El 9 de abril mi mamá cumplirá 80 años. Me siento muy privilegiada por tenerla a mi lado, sana y feliz.
Mi madre es un adulto mayor que vive sin tomar ninguna medicina y come todo lo que ella quiere con medida. ¡Cuando sea grande quiero ser como tú, Ma!.
Este sábado tomábamos un café mientras esperábamos que saliera mi hija de su clase de acuarela.
Me platicaba del caso de una compañera que asiste con ella a "la casa del adulto mayor".
Te quiero compartir esta historia de la vida real. Es una historia de 60 años en la cual, en cierto momento, tú puedes identificarte. La llamaré "Guadalupe".
Guadalupe tiene actualmente 80 años. Desde que se casó por bienes mancomunados, Guadalupe cumplió absolutamente con el rol de esposa y madre que se esperaba de ella. Nunca trabajó, siempre estuvo en su casa al cuidado de sus dos hijos (un hombre y una mujer) y de su marido.
Su esposo salía de vacaciones con los niños y sus hermanas pero sin Guadalupe. También su marido hizo todo lo posible durante toda su vida de casados para que Guadalupe se mantuviera en casa e ignorante de todo lo relacionado con la empresa y el negocio familiar. Nunca la hacía partícipe de nada relacionado con el tema económico. Guadalupe administró durante 57 años el gasto "controlado" por él.
Ella nunca tuvo dinero para ahorrar ni para realizar sus gastos más íntimos y personales sin que él estuviera enterado. Era un hombre que le hablaba en ocasiones con palabras ofensivas que tenían que ver con "ser tonta" o "ser inútil" frente a sus hijos o frente a otras personas.
Con sus hijos él era otra cosa. Los educó, los llevó a viajar y conocer el mundo y a su hija la trataba como princesa. Los años pasaron y Guadalupe hace 3 años quedó viuda. Sus hijos actualmente están casados y Guadalupe es abuela de 4 niños.
Ahora que ha enviudado, ¿esperarías que por fin Guadalupe recuperara su vida y ciertamente disfrutara de los frutos de su trabajo de 57 años al cuidado de su hogar y de sus hijos?. ¡Pues escucha esto!.
Los hijos, de común acuerdo, la llevaron para que frente al Notario, Guadalupe escribiera una carta RENUNCIANDO A TODOS SUS DERECHOS SOBRE TODOS SUS BIENES. Su hijo y su nuera viven ahora en la casa de Guadalupe pero ahora ella es la "arrejuntada". La nuera le habla y la trata de manera grosera y nuevamente Guadalupe no puede gastar un peso sin que el hijo esté enterado y se lo autorice.
Guadalupe toda su vida ha sido maltratada, humillada y ahora ha sido despojada. ¿Y lo peor?.
¡Que a ella le parece que su esposo y sus hijos tienen la razón!, Para ella, finalmente es un dinero que ella no trabajó pues es dinero fruto de las utilidades de la empresa en donde ella nunca trabajó!.
Todas las compañeras del grupo (incluida mi mamá) y la maestra han ayudado y apoyado a Guadalupe desde hace 3 años.
Se trata de un grupo de terapia en donde le han intentado hacer ver a Guadalupe que su trabajo de 57 años en el hogar y al cuidado de los hijos ¡valen por lo menos la mitad del patrimonio construido al lado de su marido!. También le ha intentado hacer ver que los hijos, al hacerla firmar un documento renunciando a todo, ¡la han despojado!.
Sin embargo, la huella de maltrato es tan profunda que Guadalupe no lo alcanza a ver. Su mirada es triste, su voz es suave y melancólica, su rostro es apagado y su cuerpo está agachado con los hombros delante y derrotados. Toda ella es tristeza. "Y ya está mucho mejor que cuando llegó" - dice mi mamá.
Existen millones de mujeres en el mundo víctimas de violencia verbal y violencia patrimonial.
Han sido tan violentadas que, como Guadalupe, ya no alcanzan a ver la diferencia entre lo normal y lo que no es normal, entre lo legal y lo que no es legal, entre lo justo y lo que es injusto.
Dentro de dos días celebraremos "el Día Internacional de la Mujer".
Este jueves 8 de marzo estaremos en el Auditoria Metropolitano de Puebla celebrando y trabajando por la lucha y el avance que día a día logramos las mujeres a favor de el respeto hacia nosotras mismas y por las generaciones que vienen detrás.
Hoy te quiero decir que no es normal que te quiten tu dinero: ni tu esposo (o pareja) ni tus hijos ni tus nietos.
Tampoco es normal que después de 60 años, ni 40 ni 20 ni 5 tu no tengas dinero ni patrimonio propio.
Tampoco es normal que te despojen porque eres adulto mayor, eso es ilegal y puedes pedir ayuda.
Tener tu dinero y tu patrimonio es un derecho humano para poder satisfacer tus propias necesidades y tener el control y las riendas de tu vida. No confieras ese derecho a nadie.
Si has sido una mujer agraviada, que te han dicho inútil y que tu no mereces tener voz ni voto. Tú puedes salir adelante. Busca grupos de apoyo. Acude a un terapeuta. Lee libros y búscame. No permitas que el maltrato apague tu luz propia. No permitas llegar a los 80 años y repetir la historia de Guadalupe.
Te comparto que Guadalupe en persona ha aceptado contarme su historia próximamente con la finalidad de quedar plasmada en un libro que sirva a ti, a mi y a todas las mujeres de todas las edades.
Si tú tienes una historia personal que desees compartir a través de mi libro y que sirva como mensaje inspirador a más mujeres, déjame en los comentarios que te interesa participar y te contactaremos.
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Te envío un abrazo grande y gracias por estar aquí.
Beatriz.
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