REFLEXIÓN "SER FELIZ"

SER FELIZ

Ser feliz: un propósito, una misión, una obligación. Esto te parece difícil, casi imposible y me dirás: “¿Cómo ser feliz en tiempos de guerra, de amargura, de violencia, de inconciencia?” Es precisamente en estos momentos cuando una sonrisa, una palabra de aliento, una oración hacen renacer la esperanza de un mundo nuevo, una vida mejor.

No te dejes llevar por el caos de la inconciencia, por la neurosis que te impulsa a correr, subir, bajar, siempre con un inventario del alma en saldo rojo, con las manos vacías y el corazón seco; no busques motivos para ser feliz, los motivos ya los tienes, solamente valóralos: Mira, tienes la vida, y con la vida tu regalo más grande, tu regalo mejor. Cada noche tienes una noche que te invita al reposo, a la reflexión; la noche que guarda silencio para reverenciar al Creador. Tienes una sonrisa que regalar, que te hace millonario. Tienes la oportunidad de dialogar con Dios a través de una oración, y con ello saberte invencible e importante. Tienes, tienes tanto, aun a pesar de la pérdida de ese ser amado.

Está el camino del espíritu que te reconcilia con la vida en un mejor nivel de expresión. Hoy puedes platicarle en silencio a esa persona que físicamente ya no está, acerca de tus cosas. Hoy puedes sentir su presencia como un ángel; hoy puedes sentir que puedes ser feliz, no ignorando la realidad que nos agobia y nos avergüenza, no un optimismo estúpido, sino con un canto de esperanza, valorando lo que tienes, lo que eres, lo que puedes ser. No lo compares con lo que tienen los demás; por el contrario, pide que los demás tengan lo que tú tienes y, si es posible, mucho más. Ve el lado bueno de las cosas, valora el esfuerzo, el trabajo de los demás.

Respeta tu cuerpo y tu tiempo y aprende a ser feliz por el sólo hecho de existir; porque la vida es un poema, porque un  poema eres tú; porque tienes a quien decirle te amo, aunque sea a un recuerdo, a una simple fotografía, a un proyecto, a un sueño. Porque ser feliz es tu misión y tu obligación. Tú mereces ser feliz; aunque nunca hayas conocido la felicidad. El corazón la anhela porque es tu verdad. No puedes desear lo imposible,  lo que no está hecho para ti. Anhelas y sueñas lo que te pertenece, lo que en el corazón está sembrado como una semilla de esperanza; por eso, cuando alguien te invita a ser feliz, el rostro dibuja una sonrisa, la mirada se ilumina y el corazón florece, simplemente para ser feliz.

Con esta sensación de saber que puedes ser feliz porque es tu destino y tu misión, da gracias en silencio, respira profundo y percibe la felicidad que a raudales fluye en ti.

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