TERRIBLEMENTE PERFECTAS

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Por los años 60s pasaba por mi niñez y por los 70s por los años difíciles de la adolescencia y juventud. Eran tiempos en América de hippies que llegaban a México, con la forma de fiestas y liberalismo sexual, drogas. Y aunque por la mayoría era muy mal visto, no nos escapábamos de los amigos que frecuentemente fumaban mariguana.
Música, moda de minifalda y pelo largo, paz, amor y pop art. Fue nuestro tiempo de jóvenes con el sueño de construir un mundo mejor, con más justicia.
Liberación, tratando de dar sentido a la educación en casa que era con tantos tabúes y reglas.
Rechazo total al ejemplo de una casa común con mujeres sumisas, dedicadas al hogar y a los hijos y, hombres machos que educaban a sus hijos varones para desatender cualquier quehacer y por supuesto ni acercarse a la cocina. Rechazo al famoso “chaperón”, que tanto nos juzgaba y nos hacía sentir que cualquier flirteo era de prostitutas. Y para suerte de muchas, las familias comenzaron con una educación más abierta y menos prejuiciosa. No obstante quedamos marcadas con el tabú de llegar virgen al matrimonio.
No, no podía ser que esa juventud no se revelara.
Por otro lado, Europa siempre nos llevara la delantera, pero para eso tuvieron que pasar aprendizaje a través de siglos y guerras. Y en aquel entonces surgió el feminismo. Lucha de los derechos por la mujer en el trabajo y en la sociedad.
Hoy en día se ha logrado mucho en el mundo entero, descartando algunos lugares que por su religión someten a la mujer solamente a obedecer. Aun así en países altamente desarrollados, la mujer aún tiene menos oportunidades de puestos en la dirección que los hombres, y siempre aunque haya ganado terreno en lo económico, continúan percibiendo sueldos inferiores a ellos.
A la mujer no le ha quedado otra que superarse continuamente. Tanto que ahora lo que vemos nos asusta. Las chicas de hoy en día ¡son terriblemente perfeccionistas!

Mi hija es una de esas señoras jóvenes… Dos carreras universitarias, cinco idiomas, dos hijos, trabajo de medio tiempo, casa, esposo, y todavía en algunos días pinta cuadros muy emotivos y de colores vibrantes, tiene exposiciones y es muy deportista.
A veces la critico porque los niños comen en la escuela y los recoge hasta las 5 de la tarde después de ahí haber hecho sus tareas. A veces la admiro que tenga tanto empeño de hacer tantas cosas. A veces me pregunto si es feliz con tanto estrés.
Hace poco me toco en el piano un popurrí, varias piezas musicales, y maravillada le pregunte cuando había aprendido a tocar piano. Me dijo que cuando llevaba los niños a sus clases, ella se quedaba para ver cómo les enseñaban.
Cuando vivió en China, Han Shu, también me sorprendió de que hubiera aprendido chino, su hijo era recién nacido y ella solo se dedicaba a él. Pues aprendió chino de la muchacha que limpiaba y de la cocinera y después lo perfecciono con los libros. Su esposo estaba sorprendido que ella hablara más que él siendo que él había tomado cursos en una escuela y trataba con chinos en su trabajo.
Desde luego que lo importante es tener la voluntad de hacer las cosas. Pero es algo más que eso, es decisión, compromiso, disciplina y tener mucho control de cada situación.
¡Eso es maravilloso! Pero lamento mucho decir que siempre hay un pero.
Estas jóvenes damas de esta generación cada vez visualizan más tempranamente lo que son las realidades objetivas de la vida. Se dedican menos a los sueños y a las fiestas. Son muy realistas.
Lo que da como consecuencia súper mujeres con múltiples obligaciones adquiridas. Bebes, casa, esposo, libros, computadoras, pesas y amor. Un montón de propósitos que demuestran todo lo que es realizable. Sin olvidar belleza, juventud y buena figura. Un cumplir tareas sin excusa alguna. Y después resulta que, (estoy de acuerdo que ya no sueñen), pero no pueden ni siquiera dormir. Entran a depresiones, alergias, intolerancias sino es de gluten es de lácteos o de otros productos. Faltan a sus trabajos por Burn-out, sufren ansiedades. Se vienen abajo en un mundo que ellas creen poder reconstruir como heroínas.
Y, ¿cuál es la solución? En donde podemos poner parámetros y marcar límites al espejito espejito, ¿quién es la mejor?... ¿Es lo que buscábamos nosotras las de los años sesenta al revelarnos?
Ellas son mujeres que se han realizado, que han cumplido sus metas en muchas facetas de su vida. Y que cada vez están mas a la par de sus compañeros.
Hace poco leí en el Süddeutsche Zeitung que respecto este tema hay mucha polémica. Y citan a Ángela McRobbi que dice: “Los años ochenta fueron “la era de los Punk”, Ahí había muchas preguntas ofensivas y radicales que no hubo ni antes ni después de la cultura Pop. Como la crítica de Laurie Panni, en contra de las mujeres de carrera que están en lo último de sus fuerzas físicas, y de caer psicológicamente en un colapso, al esforzarse de no hacer errores, y lo que logran es parecer robots algo extraños.
Yo, dice Ángela, experimente a mediados de mi vida lo que es el vacío. En las noches y durante el día. Y hui de ese círculo donde todo lo que se miraba era lindo y ordenado. Vi atrás de la fachada a toda la gente y a nosotros sentados sobre el sofá. Después de una jornada completa de trabajo, cansados y sin ningún ánimo más que mirar la tele.
Me quede quieta y pensé. Tu vida esta medio terminada. Ahora si tienes que hacer algo, lo que quisiste realmente algún día hacer. El tiempo pasa. ¡Pon atención! ¡Haz algo! ¡Ahora! ¡Vete de aquí! Y lo que hice fue irme de ese círculo al otro, al de los gordos y pobres. Y me fui de ese Ideal a vivir lo que muchas de mis amistades dudaban. Fuera de esa educación orientada al trabajo. Para que mis hijos no quisieran con 17 tener un puesto, y, estresarse al máximo por tener un capital. Y me fui de esa, nuestra cultura, a una completamente distinta mas no por eso carente de valores. Y pude ayudar a otros de otros países y culturas, y sentí más la alegría de vivir.
A veces tengo “bajones”, pero hoy sé que así es. Que debo tomarme el tiempo para pensar, lo que yo quiero. Yo puedo decir que NO, ¡y que no lo quiero hacer! Y SI para lo que pienso que es correcto y que está bien. A veces por cosas que no dejan ni dinero ni comodidades.
Para esto he tomado el ejemplo de los hombres que tengo alrededor. Que saben distinguir lo Bueno, desde hace ya mucho más tiempo que las mujeres de hoy. Entonces dejo el quehacer y me pregunto; Que es para mí lo importante. ¿Qué no da miedo, ni produce un vacío _ Si no sentido?”

