ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Entre la espada y la pared, lo perdono o lo saco de mi vida; le digo que le amo o mejor callo. Sigo con él o termino. Me conviene o no me conviene. Deshojando la margarita, me quiere no me quiere. ¿Qué hago, qué digo, qué callo? Todo esto genera confusión en tu mente y en tu corazón, la inseguridad crece, el miedo se apodera de ti, parece que no hay camino que andar, las puertas se cierran, las nubes empañan el cielo, la tormenta aparece. El miedo aumenta y tu soledad crece.
Entre la espada y la pared; antes de tomar una decisión pregunta qué es lo que quieres obtener, tal vez simplemente estés tolerando algo o a alguien por no quedarte solo; tal vez solamente estés pensando en un ayer para que no se enoje, tal vez estás callando tus verdaderas intenciones por no sufrir el rechazo, el desamor de los demás. Conocerte tú es conocer tu intención, tus necesidades reales, dialogar con tu niño, tu niña interior y descubrir qué quiere, qué necesita para podérselo brindar tú. Y como al niño que le das un dulce, una caricia cuando llora quede tranquilo entonces surges tú, como hombre, como mujer, para poder plantear tus necesidades reales, para poner límites y reglas, para tomar la mejor decisión. Y cuando vayas a hablar pide no lastimar, procura ponerte en los zapatos del otro, piensa en sus propias necesidades y carencias y con ello estás dando un salto del egoísmo a la libertad, y al pedir lo mejor para él, como lo pides para ti, sin darte cuenta estás invitando a Dios y en Dios hay armonía, camino y libertad.
Entre la espada y la pared; no pienses solo en ti, es el secreto más grande, en el qué pasaría o dejaría de pasar para ti, si haces esto o aquello, piensa en los involucrados, piensa en el bien de todos, pídele armonía, pide guía divina y orientación. Guarda silencio y escucha en tu corazón la respuesta y te darás cuenta de que la espada se quita de enfrente y la pared se convierte en puerta que te lleva al cielo y a la libertad.
Tomar decisiones, busca tus intenciones, tus intenciones genuinas ponte en los zapatos del otro, pide el bien y en armonía para todos invita a dios y descubre un camino de cielo, camino de libertad. Recuerda que también eres materia. Límites, reglas, obligaciones y derechos para todos pero con amor.
Comentarios