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Si el 25 fue mi cumpleaños, un día muy diferente a muchos otros porque no hubo pastel ni mañanitas, pero si hubieron muchos abrazos, felicitaciones en la oficina y regalos, pero eso no es lo importante, en ningún año me habían llegado tantas bendiciones por parte de mi familia, amigos y compañeros de trabajo, eso es para mi el regalo más hermoso que pude a ver recibido, todavía hasta hoy me han felicitado.

Doy gracias a Dios por permitir que yo siga en esta vida, por tener mi familia, amigos, trabajo, salud y le pido que con su infinita sabiduría me ilumine para brincar todos los obstáculos que se me presenten en la vida.

Gracias.