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Que las cabezas de todos los países y razas sean guiados a comprender que los hombres de todas las naciones son físicamente y espiritualmente uno, porque somos los descendientes de unos padres comunes (los reales o simbólicos Adán y Eva) y espiritualmente uno, porque somos los hijos inmortales de nuestro Padre, ligados por lazos eternos de hermandad.

Oremos en nuestro corazón por una Liga de Almas y un Mundo Unificado. A pesar que podamos parecer divididos por la raza, creencias, color, clase, y prejuicios políticos, todavía como hijos de un mismo Dios somos capaces de sentir en nuestras almas la hermandad y la unidad del mundo.

Que podamos trabajar para la creación de un Mundo Unido en el que cada nación sea una parte valiosa, guiada por Dios a través de la conciencia iluminada de los hombres.

En nuestros corazones todos podemos aprender a estar libres del odio y el egoísmo.

Oremos por la armonía entre las naciones, que puedan marchar mano a mano por la puerta de una nueva y justa civilización.

Paramahansa Yogananda – Meditaciones Metafísicas – publicadas en 1976

OREMOS HOY POR LA PAZ