En países de todo el mundo, las cinturas se expanden tan rápidamente que los expertos en salud han comenzado a usar el término globesidad para esta epidemia. Uno de cada tres adultos en el mundo tiene sobrepeso y uno de cada 10 es obeso.

De acuerdo con datos revelados en un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el 50% de la población de sus países miembros califica como obesa, y a pesar de que los presupuestos siguen elevándose para combatirla, las ineficaces estrategias con las que se aplican los recursos parecen estar perdiendo la batalla. Como ejemplo tenemos a España, con aproximadamente un 53% de habitantes con sobrepeso y que a pesar de destinar el 7% de su presupuesto total de salud las cifras siguen elevándose. De acuerdo con el reporte, cada 15 kilos que una persona aumenta por encima de su peso normal se aumenta en un 30% el riesgo de una muerte temprana

Aquí están los 10 países con más obesidad basados en estudios del 2010 de la OCDE:

1) México, el 69,5%

2) Estados Unidos, el 68%

3) Nueva Zelanda, el 62,6%

4) Australia, el 61,4%

5) Reino Unido, el 61,4%

6)  Irlanda, el 61%

7)  Islandia 60,4%

8) Canadá 60%

9)  Chile 59,7 por ciento

10) Grecia 58,4 por ciento

La obesidad se ha convertido claramente en un problema mundial.

Hay varias razones más o menos obvias para el dramático aumento de la obesidad desde la década de 1970:

  • Aumento en el consumo de alimentos altamente procesados, especialmente la fructosa.
  • El aumento del tamaño de las porciones de restaurantes de comida y productos comestibles.
  • El aumento de la conducción y uso de la computadora (actividades sedentarias).
  • El aumento de la modernización.
  • Ciertos medicamentos.
  • Falta de sueño.
  • Estrés excesivo.
  • Falta de ejercicio por cuestión de tiempos laborales.
  • Problemas hormonale.
  • Cambio en la percepción social de lo que es “normal” en cuestión de peso.

Todos estos factores pueden hacer que parezca como si la obesidad es de alguna manera un precio inevitable de la vida moderna, pero debemos recordar que el control del peso no es magia, ni una ciencia oculta.

Independientemente de la causa, o una combinación de causas, la solución sigue siendo la misma. Todo se reduce a las opciones de estilo de vida.

No debemos caer en la trampa de culpar a los genes. La ciencia ya ha desmentido la teoría de los genes malos, demostrando que la buena nutrición puede superar esta predisposición. Además sabemos que la genética solo dispone del 30% de nuestro desarrollo.

El estilo de vida moderno, la velocidad como vivimos, la falta de tiempo para cuidar nuestro cuerpo, va en nuestra contra. Pero estamos convencidos que  puede tomar decisiones diferentes para tu familia y para ti.

Estos cambios en el estilo de vida pueden no ser fáciles. Sabemos que es rico comer harinas y  azúcares refinados y que tomar alcohol, fumar, son hábitos frecuentes difíciles de extirpar, pero debemos estar conscientes de los daños que hacen a nuestro cuerpo.

¿Qué debemos hacer?

Hay cuatro herramientas que son básicas para poder controlar el aumento de peso, el sobrepeso y la obesidad:

  1. Dieta adecuada manteniendo bajos lo niveles de insulina
  2. Ejercicio cardiovascular
  3. Consigue un sueño profundo y más horas de sueño
  4. Maneja y controla tu estrés
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