18 DE SEPTIEMBRE. MI HISTORIA DE AMOR

Eran más de las ocho de la noche. La parada del autobus estaba repleta de gente desesperada por irse a sus casas. Quería sentarme en una banca; pero una señora robusta ocupo mi lugar, maldije en silencio y me recargue en la pared esperando mi bus como todos los días. Mi mirada de pronto se centró en ALGUIEN. Tenía un porte distinto, vestia una camisa morada y un pantalón liso color negro. Llevaba consigo algo asi como un maletín o un portafolios.Quizás venía de su oficina o de alguno de esos lugares donde hay que vestir elegantemente. Tenia mas o menos mi edad segun yo calcule.Su tez morena clara combinaba con sus hermosos ojos marrones .No parecía tener prisa, porque sus pies estaban fijos en el piso y no se contoneaban apurados. Sus cabellos se movían al mismo tiempo que el aire lo despeinaba un poco. No dejaba de mirarlo, me cautivó enseguida,no se pero creo que nunca había visto un hombre con esas caracteristicas. Quizás era casado, pero no notaba algún detalle que me asegurara eso. De pronto sentí que alguien me estaba observando. Mi mente aterrizó, era Él que se habia percatado de mis ojos penetrantes. Me ruborizé e hice como que buscaba algo en mi bolsa. Me dio tanta verguenza que notara que una loca lo estaba acosando. Pero era imposible no contemplar a un caballero. Y para mi buena suerte, volví a mirarlo y sus ojos se cruzaron con los mios. Unas sonrisas timidas fueron la clave para que el miedo de acercarme se fuera. Mis pies comenzaron a caminar hasta llegar a Él.-Hola- le dije, mientras me respondia. Le pregunté su nombre, y noté en sus mejillas un tierno color durazno.-Erick, ¿ y cual es el tuyo?- Creo que tarde unos segundos en contestar. -Hanna-respondí.Estuvimos charlando un buen rato, hasta que note que era tardisimo. Tendria que tomar el siguiente bus o me quedaría a dormir en esa parada. Tuve que despedirme. El bus se detenía frente a mi, y enseguida me subí,entre empujones y gente abarrotando el pasillo. Buscaba con la mirada a Erick,pero alguien se puso delante mio y ya no pude ver si seguia ahi. Aprete la quijada, y el bus arrancó.Seguía pensando en ese fugaz encuentro. En lo que en ese momento había provocado en mi. Tenia ganas de volver a verlo. -¡maldición!, no le pedí su número. Pero que tonta-. Me enoje tanto conmigo misma por cometer ese error. Que me resigne a que solo fue eso, un momento que nunca más se repetiria. LLegué a mi casa, me tumbe en mi sillón favorito, y no dejé de pensar en su cara. ¿Porque sentía este cosquilleo por una personsa desconocida¿. me sentia absurda por parecer una chica de secundaria, que se siente en la nubes por un tipo que recién acaba de conocer. Trataba de esfumar esos pensamientos y centrarme en lo que miraba por televisión. Me repetía mil veces ¡Eres una tonta Hanna!. Erick tenia una escencia tan deliciosa que hizo que mis sentidos se cautivaran aun mas. No se si fueron sus ojos o su caballerosidad, pero estaba segura de que solo sería un amor pasajero.Cansada de darle vueltas al asunto. Me fui a dormir, con la certeza de que solo fue un dia hermoso.A la siguiente mañana, mi rutina comenzaba de nuevo, el despertador recordandome que si no me levantaba llegaria tarde al trabajo. Un ducha rapida y a ponerme mi traje cielo que estaba colgando en el closet. Miraba el reloj, parecia que conspiraba en mi contra para ser la misma impuntual que todos los dias. Tomé mis tacones, mi bolsa y mis llaves. Bajé corriendo las escaleras hasta llegar a la esquina donde esperaba el bus verde que me llevaria a la oficina. A la siguiente parada, una persona conocida se subió, era Él. Mi corazón comenzó a latir,e hice como que algo interesante me llamaba por la ventana. Se sentó junto a mi. Una rica fragancia llego a mi nariz, y me hizo ponerme aun mas nerviosa. Pero, parecía que Él ya no me recordaba,porque sentia que no se percató de que estaba a su lado. Desilusionada, solo esperaba que llegara mi turno de bajar. Hastá que me saludó.