QUÉ ES LA HIPNOSIS:

9274976454?profile=original¿Qué es la hipnosis?

 

La hip­no­sis es un fenó­meno o estado de la con­cien­cia que, durante var­ios sig­los, fue rela­cionado con temas esotéri­cos y espir­i­tuales. Sin embargo, la psi­cología exper­i­men­tal y las neu­ro­cien­cias durante los últi­mos 50 años han logrado respon­der muchas pre­gun­tas acerca de qué es real­mente la hip­no­sis; si con­sti­tuye un estado de con­cien­cia dis­tinto al sueño y la vig­ilia o no, cuáles son los efec­tos que ésta puede generar sobre la expe­ri­en­cia de un indi­viduo, así como cuál es su util­i­dad en la prác­tica clínica.

Tanto la psi­cología exper­i­men­tal como la neu­ro­cien­cia la definen como una alteración nat­ural de la con­cien­cia (es decir, del modo en que nos damos cuenta de nue­stros esta­dos inter­nos y de la infor­ma­ción del medio externo), la cual a través de la focal­ización aten­cional, con­cen­tración, imag­i­nación y las pal­abras ori­en­ta­do­ras (sug­es­tiones) de un guía (hip­nól­ogo o ter­apeuta), per­mite que el paciente adquiera mucho mayor conocimiento y poder sobre sí mismo. Estos ben­efi­cios pueden ir desde algo tan con­creto como cam­biar un patrón de respuesta emo­cional angus­tioso frente a una situación especí­fica (como lo es la angus­tia desme­dida frente a gru­pos de gente en la fobia social), hasta mov­i­lizar recur­sos inter­nos del paciente para poten­ciar áreas y des­cubrir aspec­tos nuevos del sí mismo.

 

Algunos mitos y prejuicios

 

Exis­ten mitos comunes respecto a la hip­no­sis, muchos de los cuales datan desde hace tres sig­los. Sin embargo, muchos de ellos han sido des­men­ti­dos gra­cias a la inves­ti­gación cien­tí­fica. Entre los más comunes, encon­tramos la idea de que la hip­no­sis tiene alguna relación con estar “dormido”, cuando en real­i­dad la hip­no­sis no tiene ninguna relación con el sueño. De hecho, el fun­cionamiento del cere­bro en hip­no­sis se ase­meja más a estar muy despierto que a estar dormido. Otro mito fre­cuente es la idea de que quien guía el pro­ceso de hip­no­sis adquiere algún “poder” sobre la per­sona hip­no­ti­zada, cuando la ver­dad es que“toda hip­no­sis es auto­hip­no­sis”; el paciente nunca pierde ni ve alter­ada su vol­un­tad, siendo siem­pre capaz de decidir com­ple­ta­mente qué decir y qué hacer. Éste siem­pre se mantiene en con­trol de la situación.También, algu­nas per­sonas creen que salir de la hip­no­sis implica automáti­ca­mente olvi­dar las expe­ri­en­cias vivi­das durante la sesión. Cier­ta­mente, es posi­ble que se genere amne­sia espon­tánea luego de la hip­no­sis, pero ésta es muy infre­cuente y, además, siem­pre es temporal.

Pero, donde podemos encon­trar más mitos e ideas erradas, es en lo que respecta a la evo­cación de recuer­dos durante hip­no­sis. Por ejem­plo, es posi­ble que el pro­ceso de la hip­no­sis evoque recuer­dos del pasado de man­era tan vívida, que el paciente sienta que vive ese momento por segunda vez. Ello es lla­mado “regre­sión de edad” y suele ser muy útil para inter­venir, por ejem­plo, trau­mas pasa­dos como ocurre en el trastorno por estrés pos­traumático. Sin embargo, esos recuer­dos sue­len no ser 100% pre­cisos; muchas veces hay dis­tor­siones respecto a lo que real­mente pasó. Por ello, la hip­no­sis dejó de ser una téc­nica vál­ida para ser uti­lizada con tes­ti­gos de crímenes en juicios. Por otra parte, su util­i­dad en psi­cología clínica sigue siendo muy alta, pues en ter­apia es mucho más impor­tante tra­ba­jar con la expe­ri­en­cia emo­cional del paciente y sus propias con­struc­ciones respecto a un recuerdo, que con los detalles pre­cisos de ese recuerdo.

Así, exis­ten muchos otros mitos y pre­juicios acerca de la hipnosis.

¿Cuál es el rol de la hip­no­sis en el tratamiento clínico?

