Cómo criar nuestros hijos

La educación de los niños ha cambiado drásticamente durante los últimos años. La forma en la que nuestras abuelas educaban es totalmente diferente a cómo se hace hoy en día. Esto es especialmente así si consideramos que incluso, hoy día hay leyes que protegen los derechos de nuestros niños que antes no existían. Internet también ha cambiado mucho nuestros métodos, posibilitando por ejemplo, que sean los padres mismos quienes lo utilicen como herramienta de aprendizaje para saber más y poder así educar mejor a los hijosMuchas de nosotras le tememos a los cambios que los tiempos traen consigo; preferimos quedarnos en el tiempo de nuestra infancia por entender que en aquella épocala disciplina era mucho mejor que la de ahora. Sin embargo, parte de disciplinar a los niños es hablarles de temas que antes se consideraban tabúes pero que ahora resultan de vital importancia discutirlos en casa, ya que nuestra niñez y juventud son diferentes a la nuestra.Es cierto que las leyes que ahora existen en cierta forma le han quitado cierto derecho a los padres, pero no por eso dejaremos de aplicar la disciplina cuando haya que hacerlo. La diferencia está en la forma como lo hacemos porque el asunto es disciplinar, no maltratar; de lo contrario, con tan sólo una llamada a la agencia pertinente, los niños serían retirados del hogar por alegado “maltrato”.“Cada cual cría y disciplina como mejor le parece”, solemos decir porque no nos gusta que nadie nos diga cómo hacerlo. La realidad es que no existe un manual para ello, y lo que funciona para unas, no necesariamente funciona para otras. Es ahí donde nos toca escribir nuestro propio manual de disciplina y crianza para nuestros hijos.No todas hemos sido criadas de la misma forma. Hay mucha razón en ello. Muchas vienen de hogares maltratados, trayendo una autoestima baja y un grado de ignorancia muy alto porque carecimos de la falta de atención, amor y respeto que debe prevalecer en un hogar. Otras, corrieron con mejor suerte porque tuvieron el amor que a aquéllas les faltó.Otras, en cambio, fueron abandonadas a su suerte, ya fuese porque la vida les arrebató a quienes les dieron la vida o porque decidieron huir antes que enfrentarse a esta responsabilidad y por último, aquellas que fuimos criadas tan estrictamente y tan sobreprotectoras que nos sentíamos vivir en casa de cristal y diferente a los demásMuchas hemos optado por no criar de la misma forma como lo hicieron con nosotras. Antes bien, somos mucho más flexibles de lo que fueron nuestros padres…otras, en cambio, han seguido con los patrones aprendidos por entender que les funciona bien.Hay chicos que no son fáciles. La personalidad de cada uno es propia y distinta. Muchos son hiperactivos ya sea por condiciones de salud o por razones diferentes. ¡A veces nos ponen a trepar paredes y nos dan ganas de achocarlos para que se tranquilicen porque entendemos que hemos agotado todas las alternativas pero ninguna funciona! “¡Este niño está incorregible!”, “¡Muchacho de Dios, estate quieto!”, son algunas frases que usamos para expresar nuestro descontento. Entonces terminamos agotadas, malhumoradas y con ganas de salir corriendo y dejar todo perdido… y a Dios ¡que reparta suerte! ¿A quién no le ha pasado? ¡A todas! Esto es parte del proceso de ser madres y las experiencias son las que nos irán enseñando y dando las estrategias a usar en la crianza y disciplina de nuestros hijos. El grado de tolerancia varía de acuerdo a nuestra edad y las energías disminuyen.Criar hijos es responsabilidad de dos, pero tristemente se le deja esta tarea a la mujer por entender que es ella la encargada de hacerlo, ya que el hombre “es de la calle”, pues tiene que traer el sustento al hogar. Quien piense tener hijos con este tipo de mentalidad, ya de por sí es un fracaso anunciado. Para que la disciplina en un niño funcione, ambos padres tienen que apoyarse y estar en mutuo acuerdo. Y no es que no hayan buenos padres o no amen a sus hijos, es quizás ese temor de enfrentarse ante dicha responsabilidad pensando que la harán mal.Sin embargo, cuando algo sale mal, no faltan los reproches ni las discriminaciones en contra de la mujer que hace su mejor esfuerzo sin la “presencia de un padre” en el hogar. Igualmente, darle a los hijos todo lo que pidan es un grave error que nos costará caro en el mañana.Una disciplina desbalanceada producirá inestabilidad y cierta rebeldía hacia uno o ambos padres. ¿Por qué? Porque a medida que el niño crezca, se inclinará hacia el padre que lo consienta mientras que verá al otro como su enemigo y al llegar a la adolescencia o juventud actuará de acuerdo a su propio criterio, rebelándose ante el mundo, incluyendo a sus padres. Esta regla no solamente aplica a los matrimonios, sino también a las madres divorciadas.En el caso de las madres solteras, cuya pareja desapareció del panorama desde el principio del embarazo o luego del parto, la crianza y la disciplina se hace un poco más difícil, pero no es imposible… ¡Ufff, ser madre y padre a la vez es agotador!! El esfuerzo es doblemente mayor y aunque a veces las fuerzas disminuyen, hay que seguir adelante cueste lo que cueste. Hay temas de varones que a las madres solteras no les gusta tocar, pero dejar esa tarea en otros pudiese ser peligroso, a menos que se tenga cerca la figura paternal de un abuelo o tío a quien le pudiésemos pedir ayuda.Claves en la educación de nuestros hijos¿Cuál es la clave para que nuestros hijos sean hombres y mujeres de bien?Ser persistentes y reforzar diariamente lo ya establecido. Cambiarle las reglas de juego cada cinco minutos porque nos dio pena, provocará que el niño haga sus propias reglas de juego y sea él quien lleve el control de su crianza y disciplina, lo cual no está bien.No hacerles sentir que están en una escuela militar…Reforzar a cada rato su autoestima.No sobreprotegerlos demasiado, ellos necesitan su espacio para crear confianza y nosotras necesitamos saber que cuando llegue el momento de dejar el nido, no tendrán problemas en defenderse y sobrevivir ante el mundo que le rodea.Mostrar interés genuino en su círculo de amigos y sacar tiempo para asistir a los eventos importantes de su vida: cumpleaños, graduaciones, actividades extracurriculares escolares, entre otras.Procuremos educarnos sobre todos los temas, ya sea para niñas como para niños. Nuestros hijos necesitan procesar información constantemente. Compartamos información con otros padres. Observemos la forma de criar y disciplinar de nuestras amistades.No olvidemos el amor y el respeto como ingredientes principales en la educación de nuestros hijos. ¡Nunca es tarde para comenzar!Con amor,
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