**CUENTALE UN CUENTO A TU HIJO**



Érase una vez..." Sólo la lectura o mención de esta frase es capaz de evocar en casi todos nosotros un caudal de sensaciones y recuerdos capaces, por sí mismos, de trasladarnos a ese maravilloso mundo mítico donde habitaban dragones y bellas princesas, lobos feroces y castillos encantados, héroes magníficos y brujas perversas, bosques mágicos y hadas envueltas en luces de colores. Pero, ¿son los cuentos algo más que inocentes fantasías destinadas a entretener a niños? ¿Es posible que estas maravillosas narraciones cargadas de personajes mágicos e irreales puedan portar mensajes valiosos para los adultos? La respuesta es sí: el cuento es un espejo mágico en el que se nos invita a penetrar para reconocernos. Para la mayoría de nosotros, el mundo de los cuentos quedó en la infancia. En una niñez en la que convivían sin conflictos el mundo real con un universo de fantasía. Aquella cacerola que arrastrábamos por el pasillo, repleta de objetos inimaginables, ya no fue nunca más un poderoso barco lleno de piratas en busca de aventuras.
El paso de los años nos arrebató la fantasía ,nos separó de un tiempo y un lugar donde sí vivían unicornios, sí existían las hadas y sí aparecían monstruos en la oscuridad.

De pronto nos dijeron que todo eso no existía, era algo sólo para los niños... y ya no lo éramos, y ya no lo volveríamos a ser jamás...

Tampoco ya nadie nos lee cuentos para dormir, aquellos cuentos que derramaban su magia sobre nuestra almohada, ayudándonos a abandonarnos en el sueño mientras acompañábamos a Caperucita por el bosque o volábamos junto a Peter Pan.

Nadie nos explicó tampoco que aquellos libros nunca fueron escritos para dormir a los niños, sino para despertar en los hombres la conciencia de sí mismos.
Los cuentos generan emociones, preguntas, anhelos ,contienen enormes posibilidades para permitirnos reparar o recuperar la salud del alma.


CUENTOS CORTOS

Los cuentos pueden ser utilizados como vitaminas para el alma, ya que despiertan nuestra vida interior, y esto es esencial cuando estamos atemorizados, cuando nos sentimos acorralados y sin libertad para actuar en nuestra vida. Los cuentos tienen el poder de abrir de par en par las puertas de nuestra alma a los sueños, haciéndonos despertar la sabiduría interior que cada uno poseemos en nuestro interior.

. No se escuchan con los oídos sino con el corazón ,por eso curan las heridas de nuestras almas .

LA GATA QUE DABA LA LATA

Esto era una gata que daba la lata
te lo voy a repetir para hacerte reír,
Esto era una gata que daba la lata
te lo voy a repetir para hacerte reír,
Esto era una gata que daba la lata
te lo voy a repetir para hacerte reír...
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EN UN CHARCO HABÍA UNA MOSCA

En un charco había una mosca
y con la mosca un mosquito,
si no te has enterado
te lo cuento despacito.
En un charco había una mosca
y con la mosca un mosquito,
si no te has enterado
te lo cuento más bajito.
En un charco había una mosca
y con la mosca un mosquito,
si no te has enterado
te lo cuento rapidito...

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HABÍA UNA VEZ UN PERRO PEQUINÉS

Había una vez un perro pequinés
que no sabía contar hasta tres.
- ¿Quién es, quién es
el perro pequinés?
- Es un cachorrito
que se llama Andrés.
¡Y el cuento empezó otra vez!
Había una vez un perro pequinés
que no sabía contar hasta tres.
- ¿Quién es, quién es
el perro pequinés?
- Es un cachorrito
que se llama Andrés.
¡Y el cuento empezó otra vez!
Había una vez un perro pequinés...
(Cuento de nunca acabar enviado por Paula León)

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