SIRVIENDO A LOS DEMAS

Hubo una vez un hombre muy curioso a quien se le dio permiso de visitar tanto el Cielo como el Infierno mientras aún estaba vivo. Primero viajó al Infierno, y ahí vio un gran salón con un gran banquete, donde millones de personas estaban sentadas en largas mesas que estaban hermosamente decoradas y tenían alimentos y bebidas en abundancia servidos en platos de oro sólido y en copas de brillante plata.

El hombre inmediatamente se sorprendió por lo que vio, porque en lugar de disfrutar los espléndidos alimentos, la gente aparentaba estarse muriendo de hambre y abiertamente lloraba y se quejaba. Después de inspeccionar de nuevo la situación, el hombre descubrió la razón. Las cucharas y los tenedores que tenían las personas eran más largos que sus brazos, así es que aunque podían tomar la comida con los cubiertos, no la podían llevar a sus bocas. Esto era verdaderamente un Infierno, pensó el hombre, estar frente a tales banquetes y no poder comer.

A continuación, el hombre visitó el Cielo. Ahí, también, vio a millones de personas sentadas en las largas y elegantes mesas que llenaban el gran salón de banquetes del Cielo. Y tal como había visto en el Infierno, había comida de todos los tipos en frente de ellos. Aquí, el hombre observó que al igual que en el Infierno, las cucharas y los tenedores que tenía la gente eran más largos que sus brazos, así es que, tampoco eran capaces de alimentarse. Pero en lugar de lamentarse y llorar como lo hacían los que estaban en el Infierno, la gente aquí en el Cielo estaba bien alimentada y llena de júbilo. Y entonces fue cuando se dio cuenta del porqué.

No se estaban tratando de alimentar a ellos mismos. Se estaban alimentando los unos a los otros.

El hecho de tener acceso a internet y que puedas recibir estos mensajes indica que tienes más riquezas que una gran parte del mundo.

Es muy probable que, ahora mismo podrías sacar diez pesos (0.80 USD) de tu bolsa y se los podrías dar a alguien más, sin que los extrañaras en lo más mínimo. Hay gente alrededor del mundo que tienen ingresos diarios menores a esa cantidad. Así es que sin importar lo pobre que te sientas, eres RICO en comparación con mucha gente.

Empieza de inmediato a recordarte esta verdad con frecuencia, haciendo esto a diario hasta que sientas que tus pensamientos empiezan a cambiar de tal forma que, sin importar lo que hayas sentido que era tu circunstancia anterior, empezarás ahora a sentir que ya eres RICO.

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