¿Por qué no disfruto?
Por qué, aunque me doy cuenta que todo está aquí para disfrutar, me siento sola...
Vivo atrapada en mi mente, entre mis sueños y lo que no he podido cumplir. He luchado tanto para lograr lo que tengo que hoy que es una realidad, me freno y me apago.
Mi cara nota paz pero mi corazón tristeza... Lo tengo a él y cuando siento sus caricias me lleno de amor pero cuando sale eso que nos separa crece mi enojo...
Será que me he dedicado más a luchar que a disfrutar...
Y esa parte mía que pone una barrera ante lo que me trae la vida, no me deja percibir lo que sí hay hoy, llenándome de apatía... Esa ventana en la que siempre me he visto por dentro observando el panorama pero sin salir... Hoy me doy cuenta que aprendí a no salir y me cuesta salir. Pero cuando lo hago mi músculo de disfrutar se activa y percibo otros colores.
Es como si yo estuviera esperando que alguien me venga a rescatar a decir yo te haré feliz. Ah! Esa necesidad de que un príncipe azul te rescaté que caro ha salido a veces, sin darme cuenta que la princesa que me va rescatar soy y siempre seré yo...
Y que hoy decido amar lo que hay, salir de mi ventana y llenarme de los míos, de mi soledad, de mis colores, de lo que he trabajado por tantos años y hoy tengo conmigo.
Oh! Vida mía, fuerza divina te entrego esta tristeza, este enojo que llevo desde antes de esta historia, desde antes de este día y eso que llevo en el fondo que se transforme en lo que en algún momento tenía que aprender.
¡APASIÓNATE POR TI MISMA!
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