Hace unos días escuché a una persona callar a otra que silbaba diciéndole que eso era de “mala educación”. Me llamó la atención pues en realidad no sé cómo el silbar en un tono que realmente no ofendía a la gente y además al aire libre puede ser considerado como signo de que alguien tiene “mala educación”, cuando no es otra cosa que una “educación diferente” a la de la persona que calló al señor, quien por cierto silbaba muy feliz, mientras que la persona que lo callaba tenía una expresión de enojo muy acentuada.
Esa escena me recordó la que alguna vez viví hace algún tiempo cuando salía con una chica de Rusia. Recuerdo que ella me solía decir que silbar dentro de una casa era de mala suerte y en una de esas ocasiones que me lo dijo no pude evitar contestarle que si me mostraba un argumento que probara que silbar dentro de una casa era de mala suerte lo dejaría de hacer.
Me contestó simplemente que no lo hiciera porque era de mala suerte.
La verdad es que no pude evitar darme a la tarea de investigar de dónde rayos había salido esa creencia de que silbar da mala suerte y encontré información un poco vaga de como esa superstición que hablaba de los nórdicos hace varios siglos creyendo que el silbido al interior de una casa espantaba al dinero y la salud. Lo cierto es que conozco a gente de mucho dinero que silba sin perder su dinero cuando lo hacen, además de que generalmente la gente cuando silva se siente contenta, lo que ayuda al sistema inmune a funcionar mejor, lo que ayuda a la salud.
Cuando le comenté lo que había descubierto me dijo que no importaba que evidencia había encontrado, seguía siendo mala suerte y que debía dejar de hacerlo.
Algo de lo que aprendí con estas historias:
1.- A veces nuestras creencias y “buena educación” no son más que lo que vimos decir o hacer a nuestros padres, quienes a su vez hicieron lo mismo de sus abuelos y en realidad hicieron lo mejor que pudieron con la información que tuvieron.
2.- A veces estamos más dispuestos a hacer lo que sea por aferrarnos a nuestras creencias que a cuestionar su validez y buscar la verdad.
3.- Si cuestionas tus creencias, prepárate para la respuesta y haz los cambios necesarios
4.- No eres tus creencias, aunque a veces estés muy dispuesto a pelear por defenderlas
5.- Cambiar las creencias que te anclan y no te dejan avanzar es una de las formas más rápidas para ser libre y exitoso.
6.- Se vale no saber algo, pero es importante estar dispuesto a corregir lo que creemos cuando descubrimos la verdad, pues la ignorancia siempre saboteará el crecimiento personal.
7.- Si no ofendes ni lastimas a nadie, y además te sientes bien cuando lo haces, silba y sé feliz.
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Gustavo A Glez
Twitter @GusAGlez
Comentarios
Hola Elva, gracias por tu aportación. Un abrazo
Desde muy pequeña aprendí a silbar "chiflar" . lo hago constantemente .
cuando estoy alegre, cuando por alguna situación siento miedo silbar me tranquiliza
cuando alguna persona esta lejos de mi y quiero llamar su atención me funciona mas que gritar
con un silbido he alertado a las personas de algún incidente por suceder
y con silbidos arrulle a mis hijos y ahora a mi nieta para dormir
EN LO PERSONAL SILBAR "CHIFLAR" ES MARAVILLOSO