Cuando una empresa solicita los servicios de un coach, lo hace porque detecta la necesidad de elevar sus niveles de rendimiento o efectividad en alguna de las áreas, funciones o procesos que maneja; así que se piensa en un Coach Ejecutivo, que está especializado en rubros organizacionales, tales  como, el liderazgo, la comunicación, la formación de equipos de alto desempeño y la toma de decisiones, entre otros; sin embargo, es muy probable que cuando inicie su intervención con los gerentes, subdirectores y directores, se percate de que hay que abordar aspectos personales y no únicamente laborales. Esto obedece a que la historia de vida se refleja prácticamente en todos los ámbitos del desarrollo humano.

Por ejemplo, un líder autocrático, que se niega a escuchar a sus colaboradores, que piensa que todo saldrá bien sólo si él se encarga personalmente el asunto o que toma decisiones impulsivas y arbitrarias…tiene en su pasado experiencias que explican su conducta. Todos actuamos con las herramientas con las que sentimos que estamos más seguros, pero constituyen pensamientos o creencias limitantes con las que el coach debe de trabajar para la transformación de fondo. Eso, por supuesto, no lo convierte en terapeuta, porque su enfoque es hacia el futuro, pero sí promueve “puntos de quiebre” en el coachee que le conducen a encontrar las causas, y con ello, seguramente, las soluciones para desenvolverse con confianza, apertura, actitud colaborativa, que en su presente son las nuevas “armas” con las que construirá relaciones más saludables en su entorno laboral.

Entonces…

¿Por qué un proceso de “Coaching de vida” en las organizaciones?

Porque el Coach:

Explora inquietudes en el presente: los problemas el ejecutivo tienen su origen en la historia personal

Apoya para determinar la realidad de su acompañado:  lo conduce al análisis, tanto en lo personal como en lo profesional

Impulsa el descubrimiento y erradicación de creencias limitantes: lo confronta con sus paradigmas

Promueve los “puntos de quiebre” y la reflexión: lo invita a cuestionar su actitud y comportamiento en el trabajo

Brinda herramientas para armar el plan de transformación: lo ayuda a sentar las bases del cambio

Acompaña y motiva en cada encuentro: plantea preguntas y festeja sus logros

Conduce el proceso de seguimiento y autoevaluación del coachee: lo hace partícipe de la evaluación del proceso

 

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