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Nos da la sensación de que hemos hecho tan mucho y tan nada, sonreímos porque sólo aquellos que soportaron nuestras luchas y derrotas están a nuestro lado, no importando las distancias, los miedos o los años.
Y entonces empezamos a disfrutar que la juventud ya no se encuentra en las fiestas, los amigos y las botellas de vino. Si no en los detalles, la lluvia y despertar al lado de quien amas.

Y te das cuenta de todas esas mentiras que te dijeron de pequeño:
Ten un hijo y serás feliz.
Planta un árbol y serás feliz.
Escribe un libro y serás feliz.

Y en un intento desesperado por ocupar la soledad y el amor que no podíamos darnos, nos casamos, tuvimos hijos, intentamos escribir aunque sea las angustias y compramos hermosas flores ya que no había tiempo de sembrar.

En realidad dejó de existir tiempo para todo.
Incluso para nosotros.
Y nos damos cuenta que todo estaba por y para hacer felices a los demás, siempre fue así.

Y ahora tienes 40 quizá 50 tal vez 60... y te das cuenta que apenas empieza.
Te das cuenta que es el inicio, que tu corazón no ha dejado de latir y por tanto de sentir.

Que la juventud es un invento para aquellos que no tienen tiempo para amar.
Que un número no te hace menos fuerte o menos humano.

Te das cuenta que ahora es tu oportunidad.
¡ De Amar. Recibir. Disfrutar !
Y celebras ya no un año más de vida.
Ni uno de menos juventud.

Celebras la oportunidad más grande que tienes de amarte y demostrar que no existen tiempos, números o edades para ser FELIZ.