Es fabuloso cuando decides cerrar ciclos no porque los debes concluir, sino porque ya no son necesarios en tu vida. Las preguntas de hoy son: ¿En qué ciclo te encuentras? ¿Cómo saber si ha llegado el momento de cerrarlo o dejarlo atrás?
Es simple, sólo obsérvate: cuando te enoja o te incomoda alguna actitud y esta molestia es repetitiva, es el momento de cuestionarte si quieres seguir viviendo de la manera en que lo estás haciendo o si ya es hora de hacer transiciones. Solo que en la conclusión de dichas etapas se caminan veredas inesperadas y por ello me gusta ejemplificar los ciclos de la vida como si fueran continentes.
Imagina por ejemplo, que existe un continente en el que todo es conflicto, existen pleitos por todo y para todo, existen celos, venganzas, trivialidades, infidelidad, críticas por lo que se dice y por lo que no se dice, la mayoría de las personas juzgan solo por el hábito de hacerlo. Estas actitudes comienzan a causar incomodidad y tal vez la persona al sentirse incómoda, comienza a señalar a los demás esos “defectos” presionándolas a que cambien hasta que se cansa y comprende que al querer cambiarles, afianza en Sí más aquello que desea cambiar. Es entonces cuando decide dejar a los demás en paz descubriendo que de esta manera, adquiere la paz que está buscando. Y con el paso del tiempo observa que existen otras maneras de vivir y decide cerrar ese ciclo o trasladarse a otro continente.
En este otro continente las personas tienen un gran respeto por sí mismas, se han vuelto pacíficas, tienen la firme convicción de hacer lo que deben hacer, no juzgan, evitan el conflicto, no se enfrascan en chismes ni en pleitos ni en venganzas. Son personas que están convencidas que lo mejor es estar bien consigo mismas y se han afianzado a alguna filosofía de vida. Trabajan en sí mismos para no caer en los hábitos que tenían cuando estaban en el otro continente, hasta que algo sucede y observan que es desgastante estar trabajando más de lo normal por ser “mejores personas” y toda esta lucha les comienza a desagradar, a aburrir o a incomodar, y como están pidiendo algo diferente, la vida los coloca en el punto exacto donde pueden vislumbrar otro continente.
En ese otro continente las personas ya no dejan de hacer las cosas que les causa dolor o les irrita porque así debe de ser, sino porque ya no necesitan vivir en la discordia, ni en el combate ni en la disputa, ya no es necesaria la amargura ni la infidelidad porque han comprendido que ésta es ser infiel a uno mismo, ya no necesitan la superficialidad ni el juicio. Son personas que ya no requieren elevar su autoestima pues el amor a sí mismos está completamente integrado a su alma y por lo tanto aceptan que no es necesario convivir con personas pesimistas, melancólicas o misántropas. No las juzgan, sino que por el contrario las respetan y piden por ellas pero no se enfrascan en conversaciones de este tipo pues han entendido que, en muchas ocasiones, más ayudan cuando no ayudan pues prestarse a este tipo de pláticas sólo logra que las personas se queden en su misma tristeza o sufrimiento. Ya no ven lecciones o aprendizajes en las circunstancias adversas, sino que encuentran los regalos de la vida en cada situación, han entendido que es suficiente como son y que no existe nada “malo” por ser como son. En fin, son personas que han encontrado amor en todo y han aceptado que ellas son la manifestación del amor.
Lo interesante de la transición de continente a continente es que se requiere de valentía para poder desapegarse del ciclo que se está cerrando, pues la mayoría de las veces y en lo que se integra el nuevo estado de consciencia en ti, puedes vacilar y no identificar en qué suelo estás parado, además claro está, que el cambio puede hacer que algunos amigos o conocidos se alejen de tu vida pues ellos han decidido quedarse en el continente que Tú has decidido dejar atrás. Sin embargo, lo maravilloso es que descubrirás que el que te encuentres en uno u otro continente, no te hace mejor ni peor persona, no es “bueno” ni es “malo” pues la vida es completa y perfecta exactamente como Es y lo único importante es que en cada ciclo, en cada etapa o en cada continente en el que te encuentres, seas lo que viniste a hacer en este Viaje: ¡Ser Feliz!
¿Y tú, en qué continente te encuentras? ¿A qué continente quieres llegar?
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