URGE APRENDER A VINCULARSE SANAMENTE.

Muchas veces leí que la familia era el núcleo de la sociedad. Y recuerdo en preprimaria qué el primer capítulo del libro de la SEP  tenía como título LA FAMILIA. Desde muy pequeña soñé romanticamene con esto de tener una familia así como la del libro de la SEP, y cuando tuve la oportunidad de fomrar una me sentí el ser humano más dichoso del mundo. Lo que nunca me dijeron era que lo más imortante para que la familia pudiera florecer y prosperar de manera suficientemente sana, era la pareja, la relación entre la pareja y la manera en que la pareja era capaz de darese a sí misma y al proyecto familiar (que vá mucho más allá de “tu traes el dinero y yo cuido a los hijos”); y la capacidad que éstos dos personajes habrían desarrollado para lidiar con la adversidad como equipo. El costo de no prepararse para esta empresa, es MUY ALTO. Yo sigo lidiando de vez en vez con las secuelas de una infanica por demás inestable, y aunque cada vez lo hago mejor, también me veo confrontada  con las secuelas de mi propio divorcio cuando la comunicación entre la familia se enreda cada Navidad, Año Nuevo, cumpleaños, desayuno dominguero, o cuando existe alguna eventualidad donde papá y mamá deberíamos de estar para nuestras hijas y uno, otro o los dos, queamos afuera porque no existe un nucleo familiar que les brinde a ellas lo que necesitan, en principio un sano sentido de seguridad y pertenencia.

 

¿Culpables? Pues la verdad la falta de conocimeinto. La ignorancia de ambos. NO ME QUEJO. Todo ello me ha llevado a un camino de aprendizaje que ahora me permite sentir que tengo suficiente autoridad para escribir y compartir lo que pienso, con la esperanza de que alguien lea y se ponga las pilas.

 

Sí, la familia es el núcleo de la sociedad y el núcleo de la familia es la pareja, y si esta no se prepara, para ser pareja y ser un equipo de dos y despues lideres de un equipo mayor (cuando lo hijos vienen) la cosa se pone muy mal, aún en los  mejores casos. Pues los hijos comienzan a vivir una división que les afecta. Esta locura de papá dice esto y mamá opina diferente o de un fin de semana con papá otro con mamá, las navidades con papá un año y al siguiente con mamá, son algo que desestabliliza el desarrollo de todos complica la existencia y ojalá solo fuera eso ….es todo lo que eso trae e implica. La familia va evolucinando, los hijos creciendo y van haciendo sus vidas y reclaman el derecho de estar donde se sienten más cómodos, y por supuesto llega un momento en que de manera natural van a buscar esa comodidad lejos de su escindido núcleo original.

 

Pero  igual afeacta si uno no disuelve el contrato y se queda en un matrimonio enfrentando una situación desgastante donde la indiferencia, la negligencia, la ignorancia y la incapacidad para formar un vinculo de verdad, es el ingrediente principal que da al traste con tán hermoso proyecto. Igual afecta mantener un matrimonio a la fuerza que está cargado de descepicon y resentimiento. Los hijos igual lo resienten en su desarrollo, igual impacta en sus vidas.

 

En la actualidad los jóvenes ya no quieren ni casarse, ni tener hijos….. no los culpo. Si nosotros sus padres no estuvimos preparados para mantener el amor, la cohesion y el compromiso en principio como pareja y de refilón dentro del proyecrto familiar; dificilmente ellos están preparados para lo mismo. Y no se si la decisión que toman parte de el sueño de que así, a su  aire, serán mas felices, o de la consciencia de que carecen de hablilidades para formar y sostener la institución más demandante de la experiencia humana. Lamentablemente creo que es porque creen que serán mas felices sin comprometerse con una pareja, y creo que ese es un gran error. Ahora si es porque tienen la consciencia de no tener las hablilidades necesarias, entonces hay que adquirirlas, pero muy desde el principio, no cuando el matrimonio está a punto de fracasar.

 

SE PUEDE, SE DEBE, SE NECESITA, aprender a ser pareja desde el principio, aprender a hacer acuerdos, a regular y a hacerse responsables de las emociones propias, a saber compartirlas, a saber escuchar con amor cuando algo sensible sucede a nuestra pareja y estar allí para apoyar. Hay que aprender a darse en medio de una sociedad que nos dice siempre de maneras muy sutiles que lo correcto es estar solos, triunfar solos, buscar la felicidad en relaciones con objetos externos, renunciar a los vinculos y tantas cosas que son contrarias y que nos alejan de lo que mas deseamos y que al mismo tiempo nos hace humanos y nos fortalece; y esto es nuestra capacidad de vincularnos, de ser empáticos, de hacer equipo, de responder, de amar sanamente.

 

Los miembros de nuestra sociedad se encuentran cada vez mas solos, mas aislados, mas deprimidos, ansiosos y confundidos. Lo más alarmante es que este estado ya afecta incluso a los niños. Ayer apenas escuchaba a un médico canadiense que exponía su teoria acerca del deficit de atención, donde lo describe no como una inmadurez del cerebro, sino como un mecanismo de sobrevivencia frente a la incapacidad del niño de lidiar con un mundo que ya no le ofrece estabilidad, seguridad, o certezas.

 

Pero no todo está perdido, la consciencia y el genuinio deseo de revertir esto está en manos de nuestros jovenes. El punto está en atreverse a formar pareja y familia, sabiendo que no aprendieron a hacerlo en sus hogares de origen, y que pueden y deben buscar ayuda e información para aprender todas esas habilidades de comunicación,  vinculación y  relación que no desarrollaron en el momento idoneo. No solo para hacer pareja o familia; estas hablidades son importantes para volver a tener un sentido de comunidad. Son tan importantes y vitales para nosotros como individuos como para la calidad de futuro que deseamos tener, tan importantes como recilclar, hacer ejercicio o dejar de comer carne. Veo a los jovenes de hoy  decididos a ser ellos mismos, a desarrollarse en lo que aman aunque el camino sea más arduo que conformarse con un trabajo no deseado que les brinde un buen salario, los veo decididos a salvar al  mundo, pero también los escucho decir que se sienten solos, aislados, divididos, ansiosos, deprimidos o desesperanzados.

Renunciar al reto, no es la solución. La solución es apasionarse con la vida, comprometerse con proyectos que los obliguen a aprender a vincularse, aceptar el reto, pedir ayuda, informarse, entrenarse. La recompenza es un cambio de paradigmas en las relaciones que nos permita volver al sentido de la comunidad y de la familia, desde un amor maduro, informado, inteligente. Renunciar al sueño del hombre que se forma solo, al extremo del individualismo que nos deja aislados, y nos lleva a perder el valor y el sentido de lo que sea que hagamos en la vida.

 

 

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