¿SE PUEDE APRENDER A LIDERAR?

Dr. Juan Antonio López Benedí
www.ievalores.com
juanbenedi@gmail.com
Dentro de la visión constructivista que nos mueve, nos referiremos ahora a las posibilidades de aprendizaje en relación con el liderazgo. El aprendizaje de una sola vía1 describe un tipo de aprendizaje entre el individuo y el entorno en el que los aprendices buscan poca retroalimentación que puede confrontar de manera significativa sus ideas o acciones fundamentales. El aprendizaje de doble vía incluye la disposición de confrontar nuestros propios puntos de vista y una invitación para que los otros lo hagan también, dominar este tipo de aprendizaje puede ser considerado como aprender a aprender.
Otra forma de conceptualizar la reflexión en el desarrollo del liderazgo incluye los marcos de pensamiento, que se refieren a tácticas y estrategias que las personas usan para organizar sus pensamientos y construir el significado de los sucesos. El desarrollo del liderazgo puede considerarse como el proceso de desarrollar marcos más complejos y diferenciados para organizar nuestros pensamientos acerca del liderazgo.
En una organización también se pueden obtener perspectivas y percepciones valiosas a través de una asociación estrecha con una persona experimentada y dispuesta a tomar bajo su protección a quien desea desarrollar sus habilidades. Tal persona suele conocerse como “Mentor”. Con este término se hace referencia al proceso mediante el cual una persona mayor y más experimentada ayuda a socializar y alentar colegas más jóvenes de la organización. En términos de valor, tanto los mentores como sus protegidos se benefician de esta relación.
En las metas que se plantea, el líder persigue tanto el bien del grupo como el de todos y cada uno de sus integrantes. Consigue así que las personas se identifiquen con las metas marcadas, que las hagan propias y se esfuercen por ellas con todo su empeño. Una persona a la que tan sólo le preocupara su bienestar futuro difícilmente podría ser el líder de una organización. Aquí de pondría de manifiesto su falta de empatía y, por lo tanto, de liderazgo emocional. El grupo terminaría por rechazarlo. Cuando el líder tiene definida su visión de futuro, lucha con auténtica pasión para lograr los objetivos. El líder representa para el resto del grupo un auténtico ejemplo de entrega, entusiasmo y coraje. Esto es liderar desde el corazón. Una persona que tuviera una gran visión de futuro pero que careciese de capacidad de ejecución podría ser un buen estratega, pero nunca un líder.
Para tener éxito, el aprendizaje debe continuar a lo largo de la vida, más allá de la finalización de nuestra educación formal. Esto se relaciona también con la inteligencia del corazón, desarrollada a partir de la interacción constante con la experiencia, desde la empatía. Tal punto debería considerarse con mucha seriedad al asumir el desafío específico de convertirse y seguir siendo un líder efectivo.
Los miembros del grupo, en función de su voluntad para aceptar las indicaciones del líder, ayudan a definir su posición y permiten que desempeñe su rol. Por otra parte, implica una distribución desigual del poder. Los miembros del grupo no carecen de éste; pueden influir en las actividades de la estructura social correspondiente de distintas maneras. Sin embargo, por regla general, el líder tendrá más poder.
También representa la capacidad para usar las diferentes formas de poder a la hora de influir en la conducta de los seguidores. De hecho, algunos líderes han influido en soldados para que maten y otros han influido en los empleados para que hagan sacrificios personales en beneficio de la empresa. En relación con lo anterior, el liderazgo desde la inteligencia del corazón se refiere a los valores y ha de ofrecer suficiente información a los miembros del grupo sobre las alternativas para que, cuando llegue el momento de responder, puedan elegir con inteligencia.
Warren Bennis2, al respecto del liderazgo, dijo que la mayor parte de las organizaciones están sobre-administradas y sub-lideradas. Puede haber gerentes eficaces, en el sentido de buenos planificadores y administradores, justos y organizados, pero carentes de las habilidades del liderazgo para motivar. Otras personas tal vez sean líderes eficaces, capaces de generar un gran entusiasmo en sus respectivos equipos, pero les pueden faltar habilidades administrativas para canalizar la energía que desarrollan en ellos. Esto representa una carencia con respecto a la inteligencia del impulso emocional y por ello mismo no debe confundirse con la inteligencia del corazón.
Cuando vamos asumiendo responsabilidades, tomando decisiones, solucionando problemas o haciendo frente a situaciones difíciles, nos vamos forjando como auténticos líderes. Y todos, de una u otra forma, estamos abocados a tal fin. Por este motivo, no es bueno sobreproteger a nadie, ya sea en su desarrollo humano o profesional. Es importante que desde niños vayamos conociendo el valor del esfuerzo, que vayamos afrontando ciertas dificultades; en definitiva, que aprendamos a desenvolvernos en la vida. Conviene favorecer que nuestros subordinados o nuestros hijos vayan asumiendo responsabilidades y que se vayan acostumbrando a enfrentarse a los problemas. Se trata de irlos preparando para que en un futuro sean capaces de tomar las riendas de sus vidas, sus familias o de la empresa. La preparación y la experiencia son aspectos fundamentales en la formación de toda persona. Y han de comenzar en la juventud, para ir desarrollando sus capacidades de liderazgo.
Otro aspecto esencial para poder ejercer un buen liderazgo es conocer en profundidad el terreno en que nos movemos. El líder de una empresa puede jugar un papel secundario en un club de tenis del que sea socio, por ejemplo, si sus conocimientos en este deporte son limitados. No tiene por qué ser un especialista en la materia, pero necesitará una formación sólida e integral, que le permita tener ideas muy claras y un conocimiento global de la actividad que desarrolla, tanto en el ámbito empresarial, como en el deportivo, en el cultural, en el familiar, personal o cualquier otro.
El liderazgo es de vital importancia para la supervivencia de cualquier grupo, negocio u organización. No obstante, el liderazgo de la inteligencia del corazón ha de comenzar en nosotros mismos. Si no somos capaces de liderar nuestras vidas desde esa inteligencia cardiaca, no conseguiremos liderar a otros de manera eficaz.

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