Gra­cias a la inves­ti­gación y al tra­bajo de psi­coter­apeu­tas muy impor­tantes en la his­to­ria de la psi­cología clínica, como Mil­ton H. Erick­son, la hip­no­sis actual­mente ha sido acoplada a numerosos enfo­ques de tratamiento en psi­coter­apia (por ejem­plo, cognitivo-conductual, expe­ri­en­cial, sistémico estratégico y nar­ra­tiva, y pos­t-ra­cional­ista) con el obje­tivo de aumen­tar la efi­ca­cia en la inter­ven­ción de incon­ta­bles afec­ciones, entre las cuales encon­tramos trastornos men­tales y enfer­medades físicas.

En enfer­medades médi­cas, ha demostrado ser muy útil para mit­i­gar de forma nat­ural el dolor en cáncer y parto (y casi todo tipo de dolor crónico), además de ser ampli­a­mente usada como téc­nica anestésica en odon­tología, tanto en niños como en adultos.Sin embargo, su mayor util­i­dad se halla aso­ci­ada a la psi­cología clínica y psicoterapia.Y su mayor efi­ca­cia se vin­cula al tratamiento de trastornos de ansiedad (como fobias, ansiedad gen­er­al­izada, cri­sis de pánico, trastorno obsesivo com­pul­sivo y estrés pos­traumático), depre­sión, trastornos ali­men­ta­r­ios, trastornos dis­o­cia­tivos y dis­fun­ciones sex­u­ales (como algunos tipos de anor­gas­mia femenina y eyac­u­lación pre­coz en el hombre).

Pero, breve­mente… ¿ejem­p­los acerca de cómo se usa clínicamente?

 

En trastornos de ansiedad, como fobias y cri­sis de pánico, entre muchas otras, ha demostrado ser una téc­nica alta­mente efec­tiva. De hecho, la evi­den­cia indica que cualquier enfoque de tratamiento en psi­coter­apia es más efec­tivo cuando incluye uso de hip­no­sis clínica. En tér­mi­nos gen­erales, la hip­no­sis per­mite mod­i­ficar patrones emo­cionales como la respuesta de angus­tia frente a un estí­mulo como ocurre en las fobias y otros cuadros. Aquí sólo exponemos un ejem­plo con­duc­tual sen­cillo de entre incon­ta­bles man­eras de uti­lizar la hipnosis:

Es posi­ble que el paciente en hip­no­sis, con ayuda del ter­apeuta, reviva con lujo de detalles un recuerdo muy pos­i­tivo para sí mismo o sí misma. Pos­te­ri­or­mente, es posi­ble que tam­bién reviva una situación traumática que le evoque emo­ciones de angus­tia, la cual haya sido un evento clave en el surgimiento de la fobia. En hip­no­sis, es posi­ble aso­ciar y dis­o­ciar emo­ciones respecto de estí­mu­los y con­tex­tos. Por ejem­plo, el paciente puede aso­ciar ambas emo­ciones: que cada vez que vea el estí­mulo que le gen­era angus­tia, se le gatille de cierto momento en ade­lante tam­bién la sen­sación pos­i­tiva y de empoderamiento de otro evento de su pasado. Ambos patrones de respuesta (el neg­a­tivo orig­i­nado por el trauma, y el pos­i­tivo orig­i­nado por reviv­i­fi­cación emo­cional en hip­no­sis) sur­gen y se enfrentan cuando el paciente se encuen­tra nue­va­mente con el estí­mulo que le gen­er­aba fobia, sólo que ésta vez, no se gen­era la angus­tia en su grado ante­rior, como si la angus­tia con la sen­sación pos­i­tiva se fusionaran. A esta estrate­gia suele llamársele “reen­cuadre”, pues implica poner un marco emo­cional total­mente nuevo al estilo de respon­der a un estí­mulo que ante­ri­or­mente gen­er­aba fobia. Así, exis­ten incon­ta­bles estrate­gias hip­noter­apéu­ti­cas muy útiles, tanto en el manejo de los sín­tomas como en la expe­ri­en­cia y viven­cia del paciente respecto a su problema.

