Niño bello, con risa de colores.Eres la dulzura que mi persona contuvo, toda recopilada hasta el momento en que te concebí.
Miro tus ojos lindos, tu cabello alborotado, lo blanco de tu alma se vislumbra cuando sonríes. Cuando algo señalas, cuando algo pides con tus labios hermosos, que no pronuncian palabra.
Lo más deseado has sido tú para mí. El punto frágil en que el destino un día me hirió. Después, el punto más fuerte, que me remolcó por el mundo, la razón para crecer de que Dios me proveyó.
Tengo tanto qué agradecerte, tanto que pagarte.Lo hermoso de mi nuevo camino, o la simple existencia de este ser, que has rescatado. Esta alma que tu vida ha tocado desde tus inicios, esta mujer que tú has convertido en madre,en verdadera fiera, en ángel dulce, en lo que tú hayas requerido en cada momento.
¿Qué habría sido de mí, si a Dios no se le hubiese ocurrido encomendarme tu ser? No puedo ni pensarlo, ni imaginarme sin tu mirada, sin tu presencia, así, tal y como es. Con lo curioso de tu andar, con tu forma de expresarte, con la hermosa silueta que dibujas al pasar el umbral de una puerta, de la puerta de tu escuela, mi niño, cada que voy a buscarte.
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