Sabemos Escuchar Realmente?

Problemas de la comunicación.

La mayoría de personas pensamos que somos excelentes en comunicación y que escuchamos lo que otros dicen. Pero al contrario, yo he observado que nada está más lejos de la verdad. La gran, gran mayoría de personas no escuchamos para nada bien. Esto trae como consecuencia que a menudo nuestras relaciones sufren por una falta de entendimiento o malas interpretaciones.

Si queremos tener buenas relaciones con nuestros seres queridos es importante que pongamos empeño en aprender a escuchar. La principal dificultad yo creo está en que interponemos nuestros valores e intereses cuando alguien nos está diciendo algo. En vez de concentrarnos en lo que la otra persona dice, nuestro cerebro empieza a elaborar respuestas y cómo decirle al otro las brillantes ideas que tenemos para resolver su problema. Si nos interesamos y queremos escuchar bien (entender bien) a nuestro ser amado, hijo, padre, amante, amigo, paciente; tenemos que esforzarnos en apagar nuestras ideas y lo que nosotros queremos y conectar nuestros oídos. Escuchar y tratar de entender todo lo que la otra persona nos dice.

Podemos dividir los niveles como escuchamos en 4. En el cuarto nivel (que es el que usan aquellos que menos escuchan y favorito de los que están centrados en sí mismos) el oyente no escucha sino sólo usa las palabras del otro como escalón para decir lo que está en la mente del oyente. El nivel 3 es dónde la persona escucha lo que el hablante dice pero se dedica a darle consejos, a juzgar su persona o sus acciones y está más interesado en hacerle ver al hablante que el que escucha es más inteligente y más sabio, y que lo que dice el oyente no es muy importante. El segundo nivel, la persona entiende mejor, puede usar parafraseo, y oír activamente. Pero aún en el segundo nivel el escuchante se enfoca más en lo que él/ella mismo está interesado y lo que puede entender, en vez de preguntarse qué es lo que el hablante está queriendo comunicar.

El primer nivel es donde el oyente entiende a la persona que habla como ésta necesita ser entendida. En otras palabras: (y como diría el influyente terapista Carl Rogers) la persona que habla se siente entendida como si fuera sí misma. En este nivel hay que callar nuestro cerebro y no hacer juicios o elaborar respuestas mientras el otro habla; sino activamente estarnos preguntando qué es lo importante que está diciendo la persona. Creánme que esto no es fácil, pero debe ser hecho para que haya una buena comunicación. Yo lo he tratado de practicar por años y no se me da fácil.

A continuación ejemplos de cómo se llevan a cabo estos niveles de comunicación. Nivel número cuatro, sólo espera una pausa del que habla para interrumpirlo (si es que espera…) y decir algo sobre de sí mismo. Nada relevante con lo que él/la otra dijo. Suponiendo que la Mamá esté planchando ropa y la Hija llega a tratar de platicar con ella:

Hija: Mamá, una niña de mi salón está embarazada.

Mamá: Quítate de ahí  que estoy viendo mi programa y ve si ya tu hermanito acabo su cereal para que lo bajes de la silla.

 

Nivel número tres, entiende lo que le están diciendo y responde en un toma y daca de información entre dos personas.

Hija: Mamá, una niña de mi salón está embarazada.

Mamá: Ay de ti, que un día me vengas con una panza; porque te medio mato.

Nivel número dos hay un entendimiento de lo que se habla y trata de dar alternativas de la otra persona. Pero el escuchante todavía está metida/o en su propia agenda y sus preocupaciones, proyectando sus preocupaciones propias, valores y sentimientos en la otra persona. Yo diría que este es un nivel aceptable pero no profundo.

Hija: Mamá una niña de mi salón está embarazada.

Mamá: Te ves preocupada con lo que me dices; espero que no haya sido una de tus amigas la embarazada. ¿Crees que debíamos sentarnos a hablar más sobre esto y quizás hablar sobre tus planes de vida? ¿Te sientes confortable en que hablemos tú y yo y tu papá sobre sexualidad? ¿O prefieres que hablemos tú y yo solas?

Nivel número uno, la persona que habla se siente entendida profundamente en sus sentimientos, tal y cual ella los siente. Incluso la persona que la escucha le ayuda a entender sentimientos aún más profundamente (tal vez como parte de una terapia sicológica), quizás sentimientos que el hablante no sea capaz de reconocer por sí mismo, pero que son verdaderos y no son sugeridos por el que escucha. La persona que escucha, mira continuamente a la otra y hace sonidos de asentimiento y contacto visual apropiado que le indica al que habla que tiene completa e incondicionalmente su atención.

HIJA: Mamá, una niña de mi salón está embarazada.

Mamá: Ah, si?...(La mamá no dice más sino mira a su Hija con una actitud de expectativa, discretamente su lenguaje corporal comunica: “tengo tiempo para escucharte en este momento.” Su actitud mental proyecta a su hija, que no emitirá juicios en contra de la amiga embarazada, o aprovechará para dar una lección de prevención; sino que quiere escuchar y aprender cómo se siente su hija y que es lo que en el fondo quiere platicar con su mamá.) (A menos que sea muy necesario, la mamá no hará cosas que interrumpan el momento y sentimiento de la muchacha. Una vez encaminada la conversación (y sólo si es necesario) tratará de aumentar la comunicación, apagando televisores y plancha, por ejemplo invitando a su hija a que se sienten.) (En el nivel dos se vale tomar café u otra cosas así. En el primer nivel movimientos como llevarse una taza a la boca distraen y obstruyen el flujo de sentimientos y atención.)

Un ejemplo de el nivel uno de comunicación: El destacado terapista Dr. Robert Mayer, una vez escribió un libro con una de sus pacientes. Consistió en que él escribía notas después de cada sesión y lo mismo hacía la paciente, sin que él o ella supieran lo que el otro escribía. Se lo entregaban a la secretaria que lo transcribía. Cuando se publicó el libro y el Dr. Mayer leyó lo que la paciente decía, se sorprendió que no eran sus inteligentísimas teorías y profundas introspecciones de lo que hablaba la paciente. Ella hablaba del hecho que el doctor “estuviera ahí para ella.” Esto es: lo valioso para ella era saberse escuchada, entendida y aceptada. Esto es una lección que debemos tomar antes de abrir la boca cuando alguien nos platica algo, por trivial que parezca.

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Comentarios

  • Gracias!!!
  • Gracia,s Hilda. Tienes razon; siempre estamos haciendo algo mas, y no le damos a nuestros seres queridos la importancia que se merecen. En el caso particular de los hijos, los padres a veces creemos que comunicacion con los hijos/as significa nosotros hablar y que ellos nos escuchen. Yo diria que con los hijos, lo menos que hablemos y lo mas que los escuchemos, mejor.

  • Gracias, Brissia, por tu comentario, los hombres y las mujeres necesitamos poner atencion, no solo a nuestras parejas sino a todos los que queremos y algunas veces hasta a los extranos. 

  • Myu cierto nunca se escucha bien a la persona que nos quiere decir algo, pues siempre estamos haciendo otra cosa o pensando en otra cosa, es importante poner la atencion al momento, asi podriamos evitar muchos problemas de comunicación en nuestras familias sobre todo con los hijos 

    Saludos a todos

  • Excelente! Es muy dificil creo solo con practica se puede lograr. Es un buen Reto Femenino lograr esto....
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