Podemos las mujeres lograr todo lo que nos proponemos, eso no hay duda. Ya lo hemos probado. Y que muchas saquen sus genialidades y sus talentos naturales, es lo más bello que hay en la vida. Mas lo importante es que tenga todo un sentido, poniendo bien los pies en la tierra.

No acabemos con nuestra salud.

Martha Schumacher

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Comentarios

  • Gracias Soledad!

  • Martha:

    Al contrario, me encantó el concepto de deshacerse de la "carga" de conservarse "bien" y "vivir bien", para vivir realmente realizada. Tal vez mi forma de comunicar mi pensamiento no fue claro, pero entendí lo que quisiste decir y me gustó.

  • Hola Soledad,

    no se si te entendí bien pero lo que no te gusto es el giro que da a su vida McRobbi al irse con los "gordos y pobres". Yo siento que siendo ella socióloga comprende la necesidad que implica el "vivir bien" y sentirse bien en las personas. Ella escoge de manera voluntaria estar ahí para prestar ayuda, ser mas hospitalaria, entender mejor a los que en la sociedad sufren carencias. Por otro lado ella es una exitosa profesora en una Universidad en Londres, escribe libros y da conferencias. Yo pienso que ella se sintió mas realizada y por lo tanto menos estresada ayudando mas, sirviendo mas con sus conocimientos a otros.

    Gracias por tu comentario.

  • Me encantó, hasta lo de irme con los pobres y los gordos, porque yo siento a mis 58 años, aún, la lucha de conservarte bien y vivir "bien", me pregunto: ¿cuándo lograré dejar de darle importancia en mi vida a la forma de preocuparse de otros y que por no tener consciencia hago mías?

  • Muchas gracias, Sylvia, por tu comentario y también muchos saludos.

  • Me gustó mucho mi querida Martha. Gracias por compartir. Un beso para ti y otro para Edith.

  • Hola Edith,
    gracias por tu amable comentario. Aquí te recomiendo estos libros: Están en ingles, no los encontré en español pero se que tu lo hablas.


    Top Girls de Angela McRobbi y
    Unspeakable Things: Sex, Lies and Revolution by Laurie Penny.

    Saludos.

    Martha

  • Estimada Martha:

    Interesante lo que nos compartes, me gustó lo que dice Ángela McRobbi, es "hacer un balance, un equilibrio, "no ser perfectas", mas si "Hacer lo que nos gusta y estar satisfechas, sin estrés, sin tanta adrenalina".

    Y si cada generación de mamas, somos diferentes, yo fui mamá en los 90's, veo a mis cuñadas mamas en el 2010 y son otra generación, las circunstancias, las necesidades, la visión son otras.

    Muy interesante la trayectoria de Ángela McRobbi.

    Un abrazo y me encantó leer este punto de vista que nos compartes.

    Un abrazo.


    Edith.

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