-Hola-, un aleyuya en mi cabeza resonó.-Perdón, no te había visto. -Que mentirosa eres Hanna, mi voz interior me respingaba.- No te preocupes suele suceder, y bien; ¿ A donde vas? si se puede saber.- Al trabajo, ya voy un poco tarde. ¿Y tú?-.- Tambíen. Parecía un poco nervioso, porque noté que su mentón temblaba un poco.La charla no duró más, porque la hora de bajarme estaba muy cerca.Le pedí su número, esta vez no se me olvidaría. Lo anotó un papel y enseguida lo guardé en mi bolsa. Me levanté para bajarme y me despedí de Él. Un tierno beso en mi mejilla fue la bomba que explotó en mi pecho, entre nervios y sonrisas. Me bajé. Todavía le dije ádios con mi mano. Él solo sonrió.El día se me hizo eterno. Tenia muchos papeles por organizar,llamadas a gente aburrida y desconocida. Salir corriendo de vez en cuando cuando mi jefe me llamaba a gritos. Las horas parecían siglos, pero de nuevo mi mente dibujaba un rostro que ahora ya tenía su nombre guardado en mi disco duro. Quise llamarlo, pero creí que ahora si pensaria que soy una psicopata. Me contuve mas de diez veces en hacerlo, hasta que mis manos ya no pudieron más con la tentacíon.Su telefono sonaba, un timbre, dos, tres. Hasta que su voz se escuchó.-¿Erick?, Hola, soy Hanna, perdón por molestar. Mmm:¿estas ocupado?.-Hola hermosa, no te preocupes, estaba a punto de salir a almorzar. ¿Como estas?--Bien, Gracias-. Otra vez el nudo en mi garganta me impedía hablar. El silencio se hizo presente.Hasta que.... - ¿Que harás hoy en la noche?-. Mi rostro se ponia de mil colores. -Nada, no tengo planes-.respondi. Me invitó a cenar, le di mi dirección y quedamos en que pasaria por mi a las nueve.La hora de mi salida por fin llegó. Sali corriendo a mi casa, y dispuesta a ponerme espectacular para la noche. Tarde un poco en buscar el vestido perfecto que hiciera juego con esos zapatos nuevos.Los nervios me atacaban, sonreia como boba, cuando pensaba en que pasaría esta noche. El sonido del timbre, era el aviso perfecto para una noche diferente y maravillosa. Él me esperaba abajo. Vestía casual, una camisa almidonada y tan elegante que haciamos una pareja perfecta. LLegamos a un lugar que Él habia reservado, las mesas eran contadas. De fondo, una musica de piano hacia el lugar aun mas romantico. La cena estuvo deliciosa y nuestra platica aun mas.Nos habiamos dado cuenta que habia una conexion que no podiamos evitar. Caimos en la conclusión de que nuestro encuentro habia sido una hermosa casualidad y que el destino fue quien nos puso una trampa para conocernos. Le confesé que me habia vuelto loca desde el primer momento en que lo vi. Que ninguna persona, jamás habia provocaod algo asi de fuerte en mi y que me disculpara si le parecia un tanto extrema en mi forma de sentir. Erick, me confeso que tambien habia sentido lo mismo. Su corazón por primera vez se abrio y confeso que habia sido un amor que le habia cambiado todo. Quizas pareciera que las cosas se dieron muy a prisa, pero los dos estabamos de acuerdo en que el amor, cuando toca las puertas, no distingue de lugares, ni de horas ni personas. Se cuela hasta por debajo de la piel haciendolo mas inevitable.Desde ese momento, supimos que debiamos probar, si de verdad toda esa magia duraria o si solo era un desafortunado encuentro. Sus manos se entrelazaron con las mias. Y un beso fue el comienzo de una historia que escribiriamos dia con dia.Las noches no volverian a ser las mismas. Ahora tenía la fortuna de que nuestros cuerpo se hicieran compañia, De que la luna y las estrellas brillaran solo para nosotros. Desde ese momento jamas volvimos a separarnos. El amor nos unió. Ahora se que es el hombre de mi vida.
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