La hipnosis es un fenómeno o estado de la conciencia que, durante varios siglos, fue relacionado con temas esotéricos y espirituales. Sin embargo, la psicología experimental y las neurociencias durante los últimos 50 años han logrado responder muchas preguntas acerca de qué es realmente la hipnosis; si constituye un estado de conciencia distinto al sueño y la vigilia o no, cuáles son los efectos que ésta puede generar sobre la experiencia de un individuo, así como cuál es su utilidad en la práctica clínica.
Tanto la psicología experimental como la neurociencia la definen como una alteración natural de la conciencia (es decir, del modo en que nos damos cuenta de nuestros estados internos y de la información del medio externo), la cual a través de la focalización atencional, concentración, imaginación y las palabras orientadoras (sugestiones) de un guía (hipnólogo o terapeuta), permite que el paciente adquiera mucho mayor conocimiento y poder sobre sí mismo. Estos beneficios pueden ir desde algo tan concreto como cambiar un patrón de respuesta emocional angustioso frente a una situación específica (como lo es la angustia desmedida frente a grupos de gente en la fobia social), hasta movilizar recursos internos del paciente para potenciar áreas y descubrir aspectos nuevos del sí mismo.
Algunos mitos y prejuicios
Existen mitos comunes respecto a la hipnosis, muchos de los cuales datan desde hace tres siglos. Sin embargo, muchos de ellos han sido desmentidos gracias a la investigación científica. Entre los más comunes, encontramos la idea de que la hipnosis tiene alguna relación con estar “dormido”, cuando en realidad la hipnosis no tiene ninguna relación con el sueño. De hecho, el funcionamiento del cerebro en hipnosis se asemeja más a estar muy despierto que a estar dormido. Otro mito frecuente es la idea de que quien guía el proceso de hipnosis adquiere algún “poder” sobre la persona hipnotizada, cuando la verdad es que“toda hipnosis es autohipnosis”; el paciente nunca pierde ni ve alterada su voluntad, siendo siempre capaz de decidir completamente qué decir y qué hacer. Éste siempre se mantiene en control de la situación.También, algunas personas creen que salir de la hipnosis implica automáticamente olvidar las experiencias vividas durante la sesión. Ciertamente, es posible que se genere amnesia espontánea luego de la hipnosis, pero ésta es muy infrecuente y, además, siempre es temporal.
Pero, donde podemos encontrar más mitos e ideas erradas, es en lo que respecta a la evocación de recuerdos durante hipnosis. Por ejemplo, es posible que el proceso de la hipnosis evoque recuerdos del pasado de manera tan vívida, que el paciente sienta que vive ese momento por segunda vez. Ello es llamado “regresión de edad” y suele ser muy útil para intervenir, por ejemplo, traumas pasados como ocurre en el trastorno por estrés postraumático. Sin embargo, esos recuerdos suelen no ser 100% precisos; muchas veces hay distorsiones respecto a lo que realmente pasó. Por ello, la hipnosis dejó de ser una técnica válida para ser utilizada con testigos de crímenes en juicios. Por otra parte, su utilidad en psicología clínica sigue siendo muy alta, pues en terapia es mucho más importante trabajar con la experiencia emocional del paciente y sus propias construcciones respecto a un recuerdo, que con los detalles precisos de ese recuerdo.
Así, existen muchos otros mitos y prejuicios acerca de la hipnosis.
¿Cuál es el rol de la hipnosis en el tratamiento clínico?
Gracias a la investigación y al trabajo de psicoterapeutas muy importantes en la historia de la psicología clínica, como Milton H. Erickson, la hipnosis actualmente ha sido acoplada a numerosos enfoques de tratamiento en psicoterapia (por ejemplo, cognitivo-conductual, experiencial, sistémico estratégico y narrativa, y post-racionalista) con el objetivo de aumentar la eficacia en la intervención de incontables afecciones, entre las cuales encontramos trastornos mentales y enfermedades físicas.
En enfermedades médicas, ha demostrado ser muy útil para mitigar de forma natural el dolor en cáncer y parto (y casi todo tipo de dolor crónico), además de ser ampliamente usada como técnica anestésica en odontología, tanto en niños como en adultos.Sin embargo, su mayor utilidad se halla asociada a la psicología clínica y psicoterapia.Y su mayor eficacia se vincula al tratamiento de trastornos de ansiedad (como fobias, ansiedad generalizada, crisis de pánico, trastorno obsesivo compulsivo y estrés postraumático), depresión, trastornos alimentarios, trastornos disociativos y disfunciones sexuales (como algunos tipos de anorgasmia femenina y eyaculación precoz en el hombre).
Pero, brevemente… ¿ejemplos acerca de cómo se usa clínicamente?