Además de los trastornos de ansiedad y angus­tia, la hip­no­sis ha demostrado ser muy útil en “dis­fun­ciones sex­u­ales “; como la impo­ten­cia mas­culina de ori­gen psi­cológico y la eyac­u­lación pre­coz. En la mujer, ha demostrado ser muy efi­caz en el tratamiento de la anor­gas­mia femenina y vagin­ismo. El caso es el mismo para la depre­sión, trastornos ali­men­ta­r­ios (como anorexia y bulimia) y cuadros menos fre­cuentes como los trastornos dis­o­cia­tivos. Por ejem­plo, para inter­venir la amne­sia dis­o­cia­tiva (que en tér­mi­nos sim­ples refiere a exten­sas pér­di­das de memo­ria debido, gen­eral­mente, a even­tos traumáti­cos), la hip­no­sis clínica es con­sid­er­ada la inter­ven­ción más efi­caz de las exis­tentes. Además, la hip­no­sis ha demostrado que puede ser muy útil en cuadros que no nece­sari­a­mente con­fig­u­ran un trastorno. Por ejem­plo, para prob­le­mas voca­cionales o con­fu­siones de iden­ti­dad sex­ual, la hip­no­sis per­mite con­struir esce­nar­ios hipotéti­cos para que el paciente viven cie algo dis­tinto. Tal como existe la “regre­sión de edad”, existe la “pro­gre­sión”, la cual con­siste en que el paciente suponga que su vida toma cierto curso, se imag­ine a futuro viviendo de esa man­era y sienta, con lujo de detalles como si fuese total­mente real, que está viviendo su futuro hipotético.

Algu­nas teorías dicen que la hip­no­sis per­mite conec­tar emo­ciones y deseos incon­scientes, con la clar­i­dad de lo con­sciente, per­mi­tiendo generar cam­bios muy pro­fun­dos. En efecto, otra de tan­tas estrate­gias con­siste en la mov­i­lización de recur­sos, la cual supone que todas las per­sonas ten­emos recur­sos y poten­cial­i­dades psi­cológ­i­cas, sólo que algunos las tienen focal­izadas en un área de su vida, des­cuidando otras. Existe una estrate­gia que busca mov­i­lizar dichos recur­sos psi­cológi­cos a otras áreas de la vida. Por ejem­plo, si una per­sona es muy socia­ble y se siente muy segura al tratar con gru­pos de gente, pero tiene miedos muy mar­ca­dos y gran debil­i­dad a la hora de resolver prob­le­mas lab­o­rales, es posi­ble mov­i­lizar recur­sos de la primera área a la segunda.

Estos son sólo algunos ejem­p­los con­cre­tos de estrate­gias uti­lizadas con hip­no­sis en el con­texto clínico. Las estrate­gias planteadas durante los últi­mos 40 años de inves­ti­gación y prác­tica con hip­no­sis clínica son real­mente innu­mer­ables. Además, por supuesto, como la hip­no­sis puede acoplarse a casi cualquier enfoque de tratamiento en psi­coter­apia, cada aprox­i­mación posee tam­bién estrate­gias especí­fi­cas. Por ejem­plo, enfo­ques de ter­apia como la ter­apia cognitivo-conductual con hip­no­sis clínica, y la ter­apia estratég­ica con hip­no­sis sue­len usarla de man­eras dis­tin­tas, según sus propias teorías y man­eras de intervenir.

La inves­ti­gación tam­bién informa que es muy rel­e­vante que la hip­no­sis siem­pre sea uti­lizada en el con­texto psi­coter­apéu­tico y nunca como una téc­nica única. Por supuesto, excep­tuando inter­ven­ciones muy conc­re­tas como la induc­ción de anal­ge­sia en un tratamiento odon­tológico. Los estu­dios indi­can que la uti­lización de hip­no­sis fuera de un con­texto ter­apéu­tico, sólo como una téc­nica única y ais­lada, puede ser efi­caz, pero suele no generar resul­ta­dos que se man­ten­gan a largo plazo. Por con­sigu­iente, la hip­no­sis clínica siem­pre debe ser apli­cada por un psicól­ogo clínico o psiquia­tra entre­nado. Para otro tipo de inter­ven­ciones, como mit­i­gación del dolor crónico, un médico u odon­tól­ogo entre­nado en hip­no­sis puede uti­lizarla sin prob­le­mas para ese tipo de afec­ciones físicas.

Con­clusión

 

Podemos con­cluir que la hip­no­sis, durante los últi­mos años, ha sido ampli­a­mente estu­di­ada por la psi­cología exper­i­men­tal y la neu­ro­cien­cia. Que muchos de los mitos acerca de ella, han sido des­men­ti­dos. Aunque, lam­en­ta­ble­mente, otros per­manecen. Su util­i­dad clínica ha sido demostrada prin­ci­pal­mente en cuadros médi­cos y odon­tológi­cos vin­cu­la­dos al manejo del dolor, y a múlti­ples trastornos men­tales y prob­lemáti­cas psi­cológ­i­cas, encon­trando su mayor efi­ca­cia en el tratamiento de trastornos de ansiedad, ali­men­ta­r­ios, del ánimo y dis­o­cia­tivos, entre otros.

Dra. María del Carmen Aramburu Alonso

 

 

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Comentarios

  • Me ha llamado la atención, me podrìan recomendar uno bueno sin riesgo alguno en Guadalajara?

    Gracias. 

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