolerancia, de la aceptación y de la comprensión e interactuar positivamente con los demás además de exigir cualquier indicio en sentido contrario.
Página web:
Sala-Museo Martha Chapa:
http://www.dgb.uanl.mx/bibliotecas/burrf/salamuseomarthachapa/
Facebook: Martha Chapa Benavides
Twitter: @martha_chapa
Comentarios