En trastornos de ansiedad, como fobias y crisis de pánico, entre muchas otras, ha demostrado ser una técnica altamente efectiva. De hecho, la evidencia indica que cualquier enfoque de tratamiento en psicoterapia es más efectivo cuando incluye uso de hipnosis clínica. En términos generales, la hipnosis permite modificar patrones emocionales como la respuesta de angustia frente a un estímulo como ocurre en las fobias y otros cuadros. Aquí sólo exponemos un ejemplo conductual sencillo de entre incontables maneras de utilizar la hipnosis:
Es posible que el paciente en hipnosis, con ayuda del terapeuta, reviva con lujo de detalles un recuerdo muy positivo para sí mismo o sí misma. Posteriormente, es posible que también reviva una situación traumática que le evoque emociones de angustia, la cual haya sido un evento clave en el surgimiento de la fobia. En hipnosis, es posible asociar y disociar emociones respecto de estímulos y contextos. Por ejemplo, el paciente puede asociar ambas emociones: que cada vez que vea el estímulo que le genera angustia, se le gatille de cierto momento en adelante también la sensación positiva y de empoderamiento de otro evento de su pasado. Ambos patrones de respuesta (el negativo originado por el trauma, y el positivo originado por revivificación emocional en hipnosis) surgen y se enfrentan cuando el paciente se encuentra nuevamente con el estímulo que le generaba fobia, sólo que ésta vez, no se genera la angustia en su grado anterior, como si la angustia con la sensación positiva se fusionaran. A esta estrategia suele llamársele “reencuadre”, pues implica poner un marco emocional totalmente nuevo al estilo de responder a un estímulo que anteriormente generaba fobia. Así, existen incontables estrategias hipnoterapéuticas muy útiles, tanto en el manejo de los síntomas como en la experiencia y vivencia del paciente respecto a su problema.
Además de los trastornos de ansiedad y angustia, la hipnosis ha demostrado ser muy útil en “disfunciones sexuales “; como la impotencia masculina de origen psicológico y la eyaculación precoz. En la mujer, ha demostrado ser muy eficaz en el tratamiento de la anorgasmia femenina y vaginismo. El caso es el mismo para la depresión, trastornos alimentarios (como anorexia y bulimia) y cuadros menos frecuentes como los trastornos disociativos. Por ejemplo, para intervenir la amnesia disociativa (que en términos simples refiere a extensas pérdidas de memoria debido, generalmente, a eventos traumáticos), la hipnosis clínica es considerada la intervención más eficaz de las existentes. Además, la hipnosis ha demostrado que puede ser muy útil en cuadros que no necesariamente configuran un trastorno. Por ejemplo, para problemas vocacionales o confusiones de identidad sexual, la hipnosis permite construir escenarios hipotéticos para que el paciente viven cie algo distinto. Tal como existe la “regresión de edad”, existe la “progresión”, la cual consiste en que el paciente suponga que su vida toma cierto curso, se imagine a futuro viviendo de esa manera y sienta, con lujo de detalles como si fuese totalmente real, que está viviendo su futuro hipotético.
Algunas teorías dicen que la hipnosis permite conectar emociones y deseos inconscientes, con la claridad de lo consciente, permitiendo generar cambios muy profundos. En efecto, otra de tantas estrategias consiste en la movilización de recursos, la cual supone que todas las personas tenemos recursos y potencialidades psicológicas, sólo que algunos las tienen focalizadas en un área de su vida, descuidando otras. Existe una estrategia que busca movilizar dichos recursos psicológicos a otras áreas de la vida. Por ejemplo, si una persona es muy sociable y se siente muy segura al tratar con grupos de gente, pero tiene miedos muy marcados y gran debilidad a la hora de resolver problemas laborales, es posible movilizar recursos de la primera área a la segunda.
Estos son sólo algunos ejemplos concretos de estrategias utilizadas con hipnosis en el contexto clínico. Las estrategias planteadas durante los últimos 40 años de investigación y práctica con hipnosis clínica son realmente innumerables. Además, por supuesto, como la hipnosis puede acoplarse a casi cualquier enfoque de tratamiento en psicoterapia, cada aproximación posee también estrategias específicas. Por ejemplo, enfoques de terapia como la terapia cognitivo-conductual con hipnosis clínica, y la terapia estratégica con hipnosis suelen usarla de maneras distintas, según sus propias teorías y maneras de intervenir.
La investigación también informa que es muy relevante que la hipnosis siempre sea utilizada en el contexto psicoterapéutico y nunca como una técnica única. Por supuesto, exceptuando intervenciones muy concretas como la inducción de analgesia en un tratamiento odontológico. Los estudios indican que la utilización de hipnosis fuera de un contexto terapéutico, sólo como una técnica única y aislada, puede ser eficaz, pero suele no generar resultados que se mantengan a largo plazo. Por consiguiente, la hipnosis clínica siempre debe ser aplicada por un psicólogo clínico o psiquiatra entrenado. Para otro tipo de intervenciones, como mitigación del dolor crónico, un médico u odontólogo entrenado en hipnosis puede utilizarla sin problemas para ese tipo de afecciones físicas.
Conclusión
Podemos concluir que la hipnosis, durante los últimos años, ha sido ampliamente estudiada por la psicología experimental y la neurociencia. Que muchos de los mitos acerca de ella, han sido desmentidos. Aunque, lamentablemente, otros permanecen. Su utilidad clínica ha sido demostrada principalmente en cuadros médicos y odontológicos vinculados al manejo del dolor, y a múltiples trastornos mentales y problemáticas psicológicas, encontrando su mayor eficacia en el tratamiento de trastornos de ansiedad, alimentarios, del ánimo y disociativos, entre otros.
Dra. María del Carmen Aramburu Alonso
Comentarios
Me ha llamado la atención, me podrìan recomendar uno bueno sin riesgo alguno en Guadalajara?
Gracias.