¿QUIÉN ERES FRENTE AL CAMBIO?

9275207489?profile=originalPocas cosas nos generan tanta ansiedad como el cambio. Esto es paradójico ya que toda la vida estamos cambiando y aún así cuando llega el momento de tomar decisiones, difícilmente estamos preparados.Nos agarramos con uñas y dientes de la fantasía que construimos sobre quiénes somos. Como si la compañía para la que trabajamos, el puesto que tenemos o la familia en la que nacemos nos definieran.

El cambio sucede en todos y llega cuando menos lo pensamos. Si bien esto ha sido cierto siempre, la velocidad con que suceden los cambios en esta época nos obligan a tomar cartas en el asunto o morir ahogados en la ola de la confusión. Hoy sabemos que la vida de muchas start-ups es de aproximadamente 2 años, que unas empresas absorben a otras y que un día tenemos a un cliente y el otro no. La incertidumbre está en todos lados.

Saber cómo enfrentar los retos que esto implica requiere de más que un manual de recursos humanos, requiere de mucha humildad y honestidad, sobre todo si como líder tienes la responsabilidad de acompañar a otros durante este proceso de cambio.

Antes de hacer un plan, te compartimos algunas cosas que consideramos fundamentales para que estés mejor preparado individual y profesionalmente para ese momento.

  • Tú frente al cambio

La estabilidad es una cosa frágil. Tal vez pensamos que lo entendemos todo, que ya dominamos lo que hacemos y que nuestras relaciones son predecibles, sin embargo la vida nos ha enseñado que eso puede cambiar en un segundo.

Nos guste o no, los factores externos juegan una parte importante en nuestra vida y difícilmente tenemos forma de controlarlos. Como nos han enseñado los terremotos que hemos vivido en la Ciudad de México, no podemos ubicar nuestras certezas ni el suelo que pisamos, así que no nos queda más que asumir que el movimiento es parte de la vida.

Si no podemos encontrar la estabilidad en el mundo externo, tal vez debemos buscar dentro de nosotros los asideros que nos permitan vivir una vida más estable. Saber quién soy, qué quiero y de qué personas me quiero rodear. Confieso que durante un tiempo pensé que esta era la solución, sin embargo esto también es una fantasía que algunas veces nos ayuda a construir un espacio seguro, pero muchas otras se convierte en una barrera. Por ejemplo, si pongo mis certezas en ser “la más ordenada de mi oficina”, el desorden será detonante angustia y buscaré estar únicamente en espacios ordenados. Nos escondemos detrás de etiquetas para construir la prisión de la que luego no podemos salir.

Entonces, si la certeza más firme que tenemos es que todo cambia, no nos queda más que aceptar una verdad dura pero cierta, los seres humanos estamos hechos de contrastes, de movimiento y de conflicto. Así que si antes de planear una estrategia de cambio organizacional o individual, vale la pena hacer las pases con este hecho y entender cuál es tu actitud frente a él, para ayudar a los demás a transitar por este proceso.

  • Antifragilidad

En las instituciones sucede una cosa silmilar. Nassim Nicholas Taleb crea el término antifragilidad para hablar del potencial que tienen las cosas y las instituciones para beneficiarse del caos y mejorar ante cualquier tipo de embate. Este concepto es distinto a la resiliencia que está diseñada para mantener la homeostasis en un sistema.

La antifragilidad se propone como una forma de hacer frente a la velocidad de los cambios y el caos que ha traído la tecnología y la disrupción. Parte del principio Estoico de hacer que los riesgos sean pocos (tener poco) y que las ganancias sean altas (moverse con agilidad) para aprender rápidamente de los errores y así mejorar el sistema.

Las instituciones que son antifrágiles como parte de su filosofía, en lugar de resistir y defenderse de los cambios con miles de procesos y estructuras jerárquicas, se sirven de ellos para crecer y mejorar.

La forma de hacerlo -dice el autor- es abrazando el cambio y el caos cuando viene y dejar que, a manera de vacuna, eche a andar una respuesta inmune que reconozca el virus y desarrolle formas ágiles y auténticas de superarlo e integrarlo para hacer al sistema más robusto. Este es el principio con el que el sistema económico necesita de las start-ups que se inventan y reinventan con cada vuelta de tuerca. El valor de las que fracasan es alto porque los aprendizajes que dejan hacen que las exitosas traigan consigo beneficios mayores y así hacen al sistema más robusto.

  • Acompañar al otro

Como hemos visto, los cambios no son fáciles. Son necesarios para abrir nuevas posibilidades y crecer, pero eso no excluye que sean dolorosos y que provoquen resistencia; sobre todo dentro de las instituciones donde los cambios traen consigo incertidumbre que afecta las vidas de las personas de formas que no tenemos cómo anticipar.

En ocasiones resulta muy complicado tomar las decisiones difíciles que permiten avanzar y al mismo tiempo detenerse a escuchar y entender las implicaciones que esto tiene para las personas. Sin embargo es fundamental que esto suceda porque puede representar la diferencia entre que el cambio sea un éxito o un rotundo fracaso.

Si la institución en la que trabajas o el contexto en el que vives requiere que acompañes a otros en algún proceso de cambio, considera:

  • Un error común es centrar la atención del cambio en los beneficios del negocio y obviar a las personas. Si el cambio es algo planeado, es importante estar listo para informar por qué sucede el cambio, cuáles son sus implicaciones y responder todas las dudas, por más absurdas que parezcan.

  • Si el cambio es sorpresivo, la honestidad y la humildad son tus mejores aliados. Seguramente las personas tendrán dudas para las que no hay respuesta y no está mal. Es preferible responder “no sé”, a inventar una respuesta que después no se podrá sostener. Si aparecen este tipo de dudas es buena noticia porque sus cuestionamientos te ayudarán a estructurar respuestas que les sirvan a la institución y a los otros empleados a entender mejor de qué se va a tratar esa situación específica.

  • No importa que el cambio signifique ventajas para el negocio y las finanzas de una empresa, estas transformaciones tal vez no les representen mejores condiciones a los empleados. No basta con “ponerse en los zapatos de los empleados” desde nuestras preconcepciones. Acompañar este proceso implica estar involucrado (engaged) con tu equipo y no asumir que hay una respuesta lógica o única a sus reacciones. Es importante escuchar con atención y respetar los miedos y los procesos de cada individuo.

El cambio empieza por ti pero para que eso suceda es importante estar consciente de qué significa para ti el cambio y cómo lo vives. Solo desde ahí podrás detonar el cambio en los demás de manera efectiva.

¿Cuál ha sido para ti el cambio más difícil? ¿cómo lo enfrentaste y qué has podido aprender de él? Comparte con nuestra comunidad tu experiencia y descubre nuevas formas de dar ese salto que te permitirá alcanzar tus objetivos y ayudar a los que están contigo a compartir tu visión.  

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